La particular historia del nieto 120 que aún la Justicia no reconoció

Se llama José Luis Maulín Pratto y en tribunales todavía no aceptan su verdadera identidad. “Es un caso extraño y único”, consideró Estela de Carlotto

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José Luis contó su historia y su lucha para recuperar sus verdaderos apellidos (@abuelasdifusion)
José Luis contó su historia y su lucha para recuperar sus verdaderos apellidos (@abuelasdifusion)

Abuelas de Plaza de Mayo presentó al nieto recuperado número 120. José Luis comprobó en 2009 que es hijo de Rubén Maulín y Luisa Pratto, secuestrados y torturados durante la última dictadura militar, pero aún no logró que la Justicia Federal de Santa Fe le devolviera su verdadera filiación.

Acompañado por Estela de Carlotto y sus hermanos biológicos, Walter y Gisela, el hombre relató su historia y su lucha para ser reconocido como hijo de sus padres biológicos, hoy vivos.

"Esta historia es un poco fuera de la rutina de lo que son las historias de nuestros nietos", reconoció Carlotto dada la atipicidad del caso, al que calificó como "extraño y único".

"La amenaza continúa aún en democracia", sentenció y explicó: "Le están negando la posibilidad de darle el nombre a él y a sus hijos. No tiene explicación que, teniendo las pruebas en el Banco Nacional de Datos Genéticos, el propio Estado le niegue al chico a recuperar lo que ya se sabe".

Los padres de José Luis fueron secuestrados en octubre de 1976 en Reconquista, Santa Fe, por una patota de la III Brigada Aérea. Ambos fueron torturados y Luisa, en ese entonces embarazada de cuatro meses, fue abusada sexualmente.

El acto se realizó este martes en la sede de Abuelas (@abuelasdifusion)
El acto se realizó este martes en la sede de Abuelas (@abuelasdifusion)

Cuando su madre dio a luz en marzo de 1977 en una clínica privada, el bebé fue entregado al matrimonio conformado por José Angel Segretín y Cecilia Góngora, dos civiles vinculados a la Fuerza Aérea que inscribieron al recién nacido bajo el nombre de José Luis Segretín con una partida de nacimiento fraguada.

En 1982 los padres de José Luis recuperaron su libertad y hace siete años se reencontraron con su hijo. "En una nota radial que le hicieron a mi vieja tomé conocimiento de que había una mujer que estaba buscando a un pibe de ciertas características. Y para mí era yo", relató el nieto recuperado. El joven la llamó para decirle que él podía ser su hijo, lo que luego sería confirmado por pruebas de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

Desde entonces, lucha para recuperar sus apellidos, Maulín y Pratto. La semana pasada comenzó en Santa Fe el juicio por su apropiación, en el que están imputadas la apropiadora Cecilia Góngora -su apropiador falleció- y la médica que atendió el parto, Elsa Nasatsky de Martino. En una carta dirigida a los miembros del tribunal, el hombre, padre de dos hijos, expresó su "congoja y la desdicha de portar una identidad que no es la propia", y de ser víctima de "un delito que se cometió hace 38 años, pero que se repite cada día".

Desde Abuelas recalcaron que si bien el caso "no se registraba entre las denuncias de niños desaparecidos" de la Asociación, "luego de conocer en profundidad su historia y los padecimientos de sus padres por recuperarlo, se decidió incorporarlo al listado de nietos restituidos, como un acto de reparación y verdad histórica".