Si hay algo de lo que la humanidad puede estar agradecida, es que en el mundo hay mucho aún por conocer. Existen innumerables secretos y misterios por descubrir y resolver que hace imposible que la humanidad se aburra de explorar y conocer este bello planeta.
La historia ha dejado numerosos misterios que hoy en día los científicos no han sido capaces de comprender. Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías, una pequeña parte de estos misterios han sido finalmente resueltos, permitiendo entender un poco más sobre el pasado y sobre este maravilloso planeta.
Una copia de 500 años de la Odisea de Homero contenía misteriosas notas manuscritas en un idioma desconocido. Al respecto, los italianos Daniele Metilli y Giulia Accetta determinaron que las notas eran un tipo de taquigrafía inventada por Jean Coulon de Thévéno. Gracias a los avances tecnológicos se logró traducir la taquigrafía: era una traducción francesa del griego.
Gracias a una exploración láser se pudo identificar que la enorme cabeza de 350 libras realmente pertenecía a una gran estatua del Emperador Romano Trojano, la cual se cree que recibía a los viajeros en el puerto de Chichester.
El mecanismo de Antikythera ha sido llamado como el primer computador del mundo. Fue encontrado en un barco hundido alrededor de los 80-50 a.C. Recientemente, los científicos lograron descubrir su verdadero propósito: se trataba un dispositivo de navegación.
En 524 a.C., el ejército del rey persa Cambises II se movió contra los Etíopes. Más de 50.000 soldados fueron a conquistar los oasis, pero todos desaparecieron sin dejar rastro. Hace unos años, los científicos Angelo y Alfredo Castiglioni encontraron los restos del legendario ejército, y demostraron que los guerreros no habían desaparecido, sino que fueron asesinados por una violenta tormenta de arena.
Todos aquellos que han visto las piedras en el Valle de la Muerte, California, han tenido la idea de que las mismas se mueven una vez que dejas de verlas. Ralph Lorenx demostró que una cáscara de hielo se forma alrededor de las piedras durante el invierno, y que cuando se descongelan, las rocas comienzan a deslizarse debido a los vientos.
La tumba de Ricardo III se había considerada perdida cuando un empresario privado compró el monasterio en el que fue enterrado. Sin embargo, los científicos de la Universidad de Leicester lograron encontrar la tumba, y gracias a una prueba de ADN, comprobaron que los restos encontrados pertenecían realmente a Ricardo III.
En el 2016, Dennis Holm se encontraba en la Isla de Fiona con su detector de metales cuando encontró un colgante de oro sólido que representaba lo que más tarde se determinó que era Jesús en la cruz. Este vendría siendo el símbolo más antiguo del cristianismo de Dinamarca. Ahora, el hallazgo se exhibe en el museo de Viking, en Ladby, y la historia del cristianismo está siendo reescrita en consecuencia.