La herencia (en un alto porcentaje), el sobrepeso y la inactividad física pueden desembocar en serios problemas de circulación sanguínea que, más allá de producir inflamación en tobillos y pies, dilatan las venas de las piernas hasta agrandarse y hacerse visibles con un cambio en la coloración de la piel.
Cerca del 50 por ciento de las personas mayores de 40 años, en el mundo, sufren algún grado de várice, mientras que el 20 por ciento de ellas han desarrollado una enfermedad más severa. Así mismo, se estima que el uno por ciento tiene úlceras venosas, como resultado de complicaciones tardías.
Mujeres y hombres están expuestos a este mal. No obstante ellas son más vulnerables debido al consumo de hormonas y anticonceptivos orales.
Es un error creer que solo se trata de un problema estético. Descuidar su tratamiento puede hacer que se propaguen, obstaculizando la vida laboral y social y, en el peor de los casos, generando complicaciones.
Las más comunes son la tromboflebitis (cuando un coágulo o trombo se aloja en una vena; puede ser superficial o profunda, esta última puede desembocar en el bloqueo de la arteria pulmonar), la varicorragia, o sangrado de la várice, y las úlceras varicosas, entre otras.
Prevéngalas
- Use calzado cómodo y ligero. Cuando pueda hacerlo, permanezca descalzo o camine sobre las puntas de los pies mientras mueve y estira constantemente las piernas.
- Siéntese erguido, preferiblemente en un asiento rígido y apoye las piernas en el suelo, no las deje en el aire.
- Al menos tres veces por semana practique actividad física o deporte, como nadar, hacer jogging (carrera suave), montar bicicleta, caminar y subir y bajar gradas o escaleras.
- No existe régimen alimenticio alguno que impida la aparición de esta deficiencia circulatoria, pero controlar el peso y tener una dieta balanceada, rica en fibra y líquidos (especialmente agua), le ayudará a mantenerse saludable.
Absténgase de...
- Exponer con frecuencia las piernas a ambientes húmedos y calurosos, como los saunas; depilarse con cera o tomar baños de agua caliente: estos factores propician la acumulación de sangre en las venas.
- Levantar objetos pesados, así como usar zapatos de tacón alto y fajas o ropa muy ajustada, que dificultan la buena circulación.
- El sedentarismo, ingerir alcohol o fumar.
- Permanecer mucho tiempo (sentado o de pie) en la misma posición, pues la sangre se estanca.
Una regla de oro a seguir es que, a pesar de los tratamientos que existen contra las várices, es mejor prevenirlas que lamentarlas.
Cómo tratarlas
Es aconsejable que los afectados consulten a un médico, para evitar complicaciones.
No existen medicamentos capaces de curar las venas varicosas. Sin embargo, algunos son un complemento adecuado para contrarrestar este mal.
La única forma de corregirlo es con tratamiento médico y quirúrgico, como los siguientes:
- Cirugía: es recomendada en casos severos, y aunque no tiene contraindicaciones, el beneficio se aprecia a largo plazo. Esta suele complementarse con la escleroterapia.
- Escleroterapia: es un procedimiento con inyecciones en los vasos sanguíneos pequeños que requiere de varias sesiones. Debe ser aplicado por un especialista.
- Medias de compresión graduada: se usan para prevenir la aparición de várices y durante su tratamiento. Controlan el dolor y la inflamación de las piernas.
Fuente:El Tiempo, de Colombia