Mitos y verdades sobre la marihuana medicinal

Por Guillermo Dorado

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Existe un marcado interés en imponer a la marihuana como una sustancia inocua, al poner el énfasis en su uso recreacional y restar importancia al impacto sobre la salud mental de los potenciales usuarios, que incluye el cuadro ansiedad-depresión-psicosis. En la misma línea, se intenta instalar a la marihuana como posible medicamento para tratar una serie de afecciones que abarcan un amplio espectro de acciones: anticonvulsivante, antiartrítico, sedativo, ansiolítico, antipsicótico, antimaníaco y antiglaucomatoso.

En realidad, existe una importante cantidad de alcaloides presentes en las diferentes variedades de marihuanas, desde el conocido THC o tetrahidrocannabinol, el CBD o cannabidiol, el cannabinol, el cannabigerol, el cannabichromene, el cannabicyclol y otros aún no aislados. Como podemos ver en cualquier manual de farmacología, sabemos que un medicamento es un principio activo que debe ser administrado en una dosis determinada y por una vía que asegure su utilización, para evitar que genere algún tipo de daño y para que sea efectivo para determinada afección.

Desde esta perspectiva, suena absurdo administrar marihuana (o dicho de otro modo, una gran mezcla de principios activos) con supuestos fines terapéuticos. Pero es cierto que el aislamiento o la síntesis de algunos de estos alcaloides pueden ser de gran utilidad en la terapéutica medicinal; el CBD es un claro ejemplo de esto.

Ahora bien, la estrategia que pretende mostrar a la marihuana en la opinión pública como beneficiosa y segura ha aprendido a utilizar estos argumentos. De hecho, se propone el uso de variedades de marihuanas como la cannatonic (con alrededor de 20% de CBD) para promocionar su uso medicinal, y se busca constantemente desarrollar distintas variedades con menor cantidad de THC. Haciendo una comparación, los mismos argumentos para imponer la marihuana como medicamento podríamos utilizarlos para promover el uso medicinal del opio, del que puede extraerse la morfina, que es la que se utiliza como medicamento (en una dosis y por una vía determinada).

Sabemos los riesgos de la utilización de la marihuana, especialmente en sectores más vulnerables de la población, como jóvenes y adolescentes. Es necesario brindar información precisa para esclarecer este tema, en el que hay demasiados intereses creados.

El autor es médico psiquiatra. Miembro de la Comisión de Prevención Social, Tratamiento y Rehabilitación del Adicto del Observatorio de Prevención del Narcotráfico.