Pablo Rago: "Brancatelli es un campeón, tendría que ganar más"

“Votaría a cualquiera antes que a Macri”, dice en esta charla el protagonista de “El jugador” en la que también cuestiona el papel de los medios, cuenta que extraña “TVR” y que Aníbal Fernández le cae súper bien.

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Acaba de estrenar El jugador, la película que filmó íntegramente en Mar del Plata, junto a Alejandro Awada: "Nos enamoramos, es un actor extraordinario y como persona es igual a cuando actúa, un apasionado". Lali González también es de la partida en el papel de su hermana: "Mi personaje es un hermano muy equivocado. Una familia bastante disfuncional", explica. Y por esas cosas del destino, si de hermanos se trata, días antes del estreno, su hermano en la vida real, Lucas, de 26 años, fue detenido por conducir una moto robada. Al ser consultado sobre este tema el actor no quiso hacer ningún tipo de declaración a la espera de que la Justicia avance. Mientras tanto, la ópera prima de Dan Gueller, un clásico de la literatura rusa covertido en policial, disputa su primer fin de semana en la cartelera.

—A esta altura te convertiste en un actor cábala en el cine.

—No tengo nada que ver yo, pero me siguen llamando por los Óscar, te lo juro (risas).

—¿Te divierte?

—Es divertido, algunas personas lo piensan en serio. Fabián Vena me decía: "Uno siempre está en una terna y si está el que ganó dos Óscar, llamémoslo a ese".

—Me sorprendió leer en declaraciones tuyas que te gusta más la televisión, por sobre el cine y el teatro.

—Es donde más cómodo me siento, pero te hablo de una tele que ya no existe más. Ahora la tele es muy inmediata; ir a una novela es como fichar en un trabajo: "Vas, filmás una cantidad de horas, te vas". Antes era más agotador, trabajábamos mucho más, pero tenía otra onda. Cuando yo era chico, no existían las reglas para chicos actores, trabajaba veinte horas. Hoy un menor creo que puede trabajar tres horas. Una vez me tuvieron en una bañera unas siete horas para un comercial. Ahora viene el director y te dice: "Si no se lo banca, tenemos otro nene esperando".

—¿Te importa la plata?

—No, me importa en la medida en que tengo que alimentar a mi hijo y darle educación, pero no por otro motivo.

—¿A la hora de elegir un proyecto?

—Ahora cada vez menos. Me copo con la gente, elijo por onda. Tengo un olfato que me funciona para saber dónde quiero estar.

—¿Te trajo problemas profesionalmente opinar de política?

—Para nada, al contrario. Me acercó a un montón de gente con la cual no tenía contacto y no hubiera tenido otro modo de relacionarme. Conocí a mucha gente interesante y me sentí muy orgulloso, además de conocerlos. Me agarró a los 40 años ponerme los pantalones. En 1983, cuando volvió la democracia, tenía 11 años y hubo algo que me interesó de la política. Mi familia era peronista, me copé siendo peronista y cuando perdimos, a partir de ese momento nunca más hubo un peronista con el que me sintiera ilusionado, no pasó ninguno, el más peronista era [Raúl] Alfonsín para mí, era medio raro. Me pasó algo, no fue magia, pero me pasó algo muy interesante estos años.

—Contaste que tu mamá votó a [Mauricio] Macri alegando que es peronista.

—Macri ahora es peronista. ¿No éramos peronistas? ¿Ahora Macri es peronista?

—¿Y hoy qué le decís a tu mamá?

—Que se calle la boca, tiene 70 y pico de años, "no vayas a votar, callate". Ella tenía muchos problemas, porque le caía la cadena nacional en la novela y era una novela que sólo había visto dos veces.

—Eso la enojó.

—Eso y que fuera mujer; mi mamá es una de esas mujeres que envidian a otras mujeres.

La cantidad que le dieron a Andrea del Boca parecería que no alcanza para filmar una novela

—¿Qué político de la actualidad te parece un buen personaje para interpretar? ¿Más allá de lo ideológico, quién te gustaría hacer?

—Elegiría a alguno del que todos pensamos algo, pero no lo tenemos comprobado. Aníbal Fernández es un personaje que a mí me cae súper bien, siento simpatía por Aníbal Fernández. Lo acusan de tantas cosas que no sabemos. Ese debe ser un personaje interesante para actuar.

—¿Qué opinás de la denuncia contra Andrea del Boca, Julio De Vido y esa causa?

—Hablame vos de números, porque yo soy un artista. ¿Cuánto es la cantidad de dinero supuestamente, la millonada para hacer una novela? La cantidad que le dieron a Andrea del Boca parecería que no alcanza para filmar una novela. Es interesante. Yo entiendo lo irritante, porque además se encargaron de que ese caso fuera el ejemplo de cómo fue el Gobierno, es medio difícil decir que fue así todo. No es eso lo que ensucia, lo que ensucia es el que se encarga de marcar eso como si fuera la gran mancha en todo caso. Tiene que ver con cómo nos informamos, lo que recibimos de la tele, de los medios. Si están todo el día diciéndote que este es malo, este es malo, este es malo. Mi mamá trabaja en el restaurante de un club y tiene todo el día puesto un canal, todo el día escucha una cosa, no mira, no piensa, no es que analiza; escuchó todo el día que hubo un choque y a ella le parecen 500 mil choques a la noche. [Alejandro] Dolina dijo una vez que, cuando iba a las pizzerías, iba de una manera y salía opositor porque estaba TN en todas. Es muy interesante analizar el rol de los medios en estos casos.

Me duelen los bolsos, pero también me duele saber que Macri tiene cuentas en el exterior

—¿Qué te pasa cuando ves los bolsos? En algún lugar te debe doler también.

—Sí. También me duele saber que Macri tiene cuentas en el exterior, por más que la plata sea de él, los impuestos que no paga son de mi país. Mi representante el otro día me dijo: "Loco, nunca te quejaste de los impuestos", y cómo me voy a quejar de los impuestos. Por eso, después me enojo o me hace mal cuando la guita está afuera y no pagan impuestos para lo que tendría que hacer. Ese tipo de cosas son muy molestas. Hubo tantas otras cosas que me hicieron tan feliz, tantas.

—¿Hoy la volverías a votar a Cristina?

Cualquier cosa antes que Macri. Cuando fui a votar, era cualquier cosa antes que Macri, no estaba Cristina.

Extraño mucho TVR, ahora son todos canales militantes

—¿La televisión cómo la estás viendo?

—A mí me encanta la tele, nunca me quiero enojar con la tele, aunque haga muchas cosas para que me enoje. Pero ahora son todos canales militantes; hay una protección de parte de los medios, hay muy pocos lugares donde uno puede escuchar otra cosa que no sea: "Estamos bien, estamos muy bien". Extraño mucho TVR. Ayer a la noche estaba viendo a [Alejandro] Fantino y había una diputada del sector de [Elisa] Carrió que analizó cuántas veces Kirchner fue a las sesiones cuando fue diputado. Fue dos veces, parece. ¿Cuántas veces fue Carrió? Nadie se preguntó en la mesa, había gente muy importante y nadie dijo cuántas veces fue Carrió.

—Te cae pésimo Carrió.

—No, no me cae pésimo.

—Me pareció por algunos tuits.

—Pero porque Carrió es un personaje para hacer tuits. La fotito que parece Gloria, de Madagascar, es fantástica.

—Está dentro de las diez personas consideradas más honestas de la Argentina.

—Yo la he visto decir barbaridades; en TVR, trabajando ahí vi cosas que nunca pasaron, las armas en el acto del Bicentenario. "No vengan a Capital", decía. Esas cosas que hace que uno después diga: "¿No estará mintiendo?". Pero a veces dice cosas que son ciertas.

—¿Intratables?

—Me enojé con Intratables, porque me tratan mal como espectador.

—¿Por qué?

—Me da pena [Diego] Brancatelli, no puede decir nunca nada. Nada de lo que dice Brancatelli está bien, por ejemplo y son ocho o nueve y el conductor. Es un campeón Brancatelli, pero no puede decir nada. Yo no sé cuánto gana ese pibe, tendría que ganar más, seguro, porque es un campeón lo que se banca ahí.

—No sé cómo está ahora el panel de Intratables, pero tuvo momentos donde estuvo Agustina Kämpfer, estuvo Sofía Caram, Camilo… Igual está claro que Brancatelli es fundamental para el formato.

—[Paulo] Vilouta podría ir a relatar partidos de fútbol ya que se ganó el Martín Fierro.

—No te gusta.

—El color de pelo de Vilouta ya me molesta. Pobre, no se puede conseguir un buen color de pelo, ese es el problema.

—Te cambio de tema: ¿A Carlín [Calvo] hace cuánto no lo ves?

—Dos o tres años. Hablé hace un año, nos íbamos a ver para los 25 años de Telefe y no pudo.

Siempre fui más maduro que Carlín

—¿Cómo fue esa época de trabajo?

—Una locura. Yo lo estaba mirando a Carlín todo el tiempo a ver cómo él surfeaba las olas y era fantástico. Era un imán, entrabas a un lugar y no existía nadie más que él. Magia.

—¿Descontrolaron mucho?

—No, Carlín no me habilitó nunca mucho (risas). No, yo era chico, lo conocí con 18 años y él era muy reservado. Es como un chico, yo siempre fui más maduro que él, como en Amigos son los amigos, igual.

—¿No se iban de fiesta juntos como yo puedo imaginar?

—No, Carlín tampoco se iba mucho de fiesta, era más de estar en su casa. Pero sí haría locuritas en su momento, era un top del momento, estaba soltero. Yo estaba casado, me casé a los 21 años. Me fui más de joda con Awada que con Carlín.

—Mirá vos.

—Eso es lo que tiene de copado la vida, por ahí te aparece un Awada en la vida.

—¿Y hoy qué excesos te permitís?

—Algunos, pero no me los tomo como excesos, los tomo como diversiones, dormí poco anoche, por ejemplo.

—Pero hoy recuperás.

—Duermo hasta pasado mañana, tengo 44 años.

—¿Estás en pareja?

—No. ¿Tenés alguien para presentarme? No lo hagas.

—¿Qué lo enamora a Pablo Rago?

—Que sepa chiflar, por ejemplo.

—¿Me estás hablando en serio?

—Sí, eso me gusta. Eso define una personalidad, y que en la foto parezca la vida real, por ejemplo.

—¿Levante por redes sociales?

—Hay, gracias a Dios.

—¿Estamos hablando de Twitter o estamos hablando de Tinder?

—No, jamás, Tinder, no.

—Volviendo a los excesos, ¿no jugás tan al límite como tu personaje? ¿Ni con la plata, ni con las drogas ni con nada?

—No, soy grande, conozco mis límites también. Cuando era más chico, cuando empecé a ir al casino, me iba al departamento a buscar más plata para seguir jugando.

—¿Ganaste o perdiste?

—Según la temporada, siempre gana el casino. La que va al casino es para perderla.

—¿A qué jugás?

—La ruleta, sale rápido, segunda docena, el 36 porque mi mamá me cagó la vida un día y me dijo: "Si vas al casino, ponele al 36 y chau".

—Entre el 36 y que Macri es peronista, tu mamá…

—No, mi vieja es fantástica con frases, sería una gran tiradora de títulos.

Agradecimiento: Paula Balmayor, producción de vestuario