Diego Torres: "Soy constante, obsesivo y perfeccionista"

A horas del último recital que brindará este año, el popular cantante habla de su presente, cómo lo cambio ser padre, la posible vuelta de la Banda del Golden Rocket y el vínculo con su sobrina, Angela Torres.

Compartir
Compartir articulo

— ¿Por qué crees que te quiere tanto la gente?

— Es una mezcla de cosas, suena un poco banal ¿No?: "Bueno, les voy a explicar por qué la gente me quiere" (risas). Tomen lápiz y papel: "Porque soy bonachón, un hombre simpático…" Hablando en serio, son los años, las canciones, la persona que está detrás de las canciones, es el contacto de tantas giras, tantos shows. La ida y vuelta con el público va generando un vínculo, como cuando vas construyendo una amistad, con el pasar del tiempo se hace más sólida o se desvanece; hemos ido construyendo una relación y una complicidad.

— Sos un artista que no genera contradicción. Te pueden ver facilmente como uno más de un grupo de amigos.

— La educación que uno ha recibido y convivir con esto desde chico hace que uno lo viva desde un lugar muy normal y muy tranquilo. Eso también conecta con la gente. Más allá de que mi trabajo me expone y tenemos una cosa pública me gusta tener una vida muy tranquila también y equilibrar un poco ese otro lado.

— ¿En qué momento dijiste "Soy bueno en lo que hago"?

— Nunca me planteé si soy bueno, sí soy un trabajador constante, obsesivo, perfeccionista que siempre ha ido buscando en cada disco, en cada trabajo que hago, ahora filmando esta película, preparar el personaje, poniéndome a disposición del director, buscando aprender. Estoy acostumbrado a trabajar con esa dinámica, tanto en la música como en mi oficio de actor.

Una productora le acerca un café, agradece, sonrie y le dice: "Mirta, mi guía espiritual y la que me mantiene con fe, si no, decaigo"

Hay que dejarle un espacio al goce y al disfrute porque las cosas pasan tan rápido

— ¿Es importante lo espiritual más allá del café de Mirta?

— Es importante alimentar el espíritu, sea con un buen asado, una buena ensalada o una copa de vino y la buena charla con los amigos. Alimentar el espíritu en todo sentido, a veces uno trabaja tanto que hay que dejarle un espacio al goce y al disfrute porque las cosas pasan tan rápido. No sé si es que me estoy haciendo viejo pero decís: "Guau, trabajamos tanto para esto y de repente pasó". Hay que dejar un margen de disfrute.

— De buena vida.

— Exacto, eso en definitiva es parte de la buena vida. Darse una pausa cada tanto para parar y decir: "Estamos acá, estamos bien, estamos sanos, estamos haciendo esto, buenísimo, disfrutémoslo y sigamos". Esa pausa cada tanto siempre está buena.

Ser padre me reacomodó un par de patitos que estaban desacomodados

— ¿La paternidad influyó en esa mirada?

— Indudablemente que a partir de la paternidad la vida cambia de foco. Uno pasa a ser el coprotagonista y lo único que te importa es que tu hija o tu hijo, estén bien y vivir en función de eso y te reordena todo lo otro. A cada uno le pega como le quiere pegar la paternidad y le llega cuando le tiene que llegar. A mí me reacomodó un par de patitos que estaban desacomodados indudablemente y hoy es como que vivo más al día, disfrutando del día. La película anterior, es un libro que me encantó de Eduardo Sacheri que era Papeles en el viento, el Mono era un tipo vigoroso, divino, nucleador de amigos, y una enfermedad se lo chupó en dos minutos y dejó una hija. Son esas cosas, esas señales que decís: "Puta, hay que disfrutar todas las cosas a tiempo"

— ¿Qué es lo mejor que tiene Diego Torres como papá?

— Yo creo que es la presencia, la devoción, las ganas. Después uno se equivoca, acierta, va mejorando. Es un oficio que lo vas haciendo.

— ¿Y lo peor que tiene como marido?

— Soy un sol, no va a tener error para marcar (risas)

— No deja la ropa tirada nunca.

— No, jamás, un muchacho al contrario, encantador.

— Algún día se lo vamos a preguntar a ella.

— Que dé la cara, el que está acá soy yo así que…

— ¿Le gusta lo artístico a Nina?

— Lo disfruta, sabe que yo hago música, lo vive en su casa y le encanta. La mayoría de los chicos vibran con la música. Después serán lo que tengan que ser. Indudablemente va a tocar el piano, la guitarra, algo va a hacer. Después será arquitecta, médica o actriz, lo que sea. Lo importante es que esté incentivada, que sea feliz.

— ¿Qué te genera ver cómo está creciendo tu sobrina, Angela, en la profesión?

— Me encanta verla a Ángela. Me encanta hablar con ella, compartir, está haciendo un camino divino. Lo más importante es que estemos conectados como tío y sobrina. Sé que mi hermano está ahí presente como padre y Gloria (Carra) como madre. Ella es una chica inteligente, está haciendo su camino y nosotros como familia acompañándola.

— En esa familia yo me imagino la reunión de domingo como un gran fogón musical ¿Es así?

— Sí, se canta, se baila, todo el tiempo. La música está presente todo el tiempo.

— Hablaste de volver a meterte en el estudio, a componer ¿Qué es lo mejor y lo peor de eso?

— Está bueno escribir, componer. Es una época para mí muy activa, de búsqueda, de encontrarse en el estudio, trabajar, escribir, buscar ritmos, arreglos. Sí se te llena la vida de preguntas cuando estás haciendo un disco y tenés que ver el repertorio, hay muchas decisiones que tomar.

— ¿Cómo funciona en vos el proceso creativo?

— Aparece cuando tiene que aparecer. A veces metódicamente en el estudio trabajando, armando sesiones, en tu casa en el living escribiendo, componiendo. En cualquier lado, hoy con los teléfonos podés grabar cualquier melodía si no tenés nada, si no tenés un instrumento. Las canciones surgen de la nada.

— ¿Qué te falta? Te vas ahora a cantar con Rachel Platten en los Latin Grammy, Tenés tres nominaciones con Buena vida, estás terminado una película, quince Gran Rex. ¿Qué te falta?

— Seguir trabajando, no es que me falte nada sino que quiero seguir haciendo, quiero seguir trabajando y haciendo discos y trabajando en mi oficio de actor en proyectos lindos. Hay muchas cosas por hacer, por aprender.

— Tiene que ver con la pasión y con el disfrute evidentemente porque hoy si uno piensa desde lo económico podrías no trabajar más.

— Más allá de lo económico uno ama lo que hace y necesitás sentirte vivo y activo. Estoy aprendiendo de ida en este camino y cada posibilidad de trabajar con gente nueva te aporta, le aportás algo desde tu lado. Así que no, me quedan muchas cosas por hacer.

— Te dije cuando empezamos que sos alguien que uno facilmente puede soñar en su grupo de amigos. Si tuvieras que elegir a alguien de quien no seas amigo para qué esté en tu grupo para un asado de domingo ¿a quién invitás?

— Me gustaba mucho Robin Williams, ese actor me fascinó en muchas de sus películas, un tipo que tenía un encanto que vos le creías la comedia y la emoción en un instante, transmitía mucho. Su muerte fue tan sorpresiva, tan dolorosa, y refleja un poco el impacto que a veces los artistas tenemos sobre tanta gente sin imaginarlo que es así. La gente nos adopta a sus propias vidas como yo había adoptado a través de sus películas a un actor como Robin Williams que te gusta. Hubiera estado bueno a lo mejor compartir un asado con él.

— ¿Hoy volverías a hacer una tira?

— Ahora me resulta difícil porque estuve detenido por una tira un año y ahora es medio difícil entre la gira, los conciertos, tengo que volver al estudio a trabajar, componer. Creo que el cine es un lugar ideal porque me permite a en seis, siete u ocho semanas, filmar una película y poder continuar con las otras actividades.

— Siempre está la fantasía sobrevolando de que vuelva La banda del Goldenrocket ¿Te gustaría?

— Nosotros ya no estamos para La banda del Goldenrocket, estamos un poco mayores, vamos a hacer de los abuelos. Pero a lo mejor arman otro elenco y vuelve, por qué no.

— ¿Con el mismo de ninguna manera?

— Nunca se sabe. No, me parece que ya no nos da la edad.

LEER MÁS: ¿Vuelve la Banda del Golden Rocket?

 

Agradecimiento: Paula Balmayor Productora de vestuario.