La carta de Poli a monseñor Aguer que anuncia la ruptura con los Scouts

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Se quebró el vínculo entre la Iglesia y los Scouts por el matrimonio igualitario
Se quebró el vínculo entre la Iglesia y los Scouts por el matrimonio igualitario

"La soga se rompió y no hay vuelta atrás". Eso le escribió el cardenal Mario Poli al arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en respuesta a una primera comunicación donde este le hacía saber que los "Scouts de Argentina están realizando un proceso donde van perdiendo lugar algunos valores fundantes como el lugar de Dios y la familia".

Monseñor Poli coincidió con la preocupación del arzobispo platense y le anticipó en la misiva su propósito de impulsar la desvinculación total de la Asociación y la creación de una federación de scouts cristianos a nivel nacional.

El texto completo de la carta:

Mons. Héctor Aguer

Arzobispado de La Plata
Querido hermano Héctor:

Agradezco tu carta de esta semana. Llega en momentos de difíciles decisiones con relación al movimiento scout católico y la Asociación Scout de Argentina.

Yo cumplí los seis años y ya estaba en los lobatos del Grupo Nº 1 de la Parroquia Nuestra Señora de la Salud, cuyo fundador y alma mater era el P. Julio Meinvielle. Mi adolescencia y primera juventud transcurrió en el Grupo Nº 86, con los venerables padres Vicente Desimone y Pablo Dibenedetto. Ahí llegué a dirigir el grupo durante un año. Luego vino el largo tiempo del Seminario, la formación y el servicio como formador, estudios y clases en la Facultad de Teología. Durante muchos años me desvinculé del escultismo.

Cuando recibo de mano de la Iglesia este bendito ministerio episcopal, uno de los primeros encargos del Cardenal Bergoglio fue la de encargarme de la orientación pastoral del movimiento en la Arquidiócesis. Ya hacía algunos años que se había realizado lo que se constituyó en una Asociación civil entre INSA-USCA.

Me llevó un tiempo darme cuenta cuál era el espacio de los grupos católicos dentro del nuevo esquema. En realidad, la Comisión de Pastoral Scout (COPASCA) se movió con libertad y pudimos realizar muchos avances en catequesis, devocionarios, subsidios, comentarios de textos evangélicos en clave scout y celebraciones. Hasta se incluyeron dos módulos de enseñanza religiosa en el plan que tiene la Asociación para todos los dirigentes que desean estar al frente de los grupos. No quiero olvidarme del trabajo que realizó Mons. Luis G. Eichhorn quien elaboró un Directorio de Pastoral Scoutd (CEA 2004), el que sigue iluminando la tarea de los comisionados de COPASCA.

No obstante, la Asociación, cada vez más se mostró muy proclive a asimilar proyectos educativos del Estado -educación sexual p. ej.-. Si bien nosotros seguimos con "el programa de educación en el amor", sin embargo en los eventos comunes se filtró esa orientación. Esto sumado al avance de la ideología de género, que muchos dirigentes, desde hace años vienen proponiendo modificaciones al proyecto educativo original (CEA 1996), llegó a su punto máximo en la última Asamblea Nacional, cuando se votó modificar la definición de familia "formada por varón y mujer", por la de: "formada por personas". Para sustentar el cambio aparecieron claramente los principios y postulados de la ideología de género, hasta el mismo derecho al aborto Hace rato que varios dirigentes insistían en actualizar el proyecto educativo con la nueva legislación vigente. Siempre que apareció la moción la rechazamos, hasta que entró por la ventana.

Como les advertí al Consejo de la Asociación hace unos meses aquí en la Curia, que no tiren de la soga porque está a punto de romperse; ahora considero que ya se rompió y no hay vuelta atrás.

Ahora bien, tenemos un desafío. La membrecía católica alcanza el 96% de toda la Asociación, pero resulta que muchos dirigentes de nuestros grupos, aun algunos comisionados de COPASCA, votaron por el SÍ en la Asamblea. El "Manual de sonseras scout's" -inédito-, enseña que si los dirigentes se rebelan, arrastran gran número de sus dirigidos, y por lo tanto hay que ser cautos en tomar una decisión apresurada, sobre todo en los grupos que están en nuestras parroquias, que son los más numerosos.

Buscando antecedentes, vino a mis manos la carta firmada por el Cardenal Pironio, del año 1995, cuando era Prefecto de la Congregación para los Laicos. La CEA le había consultado el tema de la unidad, y la respuesta del Cardenal es muy clara: después de evaluar experiencias en otros países, aconsejaba seguir con la unidad bajo la figura de una Federación. No sé por qué los obispos, en su momento, desoyendo la respuesta a la consulta, optaron por el formato jurídico de la Asociación civil.

Con algunos obispos, sacerdotes y laicos, con la presencia de pastores y dirigentes evangélicos, estamos armando una estrategia para desvincularnos, al mismo tiempo que imaginamos una nueva unidad cristiana agrupados en una Federación.

Dado que los campamentos ya se han programado y corren los seguros que cada grupo abonó a la Asociación, esperamos que pase el verano para luego hacer una presentación más pensada y ordenada de lo que deseamos sea el movimiento en el futuro. Como hay que renovar la afiliación de los grupos en junio, ese tiempo debiera ser el punto de inflexión para tomar otro camino. Esto es lo que informaré a la Permanente próxima, y pienso que nos dará tiempo para establecer contactos con los grupos del interior del país, para cuidar que pasen con el mayor número de sus miembros (son más de 75.000, niños, adolescentes y jóvenes, además de los dirigentes). Para la Plenaria del año próximo llevaré por escrito una presentación del proyecto

Mario Aurelio Cardenal Poli
Arzobispo de Buenos Aires
Primado de la Argentina.

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