Sudáfrica: paraíso para disfrutar, barato para comprar

El país reúne selva, playas, montaña, safari y hasta pingüinos. Pero, además, por el tipo de cambio y con marcas como H&M y Forever 21, resulta muy accesible para los argentinos

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Las playas, uno de los atractivos del país africano (iStock)
Las playas, uno de los atractivos del país africano (iStock)

Elefantes, búfalos, leones, leopardos, rinocerontes, cebras, jirafas, impalas, kurus, cocodrilos, hipopótamos, monos, ciervos, jabalíes y hasta pingüinos. Montañas. Playa. Parques Nacionales (se destaca el Kruger). El punto más al sudoeste de África.

Sudáfrica ofrece, entre otros, todos estos atractivos. Y agrega un plus para los argentinos: es muy barato para comprar. La moneda oficial es el rand, que en la semana que fui yo equivalía a $1,12, pero no suele variar mucho. Entonces, por ejemplo, unas zapatillas de una marca local que cuestan 69 rands son poco más de 77 pesos. En marcas extranjeras como Forever 21 o H&M, un pantalón cuesta entre 229 y 350 rands, es decir, entre 256 y 392 pesos. Lo mismo se repite con los buzos, camisas y remeras. También existen zapatos a 700 rands o sacos de traje a mil. Una campera de cuero para mujer cuesta 600 rands, precios por lo menos tres o cuatro veces menores que en Argentina.

Desde nuestro país ya no hay vuelos directos al continente africano. La línea área Latam inauguró el domingo 2 de octubre la ruta San Pablo-Johannesburgo, dándole así a los argentinos una vía para llegar a Sudáfrica a tan solo tres horas de distancia. El vuelo desde Brasil dura luego 10 horas y la diferencia horaria es +5 con el país de Nelson Mandela.

A partir de noviembre, el vuelo asumirá su programación definitiva y despegará de San Pablo a las 23:55 hora local los lunes, miércoles y sábados, para aterrizar en Johannesburgo a las 14:10 hora local.

En el recorrido inverso, el vuelo despegará a las 23:10 hora local los lunes, viernes y domingos, para aterrizar en el destino a las 4:45 hora local.

Qué visitar

La cita obligada es el Parque Nacional Kruger, el más grande de ese país con casi 20 mil kilómetros de superficie y con cientos de especies para apreciar, entre las que se destacan los "Big 5" o "Cinco Grandes": león, leopardo (el más difícil de ver), elefante, búfalo y rinoceronte. Si bien se puede ingresar por su cuenta, con un auto particular, lo más recomendable es hacerlo con guías (Kobo Safaris es una muy buena opción).

Elefantes en el Parque Kruger
Elefantes en el Parque Kruger

La entrada al parque tiene cinco precios dependiendo de la procedencia del visitante. El más barato es para los sudafricanos, luego para quienes llegan de cualquier país de África, luego a los extranjeros con guías (280 rands) y el más caro para extranjeros sin guías (320 rands aproximadamente).

También hay tres tipos de alojamiento. Se puede dormir en hoteles que están a entre 40 minutos y una hora y media de la entrada del parque, en reservas privadas dentro del parque (las más caras) y en rest camps, que son una especie de campamentos dentro del Parque, donde los visitantes duermen en carpas a la intemperie, aunque está alambrado para protegerse de los animales.

También se pueden ver jirafas
También se pueden ver jirafas

Un ejemplo: el hotel Lion Sand's Tinga Lodge dentro del Kruger cuesta 20.640 rands la noche (cerca de 23.116 pesos) la habitación para dos personas. Incluye tres comidas, bebidas libres y dos safaris con guía: uno por la mañana de 6 a 9 y otro de 16 a 19:30. Las ventajas frente a dormir fuera del parque están a la vista: salís de la habitación y ya estás en el safari.

En el caso de los hoteles fuera, que se crearon para el turismo sudafricano porque hasta la abolición del apartheid los visitantes eran locales, te levantás muy temprano en la madrugada, cerca de las 5, y vas hasta el parque con un jeep, colectivo o furgoneta. Lo mejor es hacerlo en jeep, sin vidrios y a una altura perfecta para apreciar la flora y fauna. Se puede almorzar dentro del Kruger.

El safari es realizable por las calles asfaltadas con jeep y guía o con un auto particular. Mi recomendación es hacerlo con guía o se perderían de lo mejor. El hombre, al conocer el parque, tiene mucha capacidad para encontrar a los animales y, además, está conectado por radio con otros guías y se van ayudando mutuamente para ver a las mejores especies. Por supuesto, también va contando curiosidades de cada animal que vean.

La cebra, uno de los mayores atractivos
La cebra, uno de los mayores atractivos

Existe la opción de hacerlo a pie en zonas abiertas con rangers que van armados. La premisa general es que ninguno de los animales del Kruger ataca para lastimar salvo el búfalo y el hipopótamo. El resto, solo se defenderá si nota que invaden su territorio o si son atacados primero.

Ciudad del Cabo

Imponente, es la ciudad europea de Sudáfrica. Además del atractivo de las espectaculares playas, tiene varios puntos para terminar de enamorarse.

Una de las playas en Ciudad del Cabo
Una de las playas en Ciudad del Cabo

El primero es el Parque Nacional Table Mountain, una montaña a más de mil metros de altura desde la cual se puede apreciar Ciudad del Cabo. Se puede subir por teleférico o por una excursión a pie.

Otro paseo muy recomendable es el Waterfront, lo más parecido a un Puerto Madero de Argentina. Aquí hay restaurantes, bares y un gran shopping para aprovechar los bajos precios. Hay ofertas para hacer recorridas en barco, helicóptero y una rueda de la fortuna.

La vista desde Table Mountain
La vista desde Table Mountain

Robben Island es una cita turística e histórica. A 12 km de Ciudad del Cabo, es la isla donde estuvo preso Nelson Mandela. Actualmente la prisión está clausurada y fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Se llega en ferry.

Pasar por el Cabo de la Buena Esperanza no toma mucho tiempo y es una divertida foto en el punto más al suroeste de África, algo parecido a lo que sucede con la línea del Ecuador. Allí ocurre la unión de las corrientes en la punta del Cabo.

Vista desde el recorrido al Cabo de la Buena Esperanza
Vista desde el recorrido al Cabo de la Buena Esperanza

El recorrido de la parte atlántica previo a llegar al Cabo de la Buena Esperanza es un camino de aproximadamente 18 kilómetros con un paisaje excepcional. Vale la pena hacerlo. El punto más alto del camino es a 800 metros sobre el nivel del mar y hay varios miradores para disfrutar de la vista.