Cascos azules uruguayos traficaron animales exóticos

La mordedura a una niña por un mono africano desató la polémica en la República Oriental, al descubrirse la introducción ilegal de especies por efectivos de Misiones de Paz en Asia y Africa

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Según dijeron especialistas, el contrabando trajo el riesgo de ingresar enfermedades como el ébola.

El tráfico ilegal de animales, especialmente de monos, representa "un riesgo inimaginable, esto podía haber sido una catástrofe", advirtió  Gabriela Willat, director de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud Pública (MSP), que trató a la niña mordida.

El MSP promovió una reunión de coordinación, hoy, con los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), y de Defensa Nacional, para adoptar medidas de prevención y especialmente para concientizar a los soldados para no introducir animales exóticos al país, informó Willat.

El director de Sanidad Animal del MGAP, Hipólito Tapié, y Willat coincidieron en que se corre el riesgo, con esas especies, de introducir ébola, rabia, tuberculosis, hepatitis, herpes y otras infecciones graves.

El fenómeno no está cuantificado: los funcionarios de Salud y de Ganadería dijeron que es la primera denuncia que reciben, pero el diario Ultimas Noticias afirmó este miércoles que fueron introducidos al país 800 monos por "cascos azules" de regreso que supuestamente los habrían traído ocultos dentro de termos de agua.

Sin embargo, Mario Abella, director del Zoológico de Treinta y Tres, 286 km al noreste de Montevideo, expresó que la cifra le parecía exagerada "y si hay 100, que no lo sabemos, sería un número muy alto".

En el Zoológico de Treinta y Tres, 35.000 Habitantes, además de Federico, el mono que provocó la alarma, de una especie no revelada de Angola, de nueve años, 70 cm de talla, existe otro de origen camboyano, una "macaca gris", proveniente del Zoológico de Montevideo.

"De esas macacas asiáticas hay seis en otros zoológicos del interior del país, esas son bravas, muerden y tienen dientes como un jaguar. Aquí en Treinta y Tres tengo información de por lo menos siete monos angoleños más, como Federico, en casas de soldados", aseguró Abella.

En Montevideo, la veterinaria Vivián Cuñarro recordó que el Zoológico recibió donaciones, de particulares anónimos, hace unos 10 años, de dos monos camboyanos, que ahora se encuentran en Treinta y Tres, uno, y en Trinidad, 188 km al norte de la capital uruguaya, el otro.

Las Fuerzas Armadas uruguayas integraban por esa época las Misiones de Paz de Naciones Unidas en Angola y en Camboya.

Actualmente Uruguay tiene 1.387 Hombres en la República Democrática del Congo, cerca de 500 en Haití, y presencia en otros puntos conflictivos.

Federico fue traído recién nacido desde Angola por un "casco azul" residente en Treinta y Tres que lo tuvo en su casa durante nueve años hasta que el 7 de mayo pasado mordió a una niña de 13 años cuando se dirigía a la escuela secundaria.

"Ella iba en bicicleta, el mono saltó de un árbol, la mordió y salió disparando", narró  el edil local John Acosta, del izquierdista Frente Amplio, que asumió la representación de la adolescente, hizo la denuncia y logró que le dieran la vacuna antirrábica.

El mono africano "es manso, mordió a la niña porque estaba en celo, según nuestra veterinaria", garantizó el director del zoológico treintaytresino.

Admitió sin embargo que "ha mordido otras veces al hijo de su dueño y a otras personas, sin que pasara nada. Ahora está en una jaula, el público mete sus manos entre las rejas, los funcionarios del zólogico entran para darle de comer, y nunca hay problemas".

"Hace años que está en la ciudad. Todo el mundo lo conocía, andaba suelto. Al antiguo dueño le gustan muchos los animales, y cuando andaba a caballo, el mono lo seguía montado en un perro.

Ahora es la atracción del zoológico, todo el mundo viene a verlo", relató.

No obstante Abella está preocupado porque "el Ejército no controla qué traen los soldados: me han contado que han pasado víboras, pájaros y hasta iguanas. Pero como hay actitud corporativa, nadie va a admitir lo que trajo el otro".

Los cascos azules han conseguido esos animales, según le contaron, "pagando con platos de comida", para traerlos como mascotas para sus hijos, "sin saber el riesgo que corren".

Tapié, del MGAP, destacó que el ingreso de animales sin controles sanitarios "es algo que no corresponde".

"Vamos a promover a nivel de la tropa el conocimiento del peligro que representan. Cualquier habitante del país cuando esté al corriente del riesgo que genera, va a desistir de traer esos animales", concluyó.