Publicado: 14 Jun, 2022 01:06 a.m.Actualizado: 14 Jun, 2022 08:03 a.m. EST
La rendición llegó el 14 de junio a las nueve de la noche. Los soldados combatieron hasta el minuto final entre bombardeos constantes de la flota británica En los últimos días de la guerra recrudecieron los bombardeos de ablande, sobre todo en los montes Longdon, Dos Hermanas y Harriet. Los argentinos lucharon con coraje con una desventaja de 5 a 1 con respecto a los soldados británicos Soldados argentinos caminan sobre el Monte Harriet. Aquí se vivió un un enfrentamiento militar en el epílogo de la guerra de Malvinas, entre la noche del 11 y la madrugada del 12 de junio de 1982 El 11 de junio de 1982 se produjo también la batalla por el Monte Longdon, una de las más cruentas de la guerra de Malvinas. Marcó el final del conflicto bélico y se retrató la resistencia de las tropas que defendían la soberanía argentina (AFP) Cascos de soldados ingleses se erigen en el Monte Longdon, según el gobierno nacional "fue el combate más encarnizado de la campaña de las Malvinas y en aquella oscuridad poblada de bengalas, munición trazadora y relámpagos de bayonetas y cuchillos, nuestros soldados ofrecieron la más enconada resistencia y el supremo sacrificio hasta perder la vida" Un grupo de soldados argentinos en las carpas de uno de los campamentos, preparados para entrar en combate en defensa de las Islas Malvinas (Romn von Eckstein) Una posición de artillería argentina al mando del entonces teniente coronel Martín Balza responde al martilleo del ataque final de la artillería inglesa contra el Puerto Argentino durante el final de la guerra de Malvinas (Eduardo Farre) Un herido inglés en los últimos días de la guerra, luego de la avanzada final hacia Puerto Argentino. Los ingleses sufrieron 255 bajas durante el conflicto armado de 1982
Jeremy Moore aceptando la rendición del jefe militar argentino en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez. El documento está en exhibición en el Museo Imperial de la Guerra en Londres Los combates finales del 11 al 14 de junio fueron los más sangrientos y cruentos. En la foto, una postal de la rendición Prisioneros marchan hacia Puerto Argentino. El avance británico desde el Oeste obligó a los argentinos a reorientar sus defensas, construidas bajo la expectativa de un ataque desde el Norte
Más allá de la derrota hubo muchos oficiales, suboficiales y soldados que dieron muestra de extraordinario valor y liderazgo en condiciones extremas En la madrugada del 14 los ingleses vieron como una sección agotada y diezmada -las del subteniente La Madrid-, luego de dar una dura batalla, se replegaba protegida por la ametralladora del soldado Oscar Poltronieri Los británicos se prepararon para el último asalto y desalojaron las posiciones de los argentinos sobrevivientes del RI 7 en la zona del Wireless Ridge y Camber; al Este de Puerto Argentino y en el aeropuerto varias unidades estaban inmovilizadas y no participaron en la batalla Los prisioneros fueron llevados a Puerto Argentino. Permanecieron unos días más en las islas y fueron embarcados en el buque inglés Canberra, que el 19 de junio arribó a Puerto Madryn con 4.167 combatientes Prisioneros de guerra argentinos realizaron durante su detención trabajos peligrosos prohibidos por la Convención de Ginebra, como transportar municiones La rendición buscó evitar el combate casa por casa que aumentaría la matanza, luego de enfrentamientos armados que se extendieron hasta pasado el mediodía del 14 de junio Montañas de armas abandonadas por los soldados argentinos luego de la rendición en Puerto Argentino Los británicos revisaron a los combatientes argentinos en Puerto Argentino. No podían guardar nada: ni fotos, ni papeles, ni artículos personales Armamento argentino luego de la rendición (Paul Haley) En los días finales muchos soldados, aislados o en grupos, armados y desarmados, confluían en Puerto Argentino. Estaban separados de sus unidades y abatidos luego de enfrentar tremendos combates Bajo los obuses, riadas de soldados confluyeron sobre Puerto Argentino, con la idea de que los ingleses no bombardearían la población civil de la capital de las islas
Los prisioneros fueron alojados en un galpón en Puerto Argentino. Y, como durante toda la guerra, en ese refugio se escribió POW, "Prisioners of War" La derrota en Malvinas precipitó el fin de la dictadura y de la Junta Militar que gobernaba el país: el General Leopoldo Fortunato Galtieri, el Almirante Jorge Isaac Anaya y el Brigadier Basilio Lami Dozo Los principales combates se desarrollaron siempre con gran superioridad numérica y material británica. Asimismo, muchos de los soldados argentinos no estaban, a mediados de junio, en condiciones de combatir Un helicóptero Bell uh-1 convertido en ambulancia después de la rendición de las tropas argentinas evacua heridos desde Puerto Argentino hacia el rompehielos Almirante Irízar que funcionaba como buque hospital y no podía entrar al puerto de las islas por su calado (Eduardo Farré)
El gobierno de facto emitió el comunicado 165 del Estado Mayor Conjunto -que se realizaron durante toda la guerra- para anunciar: “Se labró un acto en la cual se establece las condiciones de cese el fuego y el retiro de tropas”. Nunca hablaron de rendición El Informe Rattenbach destacó la actuación profesional del Batallón de Infantería de Marina 5, los pilotos de la Fuerza Área, la artillería y la aviación del Ejército. Los ingleses -y en especial el general Julian Thompson- sintetizaron el valor de nuestros soldados: “No fue un picnic” Caídos argentinos: 194 de Ejército (16 oficiales, 35 suboficiales, 143 soldados); 377 de la Armada (323 del Belgrano, 8 del Sobral, 1 del Santa Fe, 1 del Guerrico, 5 del Isla de los Estados, 34 de Infantería, 1 del Apostadero Naval Malvinas y 4 pilotos); 55 de Fuerza Aérea (41 aviadores); 7 de Gendarmería; 2 de Prefectura; 16 agentes civiles Tras la rendición, a los argentinos se les concedió: retener su bandera, las unidades quedaban bajo control de sus oficiales, una ceremonia de rendición privada, la “devolución” de los 11.313 prisioneros de guerra Exhaustos, muchos combatientes argentinos llevaban sesenta días en las mismas posiciones, en un clima extremo y bajo fuego desde el 1° de mayo SEGUIR LEYENDO: