La Iglesia italiana lanzó el concurso "Miss Monja"

El certamen de belleza busca acabar con el prejuicio de que se inclinan por la religión "las chicas menos atractivas". Una "monja guapa puede ayudar a la misión de evangelización", dijo el cura organizador

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La Iglesia católica italiana también tendrá su propia Miss después de que el sacerdote Antonio Rungi haya lanzado un concurso en internet para elegir a la monja más linda del país, informaron los medios de comunicación locales.

Sister Italia 2008 (Hermana Italia 2008) es el concurso de belleza ideado por el teólogo Rungi para acabar "con algunos prejuicios sobre que se hacen monjas las chicas menos atractivas".

Para participar en este particular concurso, las monjas no desfilarán con sus hábitos ni mostrarán sus dotes, sólo tendrán que enviar una foto que será publicada posteriormente en una página de internet.

Como en todos los concursos, también Miss Monja impone unos requisitos: las participantes podrán ser novicias o profesas y tienen que tener más de 18 años y menos de 40.

Las monjas tendrán que enviar "fotos bonitas y expresivas, que muestren la belleza tanto en el plano estético como espiritual", explicó el sacerdote.

Después, serán los internautas los encargados de votar a la monja más linda de Italia.

"Una monja santa, inteligente, pero también guapa puede dar mucho en la misión de la evangelización y de la pastoral juvenil", agregó el sacerdote, quien pidió que sean muchas las religiosas que revelen su belleza en este concurso.

"Vivimos en tiempos en los que la visibilidad es muy importante y puede servir a las monjas para que se conozca su instituto o el carisma de una fundación religiosa", añadió.

Además, según Rungi, el concurso servirá para hacer cambiar "la imagen que se tiene de que las monjas son mujeres tristes, desilusionadas de la vida y no realizadas" y "hará aumentar las vocaciones entre las jóvenes".

Rungi explicó que su verdadero objetivo es organizar en un futuro un verdadero concurso de belleza para monjas, en el que se puedan ganar premios para destinar a las iniciativas humanitarias de los institutos religiosos a los que pertenecen.