El Polaco: "Cuando empecé me cerraban las puertas y me dejaban de lado, pero Dios me ayudó"

El cantante de cumbia dialogó con Infobae acerca del gran presente profesional que está viviendo, sus proyectos y los momentos difíciles que le tocó afrontar desde chico

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Muchos lo conocen como El Polaco pero su verdadero nombre es Ezequiel Iván Cwirkaluk, apellido que heredó de su mamá. Desde muy chico tuvo la pasión por la música, que le fue inculcada por su padre.

Si bien tiene una trayectoria en el mundo de la cumbia, este año tomó trascendencia a raíz de su participación en el Bailando 2016, que lo llevará a debutar en el verano como actor. "Estoy pasando uno de los mejores momentos de mi vida, tanto en lo personal como en mi carrera, fue un año lleno de desafíos. Hice cosas nuevas que nunca imaginé que me iban a pasar", contó.

El amor y la pasión de luchar por un sueño no le fue nada fácil: "Nunca bajé los brazos aunque estaba todo mal en mi casa. Aunque vivía en un ambiente feo quería triunfar, no sabía de qué manera, pero sí que iba a pasar. Si bien me cerraban las puertas y me dejaban de lado, Dios siempre me ayudó".

El cantante de la movida tropical explicó cómo nacen sus canciones y aseguró que su voz es un don: "Nunca estudié música, todo fue un regalo de Dios. Aunque ahora comencé a hacer vocalización. Las letras son mías y nacen de experiencias propias y de mis amigos, pero son historias".

Su pasión por su profesión comenzó desde muy chico, y su padre cumplió un rol trascendental: "No tenía ni idea pero mi viejo siempre me compraba instrumentos. Tal vez era capaz de tener un cochecito, vendía una moto y me compraba un bajo y una guitarra. Siempre tratando de aprender. Me enamoré desde muy chico de esto".

Dueño de grandes éxitos como "Deja de llorar" y "Porque te fuiste", entre otros, afirma que su niñez lo marcó:"Tuve una vida medio jodida. Un ambiente de mi familia heavy. Iba al colegio y trabajaba de luthier, lo más jodido de limpiar, lo hacía yo".

Ese camino de trabajar y estudiar de niño tuvo un cambio radical a los 13 años cuando decidió internarse en Córdoba: "Mi papá tenía problemas con las adicciones y no quería molestar en mi casa y fue por eso que me interné en un centro de rehabilitación. Estuve 8 meses y aprendí a ser un hombre, aprendí a trabajar, a levantarme temprano y ver lo importante que es hacer las cosas bien. Era chico pero parecía que tenía 25 años. Madure mucho más rápido. Cuando regresé a mi casa era otra persona. Todo pasa por algo".