¿Puede la dieta cetogénica acelerar el envejecimiento de los órganos?

Según un reciente estudio, el tipo de alimentación alta en grasas y baja en carbohidratos induce la senescencia celular en múltiples órganos, incluidos el corazón y el riñón. De qué manera afecta a la salud a largo plazo

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La dieta cetogénica se emplea desde hace casi un siglo para tratar, por ejemplo, la epilepsia resistente a medicamentos (Getty)
La dieta cetogénica se emplea desde hace casi un siglo para tratar, por ejemplo, la epilepsia resistente a medicamentos (Getty)

Sostener en el tiempo una dieta cetogénica puede tener efectos directos sobre el envejecimiento de importantes órganos, según concluyó un estudio.

Según publicaron investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio en Science Advances, el envejecimiento acelerado puede ser un efecto no deseado de llevar una dieta cetogénica cuando se sigue a largo plazo.

Si bien muchos expertos promueven los beneficios en la salud de una alimentación alta en grasas y baja en carbohidratos -conocida como keto o cetogénica por el estado de cetosis que provoca en el organismo- recientes hallazgos aseguran que una dieta de este tipo podría inducir la senescencia celular en múltiples órganos, incluidos el corazón y el riñón.

Cabe aclarar que por senescencia celular se conoce el fenómeno experimentado por las células cuando estas reciben un daño que supera su capacidad de adaptación. Es el proceso iniciado como respuesta al estrés y daño ocurrido en una célula; abarca el envejecimiento de las células hasta que dejan de dividirse, pero no mueren.

Qué relación tiene la dieta keto con el envejecimiento celular

Según un reciente estudio, el tipo de alimentación alta en grasas y baja en carbohidratos induce la senescencia celular en múltiples órganos (Imagen Ilustrativa Infobae)
Según un reciente estudio, el tipo de alimentación alta en grasas y baja en carbohidratos induce la senescencia celular en múltiples órganos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las dietas altas en grasas y bajas en carbohidratos, conocidas como cetogénicas, se volvieron cada vez más populares en las últimas décadas.

El consumo mínimo de carbohidratos durante una dieta de este tipo induce al hígado a producir cetonas, que posteriormente se utilizan como fuente de energía alternativa.

Y si bien se demostró que la alimentación cetogénica es beneficiosa en el tratamiento de varias enfermedades, así como también se probaron efectos antiinflamatorios y mejoras en los fenotipos de longevidad en la mediana edad, el nuevo estudio aportó evidencia acerca de que “las dietas bajas en carbohidratos pueden ser proinflamatorias en ratones y aumentar los riesgos de fibrosis cardíaca y daño renal”.

Para el estudio, durante tres semanas, los investigadores alimentaron a seis ratones con una dieta cetogénica, en la que más del 90% de sus calorías procedían de grasas y menos del 1% de carbohidratos. En tanto, un grupo de control siguió una dieta estándar en la que el 17% de las calorías procedían de grasas y el 58% de carbohidratos.

Después de 21 días, los ratones alimentados con dietas cetogénicas tenían más riesgo de enfermedad cardíaca (Getty)
Después de 21 días, los ratones alimentados con dietas cetogénicas tenían más riesgo de enfermedad cardíaca (Getty)

Pasado ese tiempo, analizaron muestras de tejido de corazón, riñón, hígado y cerebro de los ratones, en busca de células senescentes. Y vieron que los animales que habían seguido una dieta cetogénica tenían significativamente más células senescentes en sus órganos en comparación con aquellos con una dieta estándar.

Y si se tiene en cuenta que las células senescentes aumentan con la edad, los hallazgos sugieren que la dieta cetogénica podría acelerar el envejecimiento de los órganos, lo que aumentaría el riesgo de enfermedades.

La buena noticia es que volver a llevar a los ratones a una dieta estándar disminuyó la presencia de células senescentes.

Cómo es la dieta cetogénica

Las dietas altas en grasas y bajas en carbohidratos, conocidas como cetogénicas, se volvieron cada vez más populares en las últimas décadas (Getty)
Las dietas altas en grasas y bajas en carbohidratos, conocidas como cetogénicas, se volvieron cada vez más populares en las últimas décadas (Getty)

Si bien la dieta keto o cetogénica ganó gran popularidad en la actualidad, en medicina se emplea desde hace casi un siglo para tratar, por ejemplo, la epilepsia resistente a medicamentos, especialmente en niños.

Esta dieta implica una restricción extrema de los carbohidratos, favoreciendo el consumo de proteínas y grasas, como carnes, huevos, quesos, pescados, aceite, aguacate, mantequilla, entre otros.

Normalmente, las células obtienen energía a partir de la glucosa proveniente de los carbohidratos. Sin embargo, cuando esta glucosa no está disponible, el cuerpo busca otra fuente de energía y entra en un estado conocido como “cetosis”, produciendo “cuerpos cetónicos” que proporcionan la energía necesaria.

Y más allá del presente estudio, ya algunos expertos planteaban algunas contraindicaciones respecto a este tipo de alimentación. Por ejemplo, en pacientes con enfermedad renal, se debe tener mucho cuidado porque este tipo de alimentación podría empeorar su condición.

Asimismo, el principal cuestionamiento está puesto en que es una dieta que está desbalanceada con respecto a las guías alimentarias para la población porque se consumen muchas proteínas, grasas y pocas verduras y frutas.

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