Caníbal dice que quería comerse a su víctima, aunque no matarla

Armin Meiwes, conocido como el Caníbal de Roteburgo, afirmó en el juicio que se le sigue por el asesinato de un hombre homosexual que acuchilló luego de amputarle el pene para comérselo juntos

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(EFE)-

El caníbal de Roteburgo, Armin Meiwes, afirmó hoy en el juicio que se sigue contra él que no tuvo intención de matar a su víctima, un homosexual como él al que conoció por Internet y al que acuchilló tras haberle amputado el pene para comérselo juntos.



Según el acusado, cuando clavó el cuchillo en el cuello de su víctima creía que ésta ya estaba muerto y sólo se dio cuenta "con horror" de que aún vivía al repasar, dos días después, un video que grabó durante su encuentro y ver que aún respiraba.



Antes de clavarle el arma pidió perdón a Dios para su víctima y para sí mismo y, en su acción, sintió una mezcla de "odio, rabia y felicidad", explicó Meiwes, en su declaración ante un tribunal de Fráncfort.



El juicio es el segundo que se celebra contra el "caníbal de Roteburgo", después de que el Tribunal Supremo ordenase la repetición del primer proceso, que se cerró en enero de 2004 con una condena a ocho años y medio de prisión por homicidio.



La fiscalía imputa a Meiwes el asesinato de Brend Jürgen "por bajos instintos" y pidió la revisión del caso. En el primer proceso se le declaró culpable de homicidio, pero no de asesinato, por considerar el juez que la muerte de su víctima no fue "un motivo dominante" del crimen.



Meiwes, de 44 años, no puede ser juzgado por canibalismo, ya que esta práctica no está tipificada en el código penal alemán.



Durante el primer juicio, el caníbal confesó haber matado al berlinés Bernd Jürgen Brandes, de 43 años, pero aseguró que lo hizo con el consentimiento de éste, al que había conocido por un anuncio en que buscaba "un hombre joven dispuesto a ser devorado".



Meiwes, ex militar y técnico informático, construyó en el sótano de su mansión un matadero para llevar a cabo su sangriento ritual y se masturbó viendo el video grabado durante el crimen.



Brandes viajó de Berlín a la pequeña localidad de Roteburgo del Fulda para dejarse matar y ser devorado por el caníbal para satisfacer así los deseos sexuales de ambos.



El caníbal alemán cortó primero el pene a su víctima y lo pasó por la sartén para comérselo juntos, tal y como le pidió Brandes.



Cuando éste agonizaba lo remató a cuchilladas, luego destripó su cadáver, lo descuartizó y enterró algunos trozos en el jardín, mientras otros los congeló y se los comió en días posteriores.



El caso del caníbal de Roteburgo desató un gran revuelo y ha inspirado películas como

Butterfly

, de Martin Weiz, que se estrenará el 9 de marzo, día en que se espera la sentencia.