Cynthia Hotton, economista y ex diputada: “Propongo una fuerte reducción de impuestos para las empresas que incorporen a desempleados”

La diplomática de carrera dialogó con Infobae sobre la situación social y resaltó la importancia de un plan integral que incentive la inversión, con reformas de fondo para poder revertir la pobreza que ya es estructural

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"En los índices de pobreza, tanto la nueva como la estructural, influye mucho la falta de empleo, de educación, de acceso a la vivienda, al agua potable, a la electricidad, y a la salud"
"En los índices de pobreza, tanto la nueva como la estructural, influye mucho la falta de empleo, de educación, de acceso a la vivienda, al agua potable, a la electricidad, y a la salud"

La extensión de la crisis sanitaria más de lo esperado y contemplado en el Presupuesto 2021 representa un nuevo obstáculo a las posibilidades de recuperación de la economía en su conjunto, porque exige mantener las medidas preventivas de aislamiento social en lugares de trabajo, y por tanto impide reducir el alto índice de capacidad ociosa en la industria y la construcción.

Adicionalmente, se agregaron en los últimos meses medidas de regulación de precios y de disponibilidad de divisas, que desalientan las perspectivas de inversión en sectores con potencial de crecimiento, no solo en el mercado interno, sino en particular hacia el resto del mundo, donde según las nuevas proyecciones del Fondo Monetario se espera una aceleración en el ritmo de reactivación general.

Ese escenario conspira contra la necesidad de revertir un muy deteriorado escenario económico social, que se manifestó en 2020 en una apreciable disminución de la oferta de trabajo y del empleo total, en particular en los sectores marginales, fenómeno que se tradujo en una aceleración del aumento de la pobreza e indigencia.

El consenso de los economistas considera que la clave para revertir ese proceso es diseñar un plan económico integral, que ponga el acento en los incentivos a la inversión productiva, tanto de origen nacional, como externo; la desregulación de precios y de cambios, y sendas reformas de fondo en lo tributario y laboral, de modo de fomentar la creación de puestos de trabajo y la capacitación del personal.

Cynthia Hotton, economista, diplomática de carrera, y exdiputada nacional por Valores Para Mi País, dijo en una entrevista a Infobae que si bien la alta inflación, en particular la suba de los precios de los alimentos es un determinante del aumento constante de la pobreza, con un nivel que tiene ya “carácter de estructural, donde influye mucho la falta de empleo, de educación, de acceso a la vivienda, al agua potable, a la electricidad, y a la salud, y la corrupción”.

- Altos funcionarios del Gobierno atribuyeron el salto de la pobreza a la fuerte suba de los precios de los alimentos. Sin embargo, usted hizo pública otra lectura ¿A qué lo atribuye?

- Sí, Daniel. En Argentina hay toda una clase de nuevos pobres, los que recientemente perdieron su trabajo, consecuencia del conjunto de las malas decisiones del Gobierno, del kirchnerismo, que es una máquina de generar pobres. A ellos les afecta la suba de precios de los alimentos, pero no es el principal factor por el que se encuentran en ese estado. En los índices de pobreza, tanto la nueva como la estructural, influye mucho la falta de empleo, de educación, de acceso a la vivienda, al agua potable, a la electricidad, y a la salud. La corrupción genera pobres, la inflación lo que hace es profundizar su estado de vulnerabilidad. El Indec informó que la pobreza se amplió a 42% de la población y ya son más de 19 millones las personas en ese estado. Enfrentamos una situación inédita, bajo un escenario de estanflación, desempleo y corrupción, a lo que se le suma un gasto público enorme y en crecimiento, e impuestos excesivos.

“Enfrentamos una situación inédita, bajo un escenario de estanflación, desempleo y corrupción, a lo que se le suma un gasto público enorme e impuestos excesivos”

Solo para expresarlo en números, el gasto público primario en 2020 creció 52,7%, muy por encima de la inflación que fue del 36,1%. El déficit fiscal primario ascendió al 6,5% del PBI, y el mismo fue financiado principalmente con emisión monetaria. En materia económica es sabido que la financiación del déficit con emisión monetaria produce inflación. Eso lo sufrimos en nuestro país durante mucho tiempo, y la situación empeoró notablemente en el último año, no solo por la pandemia del covid-19 sino por la mala administración y gestión económica del Gobierno. Reitero Daniel, estoy convencida de que el kirchnerismo es una máquina de generar pobreza.

En los municipios que recorro semanalmente veo a los vecinos que con gran esfuerzo salen a pelearla todos los días, al comerciante que trabaja 12 horas para poder sobrevivir, a los productores que con tanta presión impositiva y burocrática les cuesta avanzar; hay tanta incertidumbre que los inversores no dan el paso que hace falta para generar empleo genuino y bajar la pobreza, porque saben que en cualquier momento las reglas cambian. Y todo esto hace que las expectativas no sean positivas.

También hay muchas realidades que duelen, como las familias que a diario y por la pérdida de empleo, pasan a ser pobres. En la calle reclaman trabajo, vacunación para no volver al encierro, más seguridad y control de la inflación. Sin embargo, frente a todo este panorama el Gobierno no establece medidas eficientes para que la economía se estabilice. El conjunto de sus errores y la falta de confianza, son factores claves para que las situaciones de pobreza aumenten.

"Hay tanta incertidumbre que los inversores no dan el paso que hace falta para generar empleo genuino y bajar la pobreza, porque saben que en cualquier momento las reglas cambian. Y todo esto hace que las expectativas no sean positivas"
"Hay tanta incertidumbre que los inversores no dan el paso que hace falta para generar empleo genuino y bajar la pobreza, porque saben que en cualquier momento las reglas cambian. Y todo esto hace que las expectativas no sean positivas"

- Justamente, usted atribuye a la persistencia de la estanflación, como se define a la combinación de alta inflación con recesión, y fue una de las grandes diferencias con la crisis del 2001: la pobreza aumentó más por efecto de la caída del empleo que por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores que conservaron sus puestos de trabajo. ¿Cree que la estrategia del Gobierno de impulsar la obra pública permitirá reducir fuertemente la pobreza desde el 42% que marcó el último trimestre de 2020?

- Es imposible que este Gobierno reduzca la pobreza con obra pública, porque todo lo que hacen es para llenarse los bolsillos. Ya vimos circular los bolsos de dinero pertenecientes a la obra pública que nunca hicieron. En cualquier economía del resto del mundo, esto perfectamente funcionaría. Cuando los privados no tienen incentivos a invertir, producir y generar empleo, es el Estado el que se encarga de poner manos a la obra y activar la economía por medio del gasto, y así aumenta la demanda. La obra pública perfectamente serviría para empezar a activar la economía, demandar insumos, dar empleo, y que esos sueldos actúen como demandantes de otros bienes, y así ir activando la rueda. Pero el factor corrupción en el país pesa y mucho.

Hacen falta políticas serias para terminar con la pobreza estructural y eso debería incluir como puntos clave políticas para frenar y reducir al mínimo la inflación, como la autonomía del Banco Central, estableciendo que su principal responsabilidad sea controlar este flagelo que perjudica más a quienes menos tienen; la creación de empleo genuino, porque el trabajo es dignidad. Hay que dar las herramientas, la formación y el entrenamiento necesario que permita la inserción laboral de los beneficiarios de planes sociales, de los jóvenes y de mayores de 50 años. Y al sector productivo, hay que llevarles alivio fiscal, basta de impuestos. También hace falta financiamiento para pyme, emprendedores y comerciantes, y créditos a tasa cero para quienes contraten trabajadores y los incorporen a la economía formal. Esto también permitiría reducir una parte del trabajo en negro, otro de los problemas argentinos.

- El Gobierno cree que desde el último trimestre de 2020 se inició un camino de recuperación sostenida de la economía, aunque muy heterogénea, y sobre esa base dejó sin efecto el Ingreso Familiar de Emergencia. ¿Estima que con sólo el rebote parcial de la actividad desde un nivel muy bajo se reducirá la pobreza?

- El rebote no va a disminuir la pobreza. Como mencioné en la pregunta anterior, un alto porcentaje de la pobreza es estructural. Si no se toman medidas para incentivar la producción genuina, generar empleo, disminuir el déficit fiscal, y reducir la emisión monetaria, la actividad no va a repuntar y la pobreza no va a bajar. Es necesario armar un plan económico integral que impulse la producción, el consumo, que aumente los ingresos del Estado a partir de un crecimiento genuino de la actividad, y no creando nuevos impuestos que asfixien aún más a los productores. El problema es que este Gobierno no tiene rumbo, no tiene un plan económico, y no sabe gestionar el Estado de manera eficiente.

“Este Gobierno no tiene rumbo, no tiene un plan económico, y no sabe gestionar el Estado de manera eficiente”

- Casi por casualidad, los pesos que les faltan a 4,7 millones de familias para dejar de ser pobres son los que el Presupuesto 2021 tiene asignados en carácter de subsidios a las empresas, en particular vinculados con los servicios públicos de transporte, energía y comunicaciones. ¿Es una opción de política, eliminar los subsidios económicos y fortalecer los subsidios sociales?

- Yo cambiaría la pregunta, si me permite. La pregunta no sería si se pone lo poco que hay en subsidios a servicios públicos o a familias, porque así la sábana siempre va a quedar corta. La pregunta que haría es cómo volvemos a impulsar el empleo. Si no generamos riqueza, no hay forma de salir de esta situación. Los subsidios sociales y económicos no pueden ser medidas permanentes, ni durar tantos años como sucede en nuestro país, deben ser medidas transitorias que tienen que terminar en algún momento. Pero para eso es necesario que se adopten políticas para impulsar el empleo y la producción. Los planes sociales tienen que ser reemplazados paulatinamente por empleo, con incentivos, con capacitación, porque además el trabajo dignifica.

Lamentablemente en nuestro país hay una generación que vivió de subsidios, hay muchos jóvenes que vieron a sus papás perder el empleo y no poder reinsertarse; incluso jóvenes universitarios o no que tampoco pueden conseguir empleo. Eso no es algo bueno. Pero cambiar esto va a llevar tiempo porque no se puede corregir de un día para el otro un problema que alimentaron durante años. Por otra parte, los subsidios dan lugar a la corrupción, y lamentablemente el kirchnerismo tiene mucha experiencia en materia.

"Si no generamos riqueza, no hay forma de salir de esta situación. Los subsidios sociales y económicos no pueden ser medidas permanentes"
"Si no generamos riqueza, no hay forma de salir de esta situación. Los subsidios sociales y económicos no pueden ser medidas permanentes"

- Algunos economistas proponen replanificar los subsidios sociales, y exigir como condición sine qua non una contraprestación laboral, sin embargo, en una economía que arrastra años de recesión y exceso de regulaciones, eso exigiría imponer a las empresas la obligación de integrar a desocupados y personas con ingresos menores a los de subsistencia, o acrecentar la dependencia del Estado ¿Cuál es su opinión?

- Está claro que hay que repensar los subsidios sociales. Sobre todo transparentarlos para que no se use a la gente con fines partidarios, alimentando al clientelismo. También es claro que hay que hacer un esfuerzo enorme para reincorporar al empleo a quienes estuvieron años con la única posibilidad de vivir de planes sociales. Hay que volver a levantar la bandera del trabajo, pero también de la formación. Que sea un objetivo de cada ciudadano. No conseguir un plan, sino un trabajo digno. Y para eso se necesita una revolución cultural, capacitación, acompañamiento, todo un programa que le brinde herramientas a quienes tienen que insertarse en el mercado laboral.

Lo que propongo no es imponer a las empresas la obligación de integrar a desocupados a cambio de un subsidio del Estado. Propongo una fuerte reducción de impuestos para aquellas empresas que incorporen a desempleados. También considero importante dar la batalla contra el trabajo en negro. Una política que permitiría responder a este problema sería la financiación a tasa cero, por ejemplo, para emprendedores, pyme y comerciantes que incorporen trabajadores a la economía formal. Como condición sine qua non para quienes reciben planes sociales implementaría, reitero, la capacitación y el entrenamiento dentro de lugares de trabajo.

“Lo que propongo no es imponer a las empresas la obligación de integrar a desocupados a cambio de un subsidio del Estado. Propongo una fuerte reducción de impuestos para aquellas empresas que incorporen a desempleados”

- Como economista y diplomática que la llevó a tener una mirada amplia del fenómeno a nivel mundial ¿Cuál cree que debería ser la política económica para revertir un proceso de constante deterioro de la realidad socioeconómica en la Argentina?

- En primer lugar, hay que generar confianza con reglas de juego claras para que los inversores apuesten por el país, y para esto hay que terminar de hacer la vista gorda ante tanta corrupción. Políticos millonarios, que cobran una pensión de privilegio, una jubilación más el sueldo como vicepresidente de la Nación, eso es una burla para quienes no llegan ni a comer todos los días. Más que una política económica, necesitamos implementar una política que establezca mayor control sobre el Estado. Los sueldos de quienes nos gobiernan, el gasto que hace cada organismo, el despilfarro que hay es impresionante.

Muchas de las empresas públicas solo generan déficit y malgastan la plata de los argentinos. Solo para dar un ejemplo, en 2019 YPF perdió $33.379 millones y en 2020 perdió $71.017 millones. Además, los gastos administrativos casi se triplicaron entre 2018 y 2019, y eso incluye entre otras cosas los sueldos del personal.

En segundo lugar, hay que tomar medidas que impulsen la producción y el empleo, la inversión en la economía real (no sólo la financiera como pasó en el gobierno anterior), hay que impulsar el desarrollo científico y tecnológico, fomentar las actividades en las que tenemos ventajas competitivas en relación con el resto del mundo y poder lanzarnos e insertar más de nuestros productos y servicios a nivel internacional. De igual manera, hay que hacer una reforma impositiva integral para dejar de castigar siempre a la clase media y al sector productivo. Asimismo, hay que dar oportunidades para estudiar y trabajar a todas las personas. En definitiva, hay que armar un plan económico integral centrado en el desarrollo y el crecimiento del país con vistas a insertarnos en el mundo, no como un país pobre sino como uno en desarrollo.

"Hay que armar un plan económico integral centrado en el desarrollo y el crecimiento del país con vistas a insertarnos en el mundo, no como un país pobre sino como uno en desarrollo"
"Hay que armar un plan económico integral centrado en el desarrollo y el crecimiento del país con vistas a insertarnos en el mundo, no como un país pobre sino como uno en desarrollo"

- ¿La decisión del Gobierno nacional de retirarse del Grupo de Lima, y de generar un clima de mayor tensión comercial en el Mercosur, tendrá algún efecto sobre la inversión privada, el empleo y, en consecuencia, sobre el nivel de pobreza en los hogares?

- ¡Seguro! ¿Qué inversor va a querer apostar sus divisas en un país que sigue aislándose el mundo? Haber salido de ese grupo, del que participaron originalmente 12 países y luego se sumaron más, y que fue avalado por Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea, no es una buena señal para atraer inversiones. Pero el problema de las inversiones es una cuestión de confianza en el Gobierno argentino y es de larga data. En la medida en que sigan en el poder partidos corruptos, las inversiones no van a venir. Y volvemos a lo mismo: si no hay un plan económico integral, con reglas de juego claras que generen certidumbre y confianza, tampoco van a llegar inversiones. Y es claro que las inversiones genuinas en la economía real generan empleo, pero lamentablemente no vamos por buen camino para que eso suceda.

- ¿Cómo exdiputada nacional entre 2007 y 2011, ve en el cuerpo legislativo consenso y preocupación por políticas de corto, mediano y largo plazo orientadas a revertir el casi constante deterioro de la realidad social?

- Para nada, todo es marketing, todo es disputa de poder. Nadie se anima a decir lo que hay que decir ni hacer lo que hay que hacer. La oposición fracasó en su gobierno por falta de coraje, por falta de liderazgo y por exceso de marketing. Y está fracasando como oposición por las mismas causas. En ciertos temas sí hay consenso, por eso aprobaron la ley de aborto y las políticas de género, pero ninguno de estos temas son soluciones concretas para la realidad social de hoy. También hay consenso, por ejemplo, en el Impuesto a las Ganancias que próximamente se va a aprobar en el Senado Nacional. Pero son parches más de corto plazo que para solucionar problemas estructurales. El Impuesto a las Ganancias directamente no debería existir, porque el salario no es ganancia, es la retribución al trabajo. Con lo cual, los principales temas que preocupan a la gente, que mencioné en preguntas anteriores, no están en la agenda política.

- Hay quienes sostienen que tanto las políticas populistas, como las llamadas neoliberales, han fracasado en la reducción de la pobreza, principalmente porque ninguna de las dos corrientes logró una baja sustentable de la inflación, y por tanto del aumento sostenido de la generación de riqueza ¿Cuál es su análisis?

- El problema no es de modelos. A lo largo de la historia vemos casos de países en los cuales han tenido éxito medidas populistas, y otros en los que han funcionado muy bien políticas neoliberales. Sin embargo, en nuestro país fracasaron los dos modelos por falta de controles y por abundancia de corrupción. Por eso es evidente que no es un problema de modelos, sino que es algo más complejo y amplio. La clase política en nuestro país ha sido tan mediocre y mala, que hemos tenido fracaso tras fracaso. Necesitamos mejores políticos con mejores políticas económicas, que propongan un escenario confiable, capaz de sostenerse en el tiempo y estabilizar al país.

“Necesitamos mejores políticos con mejores políticas económicas, que propongan un escenario confiable, capaz de sostenerse en el tiempo y estabilizar al país”

- ¿Una reflexión final?

- Necesitamos cambiar las expectativas. Que se deje de pensar en “El que apuesta al trabajo pierde” o “Los del campo ganan mucho, que repartan”. Al contrario, hay que permitir que todos los sectores crezcan, especialmente el campo y el sector productivo, que son los principales motores para la generación de empleo en el país. Necesitamos impulsar a las pyme, a los emprendedores, a las personas que tienen un proyecto productivo, que puedan acceder a capacitación y asistencia técnica para que logren hacerlo realidad, empezar a producir, crecer, exportar. Necesitamos atraer divisas e insertarnos en el comercio mundial. Para esto también hay que facilitar importaciones de insumos para el sector productivo.

Al mismo tiempo, necesitamos que haya un cambio profundo en nuestra dirigencia política, en las medidas económicas y sociales, en las instituciones públicas, y en los tres poderes del Estado, de forma tal de poder mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. No podemos pretender obtener resultados distintos si hacemos siempre lo mismo.

Como economista, puedo hablar de los números, de los indicadores y de las principales variables que afectan a nuestra economía. Sin embargo, también como ciudadana siento un fuerte compromiso por cambiar esas realidades que duelen, como el 57% de los niños menores de 14 años que está por debajo de la línea de pobreza. ¿Qué futuro pretendemos construir si permitimos que nuestros niños se críen en condiciones infrahumanas, rodeados de abusos, sin una alimentación adecuada y a expensas de las migajas que les pueda dar el Estado? No son cifras, son vidas humanas que crecen en situaciones indignas. Y esto nos tiene que mover a trabajar por consensos e impulsar juntos las mejores políticas para el país.

Fotos: Gustavo Gavotti

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