La importancia de los primeros garabatos en la construcción de lenguaje

Un trabajo de la Universidad de Washington demostró cómo esos primeros grafismos son fundamentales para el aprendizaje en el futuro

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Los primeros garabatos son mucho más que eso (Istock)
Los primeros garabatos son mucho más que eso (Istock)

Se sienta, pide material para dibujar y comienza la faena. A los pocos minutos, lo que comenzó como un sinsentido de garabatos o el trazo desprolijo de una figura humana comienza a tomar formas de letras. Una, dos, varias, desproporcionadas, incompletas, formando palabras sin significado, pero con significante.

A los chicos de hasta tres años les encanta expresarse en papel y esta actividad, que solo parece lúdica, tiene un papel importante en la construcción del lenguaje. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Washington, EEUU, los niños de hasta 36 meses comienzan a reconocer y a seguir reglas y patrones importantes a partir de estos garabatos. Están, dice el trabajo, en pleno proceso de comenzar a formar palabras, aunque no lo sepan.

De esta manera, el estudio, publicado en la revista Child Development, proporciona nuevas pruebas de que los menores comienzan a aprender sobre algunos aspectos de la lectura y la escritura a una edad muy temprana.

"Nuestros resultados muestran que los niños empiezan a aprender sobre las estadísticas del lenguaje escrito; por ejemplo, acerca de qué letras suelen aparecer juntas y cuáles aparecen juntas con menos frecuencia, antes de aprender cómo las letras representan los sonidos de un idioma", dijo la coautora del estudio Rebecca Treiman, profesora de ciencias psicológicas y del cerebro en Artes y Ciencias.

Lo lúdico, crucial para el desarrollo
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El estudio analizó la ortografía de 179 niños de los Estados Unidos (edad 3 años, 2 meses a 5 años, 6 meses). Cuando se les pidió que trataran de escribir palabras, los niños usaron letras que no reflejaban los sonidos que se les pidió deletrear, lo que resulta común a esa edad.

Las producciones determinaron que había dos grupos según la edad. La característica principal es que lo niños "más viejos" crearon grafismos más parecidos a las palabras, incluyendo longitud, uso de diversas letras dentro de palabras, y combinaciones de letras.

"Aunque ni la ortografía tiene sentido como un intento de representar los sonidos, el esfuerzo del niño mayor muestra que él o ella sabe más sobre la aparición de palabras", dijo Treiman.

Para Treiman durante esta etapa se desarrolla una parte importante de aprender a leer: "Deletrear es aprender acerca de cómo las letras de las palabras escritas reflejan los sonidos de las palabras habladas. Los niños a menudo comienzan a mostrar este conocimiento alrededor de 5 o 6 años de edad cuando producen ortografías como GO para 'golpe'".

Ni tablets, ni smartphones, el secreto de la formación está en una hoja en blanco (Istock)
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Estas primeras ortografías inventadas pueden no representar todos los sonidos de una palabra, pero los niños claramente escuchan la palabra e intentan usar letras para simbolizar algunas de las palabras dentro de ella, explicó Treiman. A medida que los niños crecen, estas ortografías basadas en el sonido mejoran. Por ejemplo, los niños suelen pasar de GO a GOLP.

"Muchos estudios han examinado cómo las ortografías inventadas de los niños mejoran a medida que envejecen, pero ningún estudio previo se preguntó si las ortografías de los niños mejoran incluso antes de que sean capaces de producir ortografías que representan los sonidos en palabras", dijo Treiman.

"Nuestro estudio encontró mejoras durante este período, con las ortografías que se hacen más parecidas a las palabras en apariencia durante los años preescolares en un grupo de niños que todavía no usaban letras para representar sonidos".

Los hallazgos demuestran que la exposición a palabras escritas durante el rango de edad de 3 a 5 años puede ser importante para lograr que los niños comiencen bien con sus habilidades de lectura, escritura y ortografía.

"Nuestros resultados muestran que hay cambios y mejoras con la edad durante este período antes de que los niños produzcan grafías que tengan sentido sobre la base del sonido. En muchos sentidos, las ortografías producidas durante este período de tiempo son más parecidas a las palabras cuando los niños son mayores que cuando son más jóvenes, es decir, aunque las ortografías no representan los sonidos de las palabras, comienzan a parecer más palabras reales".

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