Los secretos de las milanesas XXL de Mendoza para 12 personas que se rellenan como una pizza y tientan en las redes

El mendocino José Marin comparte la historia de este plato creado por sus padres en los años ochentas en Tunuyán, Valle de Uco. Cómo se preparan las milanesas que son consideradas por influencers como unas de las más grandes de la Argentina. Los ingredientes en abundancia y las recetas que hoy forman parte de un legado familiar

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El bodegón de su padre José, el Gallego "original" le sirvió de inspiración para servir estos platos abundantes
El bodegón de su padre José, el Gallego "original" le sirvió de inspiración para servir estos platos abundantes

Sus milanesas XXL son famosas en Mendoza y en todo el país. Los turistas e influencers viralizan las imágenes cuando llega a la mesa con toda su espectacularidad la milanesa “De locos” con una montaña de ingredientes para ser compartida entre 12 personas, cuenta José Marin socio del bodegón mendocino Gallego.

La historia de estas porciones gigantes se remonta a los años setentas, en Tunuyán, Valle de Uco, cuando sus padres crearon este negocio familiar. “Trabajamos toda la familia, con mi mamá en la cocina. Nosotros fuimos creciendo al lado de El gallego original, que fue el que lo hizo. De eso, hace casi 45 años. Hace 4 años murió mi papá, y decidí abrirme y traer el bodegón gallego a Mendoza (capital).

A su padre le decían ‘el gallego’ aunque no fuera oriundo de Galicia. Era una costumbre del siglo pasado, llamar gallego a todo español. Su padre nació en Andalucía, en el sur de España. “Somos andaluces, de Granada. La mitad de mi familia está allá. Toda la familia de mi papá. La rama que no vino a América. Tíos, primos y tengo dos hermanas viviendo allá, con mis sobrinos y todo. Una de ellas también se dedica a la gastronomía y tiene restaurante que fusiona comida argentina y española.

José aceptó la propuesta de un cliente para abrir restaurantes en la capital mendocina
José aceptó la propuesta de un cliente para abrir restaurantes en la capital mendocina

Sus padres inauguraron el bodegón en un momento de crisis. Una época muy mala. “Fue a fines de los setentas y comienzos de los ochentas. Mi papá era herrero artístico. Tenía un taller y soldaba aberturas para las casas. Mi mamá era modista y hacía vestidos de novia. Se estaban muriendo de hambre por lo que probaron hacer un restaurante con ideas nuevas, como esto de las milanesas gigantes. Hoy veo en TikTok un montón de bodegones que hacen estas milanesas, pero en los ochentas eso no existía. Y pegó fuertísimo. Y ahí estamos donde estamos”, relata.

Ese bodegón creado por sus padres, que se dedicaba a la comida argentina, inspiró a José, tanto en la variedad de platos que sirve como las raciones abundantes, generosas para comer en grupo, porque que aconseja llegar con hambre porque se come bien. “Todos piensan que porque un restaurante es gallego va a haber comidas españolas. Mis padres hacían comida argentina, pastas, milanesas, carnes a la olla. Y lo único español eran las paellas. Buenas paellas mixtas, con conejo o cerdo y mariscos”.

Las milanesas XXL llegan a la mesa con capas de ingredientes como lo sería una napolitana. Proponen unas 7 u 8 variedades. Está la milanesa “Gallego” que es napolitana, que se sirve con jamón cocido, huevo frito, cheddar y panceta. Después hay una llamada “Marinita”, en honor a su mamá, con queso gratinado, rodajas de tomate, jamón crudo, rúcula. La cuyana ofrece una variedad de quesos mantecosos, aceitunas, rúcula, tomates cherry confitados. Y después, está la más pedida que es “La del barrio”, una milanesa clásica cubierta con tallarines caseros al pesto.

El jamón crudo cortado a cuchillo es otro de los atractivos de su restaurante
El jamón crudo cortado a cuchillo es otro de los atractivos de su restaurante

La preparación dice que es sencilla. Se cortan los bifes de nalga anchos y después, con un martillo, el cocinero las va estirando hasta que queden más finos. “Cada bife que cortamos pesa entre 700 y 800 gramos. Después se le hace un buen empanado, con buen aceite, siempre nuevo para que sea una buena fritura”, explica.

La milanesa “De locos” es la que se sirve para 12. Las milanesas, ya empanadas, se unen con un martillo y pasan a unas freidoras muy grandes. Los comensales pueden elegir hasta cuatro variedades para poner arriba. Entre los 12 habrá que llegar a un acuerdo. “Así la podés armar como si fuera una pizza. Es fabulosa esa milanesa”, expresa. La “De locos” cuesta en este momento 65 mil pesos. “Parece una fortuna pero si lo dividís entre los 12 que comen, deja de serlo. Además no tienen que pedir nada más porque incluye una guarnición, que puede ser papas fritas, puré de papas o ensalada”, precisa.

José Marin y su socio Federico Lama tienen tres locales. El lugar está inspirado en aquel bodegón en el que se crió. Tiene patas de jamón crudo colgando, que siempre cortan a cuchillo, algo que busca la clientela. Y además está decorado con camisetas originales usadas por jugadores de clubes españoles. “Mi socio está muy metido con el fútbol. Es muy futbolero y las consigue”, explica.

La sociedad con Lama dice que fue una casualidad del destino. Era un cliente de la ciudad de Mendoza que era fanático del restaurante original y viajaba habitualmente a comer a Tunuyán, al Valle de Uco. “Un día estaba yo trabajando ahí y me preguntó: ‘¿No te gustaría hacerlo en Mendoza?’ Empezamos a charlar. Yo tenía la idea de Mendoza”, aseguró.

Los platos siempre son abundantes
Los platos siempre son abundantes

Uno de los locales está en Chacras de Coria, que suele estar muy concurrida por turistas, especialmente chilenos, por la cercanía a la ruta que va al país vecino. Otro se sitúa en el Challao, a 12 kilómetros de la ciudad de Mendoza para el lado de la montaña, que es frecuentado más por locales. Y el tercero, en el mall La Barraca, que recibe turismo y gente del lugar. .

El ambiente dice que es familiar y que siempre les dice a sus clientes que hay que mirar toda la carta porque hay más que milanesas,. Hay variedad de pastas, tortilla española. Y la estrella de los postres es el flan casero que hacía su madre con dulce de leche y crema. “Una receta que tiene 45 años”, es nuestra insignia. Su madre, llamada América, murió en el 2000. “Lo bueno es que continuamos con su legado”, concluye.