El mapa de la influencia del hombre en los desastres meteorológicos

Según un estudio, los seres humanos alteraron la probabilidad y la severidad del 63% de los eventos climatológicos extremos. Una investigación analizó 144 casos de inundaciones, olas de calor, sequías o tormentas en todo el mundo

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La investigación discrimina sequías, inundaciones, lluvias, olas de calor (REUTERS/David Mercado)
La investigación discrimina sequías, inundaciones, lluvias, olas de calor (REUTERS/David Mercado)

La influencia del hombre en el cambio climático es brutal y taxativo, pero tal vez carezca de una asociación directa y tangible. Desligar la huella humana de los desarreglos del medio ambiente sería desidia e ignorancia. Asimilar y responder al evidente efecto de la población en las catástrofes ambientales es útil para comprender la coyuntura y trabajar en pos de las generaciones venideras. El escenario de incertidumbre y precipitación del compromiso ecológico inauguró un nuevo campo de investigación dedicado a explorar la ecuación ser humano-condiciones climáticas extremas.

La "atribución extrema de eventos", que recoge datos de olas de calor, tormentas, sequías e inundaciones, comenzó en el campo de la ciencia pero conquistó la opinión pública por su poder para vincular el concepto aparentemente abstracto del cambio climático con las experiencias significativas del clima. Una investigación de la plataforma Carbon Brief recopiló 138 estudios sobre eventos meteorológicos extremos, desde la sequía en California que se extendió media década y obligó al Estado a declarar el estado de emergencia hasta el tifón Haiyan que provocó la muerte de diez mil filipinos en 2013.

El estudio concluyó que la actividad humana potencia el riesgo de algunos tipos de condiciones meteorológicas extremas, especialmente las relacionadas con el calor. El análisis sugiere que el 63% de todos los fenómenos climáticos extremos estudiados fueron se manifestaron o fueron más graves por responsabilidad del hombre. Casi la mitad de ellos, el 46%, representan olas de calor, las sequías significan el 21% y las fuertes lluvias o inundaciones suponen el 14%.

Para referenciar regiones y problemáticas, los autores del informe diseñaron un mapa con geolocalización donde distribuir las conclusiones. Allí se ubican 144 desastres meterológicos extremos que califica la información en tres categorías: tipo de evento, factor humano y explicación. Entre los apuntados, se encuentra un caso de Argentina con influencia humana agravada. En inglés, dice: "La ola de calor de diciembre de 2013 fue probablemente causada en parte por forzamientos antropogénicos, que han aumentado el riesgo de que tal evento alcance nivel cinco". El propósito del estudio es actualizarlo periódicamente, a medida que se publiquen nuevas investigaciones complementarios para que -según explica Carbon Brief– "funcione como un rastreador en tiempo real para el campo en evolución de la 'atribución extrema de eventos'".

Casi la mitad de los casos donde los humanos intervinieron representan a olas de calor (iStock)
Casi la mitad de los casos donde los humanos intervinieron representan a olas de calor (iStock)

El mapa tiñe de naranja los eventos naturales en los que los humanos alteraron su probabilidad y severidad. De color azul, el 14% de los fenómenos climáticos extremos -veinte sucesos- en los que los científicos no encontraron ninguna influencia discernible de la actividad humana. Clasificados, también, se encuentran aquellos relacionados con sequía; calor y olas de calor; océanos; lluvias e inundaciones; frío, nueve o hielo.

"La tentación es mirar el resultado de un estudio y pensar que la última palabra es la definitiva. En realidad, la evidencia debe ser considerada en su totalidad para poder comprender cómo el cambio climático está influyendo en las condiciones climáticas extremas", concluyó Roz Pidcock, uno de los principales autores del estudio y quien decidió fusionar esfuerzos individuales en un único y plural mapa de catástrofes climáticas.

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