Los trabajos del presente que anuncian los del futuro posible

Bajo la consigna “Experiencias que Transforman”, el pasado 20 de octubre la Universidad Siglo 21 realizó en su Campus de Córdoba la 6ta edición de Feria21, el espacio anual donde la Universidad diseña un conjunto de actividades pensadas para conectar alumnos y egresados con organizaciones líderes, las fuerzas de la innovación que operan en todos los sectores y las oportunidades que las tendencias globales y regionales abren para el desarrollo profesional y emprendedor.

Desde el Observatorio del Futuro coordinamos una de las tantas actividades de Feria 21, en este caso destinada a fortalecer nuestra comprensión acerca de la transformación del mercado de trabajo en marcha, desde la cual se configuran las distintas miradas sobre lo que habitualmente se conoce como “el futuro del trabajo” en tiempos de revolución digital avanzada y, especialmente, expansión acelerada de la inteligencia artificial. Nuestra hipótesis de trabajo, siempre expuesta a las evidencias que logramos generar en medio de semejante vendaval de cambio, es que esta tercera década del siglo XXI es un verdadero punto de inflexión en el recorrido que transitamos hacia una era donde, en el marco del paradigma del tecno-humanismo al cual adscribimos, el trabajo humano puede expandirse con mayor sentido, bienestar, diversidad e ingresos para las mayorías. La compleja transición en la que estamos suele sesgarnos el juicio llevándonos a la defensiva frente al avance de la tecnología y otras dimensiones del cambio que impactan en el trabajo humano. Pero cuando hacemos fenomenología y nos adentramos en miles de casos que se incuban bajo el torbellino del cambio, podemos advertir señales del mundo de posibilidades ampliadas que se despliega y que pueden habilitar una nueva matriz de desarrollo y bienestar para las mayorías.

Para ello convocamos a una mesa de conversación a cinco jóvenes con distintos recorridos de estudios, experiencias y desarrollo personal, todos con el común denominador de estar trabajando en posiciones que cuesta encasillar o etiquetar de forma simple y lineal. Es decir, jóvenes cuyos trabajos hablan por sí mismos de esos nuevos formatos, espacios y destrezas que se combinan para recrear el trabajo humano en medio del tsunami digital que llega a todas las industrias y disciplinas. Allí estuvieron: Martin Garis, Lic en Marketing y Manager Ventas Corporativas Latam de Evoltis; Clara Cunill, Prof de Filosofía, Magíster en Educación y Directora de Programas de la Fundación Córdoba Mejora; Eric Barbero Mondino, Ingeniero Electrónico y Business Development Manager en Alquiler Argentina; Celina Murina, quien con estudios de Diseño, Publicidad y Comunicación se desempeña en forma independiente prestando servicios en dichas disciplinas y Emilse Nemeth, Lic en Administración de Empresas y Head of People Latam de Von der Heide.

Para aprovechar el tiempo de nuestros invitados, diseñamos una conversación basada en tópicos centrales de la agenda del futuro del trabajo y nos conectamos en un espacio de escucha activa para aprender de sus biografías e inferir a partir de ellas que pueden estar diciéndonos acerca de ese mundo tan temido del trabajo futuro que podrá quedarnos a las personas en la era de la inteligencia artificial.

La primera y central conclusión que podemos extraer de este pequeño laboratorio tecno-humanista que ha sido nuestra conversación es que, como solemos predicar desde el Observatorio del Futuro, el trabajo humano lejos estará de desaparecer y que la arquitectura que asuma el mismo será producto de la recreación y resignificación que podamos darle a partir del gran logro sostenido de la civilización: servirnos de tantas herramientas y tecnologías para vivir y trabajar de maneras menos indignas. Nuestros cinco invitados dieron cuenta de trabajos menos estandarizados, más enriquecidos que casilleros de algún organigrama. Trabajos cuya denominación surge de una mezcla de tareas que convergen en entregar valor agregado para públicos internos o externos. Trabajos ejecutados con creciente uso de herramientas tecnológicas, pero anclados en habilidades humanas en constante desarrollo, mucho más que los títulos académicos que cada uno pueda tener en el origen. Trabajos bajo modalidades más variables, híbridas, haciendo de las interacciones en equipo, los proyectos y las metodologías ágiles verdaderos pilares del desempeño ya sea en relación de dependencia o de forma independiente.

Profundizando, cuando preguntamos por el valor que agregan en sus roles actuales, se advierte un cambio de paradigma. Se trata de ampliar la mirada e ir mucho más allá que una descripción de puestos. Claro que todos los trabajos tienen tareas que desempeñar y responsabilidades que cumplir, pero el foco organizador y multiplicador viene cada vez más de identificar con claridad qué valor agregan a sus clientes internos o externos. Es allí donde el trabajo humano florece y se transforma, desarrollando nuevas condiciones de inmunidad frente al avance incesante de la automatización. Como Martín, cuando expresa que traducir las propuestas de valor de la compañía a los posibles clientes corporativos a través de la escucha activa es la clave de su desempeño o Clara cuando lo define como conectar las partes que hacen que los programas de Córdoba Mejora sean posibles.

Al introducirnos acerca de las trayectorias de cada uno, advertimos una gran afinidad con la dinámica de experimentación, la combinación de disciplinas, el descubrimiento de zonas donde es posible lograr estado de flujo en los desempeños. Nuestros invitados mostraron cierta sensibilidad para percibir puntos de inflexión en sus carreras, a partir de esos hitos que sólo aparecen al experimentar y que generan oportunidades de desarrollo personal superiores a toda planificación. Como en el caso de Eric, descubriendo su capacidad comercial a partir de su personalidad extrovertida y considerando su título de Ingeniero como una plataforma a partir de la cual construir nuevas dimensiones para su desempeño. O Emilse a partir de su carrera generalista en Administración, su paso revelador por funciones de marketing en empresas y su llegada a Recursos Humanos a partir de su inclinación hacia los temas más blandos de personas y equipos dentro de organizaciones.

Las habilidades comienzan a ser la moneda corriente en materia laboral. Los protagonistas de esta conversación así lo ratifican. Portadores de perfiles en forma de T, con amplio margen para ir incorporando skills transversales a sus carreras de origen. Sus trabajos actuales son evidencia real del impacto que este repertorio creciente de habilidades tiene para capturar oportunidades y darle forma a esas nuevas posiciones que se van abriendo en áreas tradicionales o más nuevas. Como Martin cuando menciona su curiosidad como habilidad de alto impacto que le ha permitido potenciar su rol en Evoltis o las destrezas para resolver problemas y saber pedir ayuda que Celina manifiesta centrales en su mixtura de diseñadora, comunicadora y publicista. Por supuesto, asistimos a la matriz de soft skills en todo su esplendor, estratégicas en un mundo lleno de procesos y tecnologías. El “To Be List” en contraste al “To do List” que propuso Eric como cambio de paradigma para adueñarnos del camino personal de desarrollo de habilidades.

Frente al siempre polémico tema de la automatización y acelerada transición de tareas ejecutadas por humanos a otras provistas por tecnologías, especialmente IA, emerge en estos casos una luz de optimismo acerca del renovado mix de tareas que podemos construir en los trabajos. Como en el caso de Emilse al relatar la gran variedad de tecnologías que hacen algunas de las tareas de su área (Linkedin para reclutamientos, herramientas de gamificación para Onboarding de talentos, herramientas colaborativas para gestionar y de e-learning para hacer más fluido el aprendizaje), aunque todo ello combinado con una expansión de las intervenciones humanas a lo largo de una “journey” de las personas dentro de las organizaciones. Es decir, con más data y más tecnología, es justamente como puede ingresarse en ese terreno “people centric” de la gestión, desbordante de requerimientos para el trabajo humano analítico y creativo. O también como Clara, cuando explica que en su rol de conectar actores vinculados a la educación para llevar adelante sus programas, buena parte de las tareas siguen siendo humanas, basadas en metodologías de gestión colaborativas, que pueden tener mediación tecnológica, pero que siempre requieren analistas y ejecutores humanos.

Todo esto será potenciado con la incursión de la IA generativa. Nuestros invitados reflejan la idea del momento: ya no se trata de automatizar tareas rutinarias, sino que aún las de mayor demanda cognitiva están sometidas al análisis acerca de si conviene seguir haciéndolas o debemos pedirle a la IA la ejecución de las mismas. Los cinco invitados coinciden en que la IA generativa puede potenciar sus desempeños al agregarle a los mismos un tutor de creciente confiabilidad para entregar datos, ganar velocidad, reducir errores y concentrar más tiempo en aquello que hace la diferencia en cada trabajo. Por ejemplo Eric en las tareas de desarrollar negocios, cada vez más asistido por la IA pero con crecientes espacios de tareas humanas al comprender mejor las realidades variables, impredecibles y diversas de los mercados. O como Celina, al servirse de herramientas de IA para darle velocidad a sus trabajos pero incrementando la ejercitación mental para integrar todos los elementos en ecosistemas de diseño que cumplan con los requerimientos de sus clientes.

Finalmente, a la hora de pensar el futuro, todos manifiestan alguna conciencia acerca de los riesgos asociados a este proceso de transformación que tiene tiempos, asimetrías y muchas complejidades a resolver en la transición. Pero todos comparten también una mirada optimista hacia el futuro, a partir de la cual el trabajo humano no sólo no desaparece sino que se puede potenciar y reconfigurar, bajo el mantra de trabajar menos horas, de forma más significativa y haciendo de la biografía personal de cada uno una obra única e irrepetible capaz de ponernos más cerca de respuestas positivas a la eterna pregunta existencial por el sentido de la vida. Llevar estos casos de trabajos enriquecidos a futuros posibles para las mayorías es la gran misión colectiva del siglo XXI.