El 42° Congreso de Cardiología Argentina que se lleva a cabo en La Rural -culmina hoy-, regala la rica presencia de diferentes especialistas que tienen algo que decir y a los que vale la pena escuchar.
El encuentro es el más importante de habla hispana de la especialidad por el número de profesionales que convoca, sobre todo a nivel regional. Además, está considerado el cuarto en importancia y cantidad de inscriptos a nivel mundial. Allí, los doctores Alberto Cormillot y Rafael Díaz, especialistas en nutrición y cardiología respectivamente, regalaron un prestigioso debate que tuvo a un ingrediente clave en la dieta como protagonista de la discusión: la sal.
Quien comenzó sus 10 minutos de oratoria fue Cormillot, asegurando que "Si uno dice 'la sal no es tan mala' es un mensaje gris y la gente va a bajar muy poco la sal. Pero si uno dice 'hay que bajar mucho el consumo de sal' creo que hay más posibilidad de que la gente lo baje. El mensaje debe ser: hay que bajar mucho la sal. Y no solamente hay que estar sobre ella sino que hay que hablar en los mensajes de los otros elementos. Son el tamaño del abdomen, el azúcar, el alcohol, la grasa, el sedentarismo, el cigarrillo, los beneficios de la actividad física, de consumir leche descremada, lácteos y hacer un buen descanso".
Entre las temáticas que abordaron ambos especialistas se destacaron las investigaciones y trabajos científicos sobre el control de los principales factores de riesgo cardiovascular. Cormillot se centró en el rol del periodismo y los medios a la hora de comunicar las conclusiones. También en la necesidad de hacerlo en forma coherente y responsable.
Para el cardiólogo Díaz, "cuando el consumo de sal es excesivo -por encima de 6 ó 7 gramos por día (número recomendado por el médico)- aumentan los eventos vasculares. Definitivamente. Pero encontramos algo que no esperábamos en ese momento: cuando el consumo de sal es extremadamente bajo se da una asociación inversa en donde los eventos vasculares aumentan. Se los ve en la población que tiene hipertensión arterial de base".
Además agregó: "El bajo consumo de sodio medido por excresión, incrementa la tasa de eventos vasculares en toda la población".
A lo expuesto por Díaz, Cormillot sostuvo estar de acuerdo, pero preocupado por "cómo le llegan estos datos científicos a la población y qué hacen con ellos". Díaz remarcó: "Consumir mucha sal no es bueno, por lo tanto reduzca el consumo. En Argentina se consume un 30% de sal discrecional (lo que la gente le agrega a los platos) y las personas lo pueden reducir. Si se reduce un 40%, el individuo estaría llegando al rango moderado, que es donde a mí me interesa llegar y no al rango que piden las organizaciones científicas".
"Estoy discutiendo con la industria la reducción de sodio en los alimentos. La posibilidad de que se reduzca radicalmente el sodio en la legislación argentina es muy remota. La pelea para que se baje un poco el sodio es toda una complicación", concluyó Cormillot.
El debate completo