El ex funcionario que debía controlar a Lázaro Báez quedó a un paso de la indagatoria por enriquecimiento ilícito

Sandro Fergola no pudo justificar su meteórico enriquecimiento. Siempre trabajó en el Estado Nacional y era una pieza clave del kirchnerismo en la Dirección de Vialidad

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(Télam)
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La matemática es una ciencia exacta. Los números deben cerrar y eso para la corrupción es un problema y, ahora, para Sandro Fergola, ex "gerente de obras y servicios viales" de la Dirección Nacional de Vialidad, segundo en la línea de mando durante la gestión del ex ministro Julio De Vido, es un dolor de cabeza.

Fergola está siendo investigado por la Justicia Federal por enriquecimiento ilícito desde hace más de un año y medio, luego de que una investigación periodística sacara a la luz inversiones millonarias junto a su esposa en negocios agropecuarios. La causa está a cargo de la jueza María Servini de Cubría y de la fiscal Alejandra Mangano, quien ahora le pisa los talones. El trabajo de Fergola era clave para el detenido empresario santacruceño Lázaro Báez y su entramado de entramado de empresas: debía llevar adelante y controlar las certificaciones de obras para permitir el pago de adelantos financieros. Miles de millones de pesos fueron adelantados a Báez, hoy detenido en el penal de Ezeiza, sin haber cumplido con plazos ni obras. En 2008, Fergola fue nombrado como "subadministrador" general de Vialidad Nacional, a cargo de la Comisión de Concesiones de Vialidad.

Sandro Fergola Crédito: La Voz del Interior
Sandro Fergola Crédito: La Voz del Interior

A instancias de la fiscalía, se lo intimó al ex funcionario de Vialidad a que justifique su bienes. Fergola lo hizo pero la matemática no fue exacta: los números no tienen lógica. Según fuentes judiciales a las que accedió Infobae, el ex hombre de De Vido quedó "a un paso de la indagatoria", ya que Mangano consideró que el aumento patrimonial de Férgola y su mujer no está "justificado" y le solicitó a Servini que se ordene un peritaje contable para determinar el monto exacto del enriquecimiento. Fergola se transformó en un millonario empresario agropecuario en forma meteórica desde su salida de la función pública: ahora maneja campos en Córdoba, Formosa y San Luis. En octubre de este año, una investigación de Infobae reveló la conexión del ex hombre de Vialidad con el financista Ernesto Clarens, en una sociedad off shore en el Reino Unido. Clarens está imputado en la Ruta del Dinero K, señalado como quien administraba el dinero que se desviaba de la obra pública.

A Fergola la Justicia le detectó 47 vehículos a nombre de él y de la sociedad con la cual administra los campos investigados: seis de ellos de alta gama, de marcas como BMW, Audi, Dogde y Chevrolet, el resto son 4×4, camiones y remolques. También se identificaron cuentas y movimientos financieros en cuatro entidades bancarias; una propiedad en El Calafate y otra en la provincia de Córdoba.

En 2013, la sociedad Construcciones Mendoza, en ese momento todavía accionista de la sociedad Habitat Investment, con asiento en el Reino Unido, fue absorbida por la sociedad El Tercio SA, con sede en Mendoza. A El Tercio la crearon Sandro Fergola y su esposa María Elizabeth Velasco pero lo hicieron mediante Floating Homes SA, sello de goma que compran y al que luego le cambian el nombre. Al momento de absorber Construcciones Mendoza, la empresa de Fergola había pasado de $12.000 de capital en 2006 a $39.084.237. En ese momento fue cedida a Clarens, quien colocó como director la sociedad a su principal socio. Se mantuvo en ese cargo hasta junio de 2016.

Según un trabajo del diario La Voz del Interior, Fergola tiene campos en Capilla del Sitón, un pueblito de no más de 500 habitantes: "La comuna está virtualmente rodeada por campos adjudicados a Férgola, producto de un crecimiento patrimonial que en el pueblo califican como explosivo. Sólo en esa zona se mencionan entre tres y cuatro campos suyos, que en sumatoria tendrían unas tres mil hectáreas. El punto de partida fue el establecimiento El Tercio, perteneciente a los padres del ex funcionario K desde fines de la década de 1970. Son 300 hectáreas en las cuales, según coinciden los lugareños, casi nunca se produjo nada".