Limpiar de manera compulsiva es una costumbre muy habitual del siglo XXI, donde se vive expuesto todo el tiempo a saber qué tan peligrosos son nuestros entornos. Sin embargo, en el afán de que cada ítem de la casa, cada prenda o incluso cada parte del cuerpo sea una oda a la limpieza, la higiene extrema puede ser perjudicial para aquello que se limpia y, en ocasiones, para la salud.
Según explicó Mercedes Bermejo, psicóloga española, al diario El País, "la tendencia obsesiva del orden y la limpieza, entendida como una ansiedad excesiva, se va incrementando con la edad. Pero a su vez también puede estar asociado a un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), que afecta a casi un 3% de la población mundial y es tan frecuente en varones como en mujeres".
Sin embargo, aunque la obsesión no llegue a esos límites, puede existir una confusión respecto de la cantidad y calidad de limpieza que requieren ciertos ítems. Ese exceso puede efectar directamente su funcionalidad o terminar estropeándolos. A continuación, seis ítems que es mejor descuidar un poco: