La vida de Juan Paya dio muchas vueltas antes de abocarse de lleno a la actuación y a la dirección. Si bien siempre supo que quería entrar al mundo artístico, pasaron varios años, hasta que finalmente empezó a formarse como actor.
Tras finalizar la secundaria ingresó a la Universidad de Buenos Aires para estudiar Diseño de Imagen y Sonido. En el medio de la cursada escribió una miniserie inspirada en Hamlet de Williams Shakespeare. Un compañero la leyó y no tuvo tapujos para criticarla. "Eso me mortificó y me di cuenta que eso no era lo mio", esa frustración académica lo llevó a anotarse en la carrera de Actor Y Director De Artes Escénicas.
"Ahí también duré muy poco porque no me convencían los profesores que tenía", reconoce Juan, con el humor que lo caracteriza. A los pocos meses ingresó a la escuela de Alicia Zanca, quien fue su gran maestra: "Fue un eslabón fundamental en mi carrera. Me puso a trabajar en sus proyectos y fue quien me hizo entender cómo funciona todo, quien me abrió el camino".
De esa manera, comenzó a incursionar en el teatro independiente. A la par trabajaba como operario en un fábrica. "Yo para poder estudiar necesitaba trabajar mucho. Laburaba como soldador en una metalúrgica. Ganaba muy bien. Con lo que ganaba, me pagaba mi estudios", narró.
"Un día me doy cuenta que a todos le dieron un aumento, pero a mí no. Fui a hablar con mi jefe para preguntarle por qué no me había tocado ese aumento y dijo 'yo siento que en cualquier momento te vas'. Yo le respondí 'bueno, renuncio'", rememoró Juan, que con la indemnización que recibió se animó y montó su primera obra.
Hoy viene de dirigir y protagonizar Chicos católicos, una comedia que estuvo seis años en cartel. Este año se prepara para estrenar un nuevo espectáculo de humor, La madre que los parió (que estrenará en el teatro El Cubo el próximo 14 de octubre).