La Unión Europea y los 60 años del Tratado de Roma

Por Francois Roudie

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La delegación de Luxemburgo en el momento de la firma del Tratado de Roma, 25 de marzo de 1957
La delegación de Luxemburgo en el momento de la firma del Tratado de Roma, 25 de marzo de 1957

"Muy pocas personas eligen la guerra, pero eligen el egoísmo y el resultado es la guerra", decía el pacifista y activista estadounidense David Dellinger. Muchos europeos tenemos presente esa frase cuando pensamos en nuestro continente: mis abuelos y mis padres conocieron los horrores de una confrontación bélica en su vida cotidiana, en sus historias personales.

La Unión Europea como la conocemos hoy tuvo su origen formal precisamente en la Europa de la posguerra, aún en reconstrucción: el 25 de marzo de 1957 se firmaron en Roma dos tratados que daban existencia a la Comunidad Económica Europea (CEE) y a la Comunidad de la Energía Atómica (EURATOM). Los firmantes del histórico acuerdo fueron Francia, los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Italia y República Federal de Alemania. El objetivo político estaba trazado, y no era otro que la integración progresiva entre los diversos países miembros.

A 60 años de aquel encuentro, el enfrentamiento como norma de resolución de las diferencias dio lugar a la cooperación. Un período de paz sin precedentes ha convertido a la Unión Europea en un actor global relevante, dando más peso a sus estados miembros, y que con sólo 6% de la población mundial concentra un 22% del Producto Interno Bruto global.

La UE es un actor protagónico del multilateralismo basado en reglas, con una moneda única que es la segunda más usada en el mundo, con una amplia red de acuerdos comerciales en los cinco continentes, a los cuales se sumará –estamos empeñados para que sea a la brevedad- un Acuerdo de Asociación con el Mercosur. Trabajamos para que un futuro acuerdo Europa-Mercosur traiga para la Argentina y sus socios regionales los beneficios de una economía abierta y dinámica: crecimiento económico, creación de empleo, inversiones, seguridad jurídica, igualdad de oportunidades, desarrollo tecnológico, mejoras en la educación y desarrollo social.

El desarrollo sustentable ha convertido a la Unión Europea en un actor clave contra el cambio climático: entre 1990 y 2016 el PIB de la eurozona creció 46%, mientras las emisiones de gases que provocan el calentamiento global disminuyeron un 23 por ciento. Bajo la premisa de un mundo igualitario, la UE representa el 56% de todo el esfuerzo mundial en ayuda humanitaria y para el desarrollo.

El 60 aniversario del Tratado de Roma encuentra a una Unión Europea cuyos líderes admiten sus desafíos más urgentes, que se expresan en el creciente euroescepticismo, Brexit, desempleo entre los más jóvenes, terrorismo, crisis de los refugiados o la retórica populista, que abren una oportunidad para una refundación del proyecto auropeo. Pero al mismo tiempo según Eurobarómetro, 80% de los ciudadanos europeos asumen como "normal" poder viajar, comprar, vivir y contar con protección legal en todos los países de la región. Según la misma encuesta, el 70% de los ciudadanos apoya la existencia del euro como moneda única.

Hace 60 años los padres fundadores del sueño de una Europa única trabajaron mirando al futuro, con la vista puesta en sus descendientes. La Unión Europea no se desintegrará, a pesar de todos los obstáculos que deba superar, porque entiende que –como decía el ex presidente de la República Italiana Giorgio Napolitano-, "hacen falta paciencia y esfuerzo para construir una comunidad de naciones".

(*) Francois Roudie es Encargado de Negocios de la Delegación de la Unión Europea en Argentina