¿Por qué las mudanzas sucesivas pueden dañar el desempeño escolar?

Mudarse es una de las causales de estrés más importantes -precedido por la pérdida de un ser querido y el divorcio- debido a que provoca una disrupción total en la rutina de las personas. La contracara es que también una mudanza puede ser una situación de alegría para la familia, ya que quizás implicará un cambio de ambiente favorable o estar más cerca del trabajo o de las escuela de los niños. Pero sin duda lo que prima es la ruptura de la cotidianidad como un factor generador de ansiedad para el entorno familiar.

En esta línea, un estudio reciente reveló que los niños de familias que suelen mudarse a menudo, sufren un impacto negativo en su desempeño escolar y en sus habilidades para hacer amigos. Los investigadores del Boston College, de la ciudad homónima en Massachusetts, Estados Unidos, descubrieron que hay un gran impacto en los resultados en los exámenes de comprensión de textos y matemáticas de los chicos que se han mudado varias veces.

También su habilidad para socializar resulta afectada, por lo que los científicos aseguraron que, por más que haya varios beneficios que se desprenden de la mudanza, los efectos negativos superan a los positivos, y hay una correlación intrínseca entre estos eventos y el desarrollo saludable de las personas durante la infancia.

Lo que más sorprendió de este estudio es que los investigadores descubrieron que los niños se ven afectados por más que no tengan que pasar por un cambio de colegio. La disrupción de la rutina es lo suficientemente importante como para impactar en su desempeño en la escuela y en su sociabilidad en el ámbito educacional.

También, según se explica en el estudio publicado en la revista científica Child Development (Desarrollo Infantil, en español), hay un nivel más alto de problemas emocionales y de comportamiento. Ya existían otras investigaciones que probaban el impacto negativo de las mudanzas en los chicos, pero ésta es la primera vez que se evidencia su daño en el aprendizaje.

Además de develar el tipo de daño que puede causar en los niños, el equipo de investigadores pudo determinar qué facultades iban a ser más afectadas de acuerdo al período de su vida en la que ocurría el cambio. Descubrieron que si el chico se mudaba durante la niñez o durante los primeros años de adolescencia, iba a haber un impacto a corto plazo en sus habilidades cognitivas, lo que llevaría a un desempeño más pobre en matemáticas y lectocomprensión.

Por otro lado, la mudanza en una edad más temprana impactaría más en el desarrollo social del niño. "Las mudanzas durante la niñez temprana están asociadas a disminuciones en las habilidades sociales, y a aumentos en problemas emocionales y de comportamiento, y estos efectos se prolongan durante años", afirmó Rebekah Levine Coley, profesora de psicología educacional en Boston College.

Demostraron que, aun si el niño no debía pasar por un cambio de colegio, el mero hecho de la disrupción de su rutina era suficiente para generar un impacto importante en su desarrollo cognitivo, por lo que, cuantas más mudanzas, más sufrirá el desarrollo educacional del chico.

Los investigadores aclararon que también hay que tener en cuenta las razones sociales o económicas que llevan a la familia a mudarse. El estudio hace énfasis además en que la escuela es un lugar clave para darles estabilidad y contención a los niños durante sus años de formación.