Se puede respirar la aventura en el aire. El Grande Francia, que durante tres semanas de crucero ha transportado más de 600 vehículos europeos desde Le Havre, vaciaba sus entrañas hace una semana. Mientras las motos y los quads partían a Asunción en remolques, el resto de los vehículos han esperado pacientes a sus propietarios, invitados hace dos días a reencontrarse con ellos.
Aunque la mayoría de los autos o camiones que son candidatos a quedarse con los primeros puestos han sido recuperados por las estructuras de asistencia que los acompañarán a lo largo de todo el rally, algunos pilotos han acudido en persona al puerto de Zarate, cerca de Buenos Aires, para realizar un recorrido ajeno a la competencia que se acerca a los 1200 kilómetros.
Gerard de Rooy, que no le quita los ojos de encima a su Iveco, ha querido liderar la procesión de su equipo, pero no al volante de su camión, sino en uno de los 4×4 que lo acompañará durante la carrera. El camino le ha parecido aún más largo a Joan Font y, sobre todo, a su compañero de equipo Oriol Vidal en el periplo de sus SSV hacia Paraguay. El Yamaha número 373 sufrió sus primeras aventuras antes de la pausa prevista a mitad de camino por los organizadores: "Tardamos más de lo previsto en llegar a Santa Fe porque sufrimos problemas con la toma de la gasolina, lo que nos obligó a realizar varias paradas. Al final, pudimos dormir y tomar rápidamente una ducha en el hotel antes de reanudar la marcha", explicó el copiloto de Santi Navarro, todavía en la frontera paraguaya.
La llegada a Asunción ha resultado compleja para algunos europeos… pero también para algunos "vecinos", que al final han tenido que realizar un viaje aún más largo para llegar a la capital guaraní. Por ejemplo, Marco Bulacia, que atravesó alrededor de 1500 kilómetros desde Santa Cruz, Bolivia: "Me siento aliviado de haber llegado; con un enlace así de largo, podemos decir que el Dakar ya ha empezado para nosotros".
Los que vienen de Santiago de Chile ya cuentan con 2000 km en el cuentakilómetros antes de tomar la salida… claro que no son los que baten el récord, ni mucho menos. Entre los que más asfalto se han tragado y los más insaciables dakarianos, el que se lleva el gran premio, sin lugar a dudas, es Lyndon Poskitt, que regresa a la prueba tras su 46º puesto obtenido en 2013. Para arribar a Asunción, el británico se ha dado el gusto de realizar una gira por las Américas, que ha durado más de tres meses, partiendo de Alaska, con una moto KTM. Este aventurero ha recorrido todo el continente, desde Texas a Brasil, pasando por México y atravesando el Salar de Uyuni, en Bolivia. Aunque deja bien atrás la cifra de los 9000 kilómetros previstos para el recorrido del Dakar (con 35.000 en este último trayecto), aún le espera la parte más dura de su periplo. Antes de la largada, hay varios que se merecen el reconocimiento de estar presentes en Paraguay.
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