Tras la derogación de Milei, Kicillof prepara una Ley de Góndolas propia y abre una nueva negociación con la Legislatura

El tema se planteó tras una reunión con empresarios y autoridades de cámaras supermercadistas. Reconocen caída en las ventas. El gobierno bonaerense necesita de la oposición para avanzar. El antecedente de Vidal

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Axel Kicillof con Augusto Costa. Buscarán redactar un proyecto de Ley de Góndolas en territorio bonaerense
Axel Kicillof con Augusto Costa. Buscarán redactar un proyecto de Ley de Góndolas en territorio bonaerense

El gobernador bonaerense Axel Kicillof abrió la puerta para avanzar con la redacción de una Ley de Góndolas propia luego de la derogación que el presidente Javier Milei realizó sobre esa normativa a nivel nacional con la redacción del DNU 70/24. El tema se acordó luego de una reunión que el mandatario provincial y parte de su gabinete mantuvieron con distintos representantes de supermercadistas y mayoristas que reconocen una caída en las ventas.

“La Ley de Góndolas venía a generar una situación de mayor equilibrio en cuanto a los proveedores y las distintas cadenas. Representaba que la pyme, la cooperativa, el emprendedor puedan llegar a las distintas superficies de comercialización. La verdad es que en ese sentido tiene un impacto claramente negativo, en el desarrollo local, la eliminación de la Ley de Góndolas que planteó e implementó el gobierno de Milei. Se conversó sobre eso y se quedó en que va a haber una mesa de trabajo para replicar una normativa de estas características a nivel provincial”, detalló el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia, Javier Rodríguez, tras el encuentro con actores de la cadena de comercialización.

La idea del gobierno de Kicillof, sostienen en La Plata, es intentar mitigar los efectos del plan económico adoptado por el gobierno nacional y que con la sanción del DNU para desregular la economía tiene impacto directo sobre el tejido productivo bonaerense.

La Ley de Góndolas a nivel nacional había sido sancionada en 2020 y modificada un año más tarde, ampliando su espectro a góndolas virtuales. Con la normativa, se buscaba que los consumidores “visualicen primero los productos más accesibles” en supermercados minoristas y mayoristas que superen los 800 metros cuadrados; ampliar la oferta de productos artesanales y/o regionales nacionales producidos por las micro, pequeñas y medianas empresas y proteger su actuación. Además incluía un “código de buenas prácticas”. Con la llegada del gobierno del libertario se bregó por la libre competencia del mercado y se eliminó todo tipo de regulación.

En la reunión con representantes del sector supermercadista, Kicillof sostuvo: “Desde la provincia asumimos el compromiso de fortalecer los instrumentos de crédito, certificación y promoción del comercio para apuntalar la producción e incluir a los emprendimientos familiares, las pequeñas empresas y los integrantes de la economía popular”.

Kicillof y parte de su gabinete con representantes Pymes y cámaras supermercadistas
Kicillof y parte de su gabinete con representantes Pymes y cámaras supermercadistas

Se quedó el que va a haber una mesa de trabajo para analizar la posibilidad de replicar una normativa de estas características -Ley de Góndolas- a nivel provincial”, detalló el ministro de Desarrollo Agrario. Agregó que se considerará las posiciones de todo el sector. “Estamos convencidos que es a partir del diálogo entre el sector privado y el sector público como se construyen las verdaderas políticas públicas”, remarcó.

La redacción y concreción de una Ley de Góndolas para dotar de competitividad a marcas intermedias con asiento en la provincia de Buenos Aires, implica también una negociación política que debe darse tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados bonaerense.

La actual composición legislativa le representa a Kicillof abrir un acuerdo con la oposición, ya que no cuenta con el número propio de legisladores para avanzar con una sanción positiva. En la Cámara baja, Unión por la Patria tiene, por ahora, un bloque de 38 bancas. Requiere, como mínimo, de nueve diputados no oficialistas. El peronismo cuenta a su favor con un escenario que asoma fragmentado en lo que respecta a la oposición. Lo que era Juntos hoy se reparte entre el bloque del PRO; la Coalición Cívica; UCR-Cambio Federal; Acuerdo Cívico + GEN; la Izquierda tiene dos unibloques y los libertarios que llegaron con la boleta de Javier Milei están disgregados en cuatro bancadas: La Libertad Avanza, Libre, Buenos Aires Libre y Libertad por Siempre.

La Cámara de Diputados bonaerense presenta un fragmentado mapa opositor
La Cámara de Diputados bonaerense presenta un fragmentado mapa opositor

El mapa se espeja en el Senado que preside Verónica Magario, donde el peronismo cuenta 21 escaños, de un total de 46. Precisa de tres bancas más para llegar a la mitad más uno que habilita la aprobación de un proyecto de ley sancionado dentro del orden del día de una sesión. Los libertarios se dividen en dos bancadas. Una que dejó Sebastián Pareja -ahora nombrado Secretario de Integración Socio Urbana de la Nación- y que será reemplazado por Carlos Curestis por un lado y otra bajo el sello de Libertad Avanza. También orbita allí cerca, el ex intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre, con su unibloque Derecha Popular. Por su parte, lo que fue Juntos tiene dos bloques: PRO y UCR-Cambio Federal.

Ante este año no electoral, Kicillof espera que la Legislatura tenga actividad permanente y apruebe ciertas leyes que el Ejecutivo tiene en carpeta. El primer gesto lo tuvo finales del año pasado cuando le aprobaron un pedido de endeudamiento y la Ley Fiscal Impositiva.

La ley que no fue

Hay un antecedente cercano a la Ley de Góndolas provincial que propone Kicillof. Es el proyecto que impulsó la ex gobernadora María Eugenia Vidal en la antesala de la campaña electoral 2019. La entonces mandataria bonaerense presentó un proyecto similar que fue aprobado por el Senado y luego se esfumó en la Cámara de Diputados.

La iniciativa hacía contrapeso al acuerdo que el presidente Mauricio Macri había sellado con los grandes productores de bienes de la canasta básica y supermercados; ya que en su proyecto Vidal le garantizaba lugar a las Pymes en las góndolas. Fue un tiempo político en el que la entonces mandataria bonaerense intentaba tomar distancia de un gobierno nacional que exhibía una gestión de agotamiento y con pocos índices económicos favorables.

El proyecto de Vidal -que se enmarcaba en una serie de medidas económicas impulsadas por la Provincia- estaba inspirado en experiencias similares que se habían dado en Colombia, Chile, España, Australia y el Reino Unido. Se proponía por ejemplo que las grandes cadenas de supermercados debían procurar la inclusión de pequeñas y medianas empresas entre sus proveedores habituales y se debía reservar no menos que el 10% del espacio en góndola.

Kicillof y su equipo económico y productivo que encabezan los ministros Augusto Costa (Producción), Javier Rodríguez (Desarrollo Agrario), Cristian Girard (ARBA), Pablo López (Economía) y Juan Cuattromo (Banco Provincia) , le plantearon la posibilidad de una Ley de Góndolas propias a autoridades de la cámaras argentinas de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) y de Supermercados (CAS); la Cámara provincial de Supermercados y Autoservicios (CAPSA); la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA) y de Entidades de Autoservicistas Almaceneros, Supermercadistas y Polirrubros de Buenos Aires (FABA); las asociaciones de Supermercados Argentinos (ASU) y de Colaboración Empresaria (ACEs).