Diabesidad, la epidemia que se cobra una vida cada seis segundos

La obesidad es una de las principales causas del desarrollo de la diabetes tipo 2, y la coexistencia de ambas afecciones está en crecimiento. Cómo prevenir

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La diabetes es una enfermedad que en la mitad de los casos no es diagnosticada (iStock)
La diabetes es una enfermedad que en la mitad de los casos no es diagnosticada (iStock)

El Día Internacional de la Obesidad y el Día Mundial de la Diabetes se juntan en una misma semana. Esta proximidad no es casual, ya que existe una coexistencia en ascenso de ambas enfermedades. La diabesidad -un término instaurado recientemente para referirse a la presencia de diabetes tipo 2 en personas obesas- crece y alerta a la comunidad médica a medida que se instaura como una de las epidemias más peligrosas del siglo XXI.

A largo plazo, el impacto negativo que genera en los pacientes esta conjunción de enfermedades implica una reducción de la calidad de vida, por las severas complicaciones que puede generar, y una disminución de la esperanza de vida en general.

En primer lugar, la causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre la energía consumida y la energía gastada. En la actualidad hay una predisposición al aumento de peso en la población, basado en un incremento en la ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en grasa, sal y azúcar pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes indispensables para vivir. Esta transición alimentaria, además, se acompaña de un aumento del sedentarismo producido por un alarmante descenso en la actividad física, las nuevas costumbres laborales, formas de desplazamiento y la creciente urbanización.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1980 la cantidad de diabéticos en el mundo se cuadruplicó. En 2012 murieron 1,5 millones de personas como consecuencia del exceso de azúcar en sangre. En 2015 se registraron 415 millones de personas con esta enfermedad, y se le pueden atribuir 5 millones de muertes: una cada seis segundos. Las proyecciones no son alentadoras, y estiman la diabetes será la séptima causa de muerte en 2030. 10 años más tarde, el cálculo es que el mundo tendrá 642 millones de diabéticos.

Tres de cada cuatro de las muertes de este tipo se registran en países de ingresos per cápita bajos y medios. En América Latina, 29 millones de personas son diabéticas (según datos de 2015), número que crecerá a 48,8 millones para el año 2040. En tanto, en la Argentina, datos aportados por la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, arrojaron que la prevalencia de la enfermedad en el país pasó del 8,4 por ciento en 2005 a 9,8 por ciento en 2013. La fuerte asociación que existe entre la obesidad y la diabetes tipo 2 se refleja también en esta misma encuesta porque se observó que en ese mismo período la obesidad pasó del 14,6 al 20 por ciento.

La diabetes se convirtió en una epidemia mundial principalmente en relación con el rápido aumento de la inactividad física, el sobrepeso y la obesidad. Estas últimas dos explican el 44 por ciento de la carga de diabetes en la Argentina. En el mundo es una de las principales causas de enfermedad y muerte prematura en la mayoría de los países, sobre todo debido al aumento del riesgo de enfermedades que conlleva. Un 50 por ciento de los pacientes con diabetes mueren de alguna enfermedad cardiovascular, principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular (ACV). Respecto a este último, en Argentina el 22 por ciento de los pacientes que presenta un ACV es diabético.

Cómo prevenir la diabetes

Teniendo en cuenta la gravedad de las consecuencias de esta enfermedad, es muy importante conocer las cifras del impacto, ya que se calcula que uno de cada dos personas con diabetes no tiene diagnóstico. Si bien la información reciente permite ver que en los últimos 20 años se logró disminuir las complicaciones cardiovasculares en los pacientes diabéticos, esto se debió a un mejor control de lo distintos factores de riesgo que presentan, como la hipertensión y el aumento del colesterol, además de un mejor control de la glucemia.

Las dos medidas indispensables tanto para la prevención como para el tratamiento de la diabesidad son la práctica regular de ejercicio físico y pérdida de peso. Incluso un descenso moderado provoca una considerable reducción de la resistencia a la insulina, y mejora la capacidad del organismo de asimilar la glucosa y el metabolismo en general.

Una reducción de entre el 5 al 10 por ciento del peso corporal en un período aproximado de un año otorga beneficios concretos para la salud, tales como mejoras en la presión arterial, descenso del colesterol y glucosa sanguínea. Aunque el descenso no sea suficiente para terminar con el sobrepeso u obesidad, ayuda a disminuir el riesgo de contraer enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Una alimentación sana y actividad física es la clave para una recuperación de un cuadro diabético (iStock)
Una alimentación sana y actividad física es la clave para una recuperación de un cuadro diabético (iStock)

"Es deber de todos los médicos informar a la población sobre esta fuerte y creciente asociación, educarlos, tratarlos y acompañarlos al cambio de vida de manera paulatina, logrando que cada una de las metas que se propongan sean alcanzables y sostenibles en el tiempo", señaló la doctora Virginia Busnelli (MN 110351), médica especialista en Nutrición y directora Médica de Crenyf. "La contención emocional y psicológica del equipo tratante suele ser muy importante para el éxito del tratamiento en estos pacientes y de mucha ayuda para instaurar una nueva vida que los sane".

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, teniendo en cuenta de la falencia en el diagnóstico,  algunas organizaciones aprovechan la oportunidad para concientizar a la sociedad sobre los peligros de esta enfermedad. La asociación civil sin fines de lucro CUI.D.AR presentó la campaña "Héroes que Inspiran" para dar a conocer a las personas que sufren el impacto de la diabetes tipo 1 que, a diferencia del tipo 2, se caracteriza por una deficiencia total de insulina. El objetivo es visibilizar y crear conciencia sobre esta arista de la enfermedad, en su mayoría desconocida por la sociedad, que se diagnostica con mayor frecuencia en niños y adolescentes y requiere de tratamiento de por vida.

Por otra parte, el Consejo Argentino de Oftalmología llevará a cabo su 19ª Campaña Nacional de Prevención de Ceguera por Diabetes, con el fin de detectar o descartar la presencia de la patología, que puede causar ceguera. En 165 centros oftalmológicos públicos y privados del país se realizará un examen gratuito que consiste en un fondo de ojos indoloro y rápido el viernes 18 de noviembre.

"En Argentina hay millones de diabéticos y se estima que la mitad de ellos ignora que padece esta enfermedad". Por eso, es fundamental que el paciente diabético asista al oftalmólogo al menos una vez por año", resumió jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Alemán e integrante de la Comisión de Acción Social y Prevención de la Ceguera del CAO (organismo a cargo de la campaña), Guillermo Iribarren.

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