"América Latina necesita de un gran pacto social para recomponerse"

Compartir
Compartir articulo

El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, Ricardo Alonso García, y el doctor Raúl Canosa Usera, de visita en la Argentina, se refirieron a la situación de Brasil y Venezuela en el nuevo contexto geopolítico mundial.

– ¿Qué ha permeado en vastos sectores de los electorados? Es decir, ha ganado la elección un poder ejecutivo muy fuerte, como bien decía recién el Dr. Canosa. ¡Ganó las elecciones! ¿Qué es esto de que sea controlado por el poder legislativo, poniendo leyes, o mucho menos, controlado desde el punto de vista del órgano jurisdiccional? El que gana las elecciones, gana las elecciones y punto.

Ricardo Alonso García: Bueno, pero ese es el discurso que se quiere vender. Claro, ese es un discurso que constitucionalmente no tiene ningún tipo de encaje. Por eso estábamos apuntando en ese sentido: la calificación de antisistema. Es una calificación que puede ser más o menos amplia. Están los antisistemas radicales y los antisistemas sutiles. Un ejecutivo que está por encima de un legislativo, que es el que le controla políticamente, y de un poder judicial que controla los dos contrapoderes de los dos poderes – normativo y ejecutivo – al fin y al cabo son tesis antisistemas planteadas sutilmente. Claro, luego está el antisistema radical, que es el encapuchado, el de la calle, el de la guerra urbana.

– ¿Cómo analizan ustedes, expertos en derecho, la situación de Venezuela? 

Ricardo Alonso García: Yo solo analizo como experto que he sido, porque yo he presidido uno de los tribunales habituales del Mercosur y he estado también involucrado en la reforma unidad andina, o sea que algo sé a nivel regional. Eso se lo contesto en clave de analista regional, de los esquemas de integración regional, y lo que le puedo decir es que uno pierde la esperanza. La manera en la que Venezuela se incorporó en el Mercosur, recordará usted cómo fue: la famosa suspensión provisional de Paraguay aprovechando, yo creo aprovechando, un juicio político que fue constitucional. Uno podrá estar de acuerdo o no con la constitución paraguaya, pero el impeachment paraguayo estaba previsto constitucionalmente. Fue bendecido en última instancia por la corte suprema del Paraguay y los socios que tenían un determinado color político acordaron la suspensión provisional de Paraguay, que casualmente era el único país que había ratificado la entrada de Venezuela. Y prácticamente la misma semana que se suspendía la condición de estado miembro del Mercosur a Paraguay, ingresaba Venezuela. Cuando cualquier analista sabía que Venezuela entonces, ya con el presidente Chávez, no es que cumpliera de manera rigurosa el Estado de Derecho, el respeto de la ley que exige, teóricamente, ser miembro del Mercosur. Así entró y mire dónde nos encontramos ahora, así ha salido también provisionalmente porque ha pasado lo que se suponía que iba a pasar. Ni entonces lo era ni hoy lo es todavía, porque antes tenía más apariencia de ser un país en el que se respeta el Estado de Derecho.

​- Raúl Canosa: ​Es tan claro, es tan diáfano que una vez más tiene razón aquel aforismo, que en realidad es una norma todavía vigente – el artículo 16 de la declaración francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano – que establece que allí donde no hay garantía de los derechos y división de los poderes, no hay constitución. Quiero decir que no hay democracia. Ni hay división de poderes porque en efecto la idea de que "hay un origen democrático del poder debe implicar que ese poder democrático es irresistible y sobre él no puede pesar ningún control" acaba retrotrayendo la democracia a los tiempos de los antiguos griegos. Pero claro, la democracia de los modernos es la división de poderes. Y efectivamente, cuando no hay división de poderes tampoco acaban pudiéndose ejercer los derechos fundamentales. Empezó, en el caso de Venezuela, con la libertad de expresión, la libertad de prensa fuertemente censurada y en la medida en la que los resultados democráticos no producían las consecuencias políticas que eran apetecidas – que es lo que está sucediendo, que el parlamento en dos tercios está controlado por la oposición – al final el presidente acaba desactivando la asamblea y articulando a poderes judiciales que no son independientes contra ella y, al final, la gran solución "democrática" es convocar a un poder constituyente para sortear, probablemente no saldrá adelante, pero no puede salir tamaña fantasmagoría adelante porque ya los venezolanos están rebelándose. Es obvio que eso no es una democracia. Tenemos muy en claro todos qué es una democracia: división de poderes, garantía de los derechos, independencia del poder judicial. Todo eso que puede ser aburrido: elecciones periódicas. Ahora es más divertido que la gente esté en las redes votando constantemente. Yo, como no estoy siempre en las redes, parecería un ciudadano de segunda categoría porque no estaría participando de la vida pública. Qué bien la democracia representativa. Yo levanto desde luego una lanza a su favor.

La entrevista completa: