"El resultado de las elecciones no cambiará el rumbo del Gobierno ni de los negocios"

Mantener una estricta disciplina, día a día, para no alterar los resultados y llegar a la meta. Cualquier obstáculo fuera de lo que estaba planificado altera los resultados buscados y puede ponerlo en jaque. La imagen de un "atleta de alto rendimiento que durante mucho tiempo dejó de entrenar y que ahora decidió volver a transpirar la camiseta para poder competir" es, para muchos miembros del Foro de Convergencia Empresarial, la imagen actual de la Argentina.

"Cuando decide volver, le lleva mucho tiempo recuperar el estado ideal. Hay que transpirar la competitividad", dice uno y el resto asiente sobre la palabra que se convirtió en la obsesión del presidente Mauricio Macri en los últimos meses.

Miguel Blanco, coordinador del Foro de Convergencia Empresarial (FCE) y director General de Swiss Medical Group; Claudio Cesario, presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina; Manuel Aguirre, presidente de AmCham y director Latin América de CH2M; y Bernardo Debenedetti, secretario de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), resaltaron en un encuentro exclusivo convocado por Infobae el cambio de rumbo institucional y económico que está impulsando el Gobierno, el cual consideraron "no tiene posibilidad de volver atrás", sin importar el resultado de las elecciones legislativas de octubre.

Los integrantes del FCE destacaron los "avances rápidos en la recuperación de la institucionalidad, con la vuelta al camino de diálogo con todos los actores de la política, sindicatos y empresarios; el respeto de la división de poderes de gobierno; y la salida del default; junto al levantamiento del cepo cambiario y la apertura al mercado internacional de bienes y de capitales".

En cambio, advirtieron que "en otros frentes se avanza más lentamente, como con la reglamentación de la Ley de Transparencia; la nueva Ley de ART que posibilitará acabar con los alarmantes índices de litigiosidad laboral, pese a que han disminuido los accidentes en el trabajo".

Mientras que observan "el costo que ha incurrido el Gobierno al no explicar la gravedad de la situación que recibió. Se ve cómo cuesta normalizar el Indec y también otros organismos".

– Este es un año electoral, ¿creen que el resultado de las elecciones de medio tiempo puede condicionar los objetivos de largo plazo que se fijó el Gobierno?

– Cualquiera fuese el resultado de las elecciones no cambiará el rumbo hacia más institucionalidad y un mejor clima de negocios.

– ¿Qué opinan de la concentración de las decisiones en un mini gabinete de ministros y secretarios coordinadores?

– Miguel Blanco (MB): La decisión está en el Presidente.

– Claudio Cesario (CC): Las experiencias de concentración de las decisiones en un superministro no terminaron bien en los últimos 30 ó 40 años. Estamos transitando un camino nuevo de generar diálogo y confianza, pero se sabe que los argentinos somos desconfiados. Los países a los que les ha ido bien avanzaron paso a paso. No hay otro camino, es el necesario. Hoy hay reuniones de gabinete de ministros todas las semanas, eso no ocurría en los últimos 12 años; como tampoco se veía la apertura al diálogo con todos los sectores, e incluso de modo individual, al punto que ya no es noticia.

– Bernardo Debenedetti (BD): Hoy hay diálogo, se ve con los docentes, pese a que hay disidencias que generan incluso incongruencias internas.

–Manuel Aguirre (MA): La decisión final está en el Presidente; y frente a experiencias muy malas, se lo ve que piensa bien, con muchos equipos que están trabajando bien.

– Pero se advierte de todas formas que aún falta mucho, ¿cuáles creen que son los principales temas que pasarán a ocupar la agenda?

– MB: La búsqueda de acuerdos sectoriales para mejorar la competitividad. Empezó con Vaca Muerta, autos y luego motos; pero le seguirán con las actividades protegidas como las textil y del calzado; y también servicios.

-CC: La desaceleración de la tasa de inflación va a permitir que los empresarios y sindicatos se puedan concentrar en discutir otros temas que los ajustes de salarios, como la incorporación de más modernas tecnologías; nuevas tareas. Para salir de la pobreza se necesita un ingreso de $13.700, un programador arranca con un salario de 15.300 pesos.

– MA: La ventaja de tener un Presidente ingeniero es que tiene una visión sistémica de las responsabilidades de gobierno.

–  ¿Por qué si al escenario presente  lo observan tan positivo, no reacciona más rápido la actividad productiva y la inversión?

– MB: Porque los presupuestos de las empresas de 2016 se hicieron en los últimos meses del año previo, en medio de un clima de incertidumbre por las elecciones presidenciales. Nadie sabía quién iba a ganar. Eso se vio en la planificación de las inversiones.

– BD: La industria aceitera y exportadores de cereales reaccionó con planes de inversiones por USD 1.700 millones para 2016-2017; y pese a que no se eliminaron todas las retenciones a la soja frente a un pequeño estímulo con la unificación cambiaria se reaccionó en la búsqueda de agregar valor. Somos un país como un atleta de alto rendimiento que durante mucho tiempo dejó de entrenar; y que cuando decide volver le lleva tiempo recuperar el estado ideal, por eso creo que el potencial es muy grande.

– CC: El rumbo cambió internamente. Pero además aparecieron nuevos actores en el mundo: en los EEUU, Inglaterra…. No obstante, los empresarios sabemos que detrás de cada crisis  hay una oportunidad.

– ¿Cómo creen que los encontrará las elecciones cuando tengan que definir el presupuesto de 2018?

– MB: El camino que se comenzó a transitar no tiene retorno. No se cree que se vuelva a un esquema como el anterior. SMG está abocado a inaugurar un centro médico con la última tecnología en Campana, y Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires; y en Salta; además de 3 edificios corporativos en Comodoro Rivadavia (Chubut); Tucumán y Neuquén.

– MA: En una reciente visita de empresarios de los EEUU a la AmCham destacaron que un plan de infraestructura como el que comenzó a ejecutar el Gobierno no se ve en otros países. Entre nuestros asociados no se ve ninguna inversión que se haya paralizado, ni postergado, por el contrario, el camino es seguir invirtiendo y creciendo en energías renovables, la construcción y la industria automotriz.

– BD: En la última muestra rural se duplicó la venta de maquinaria de uso agrícola, y también la contratación de servicios que generan empleos de modo indirecto. Sí están complicadas algunas economías regionales, como la frutícola, olivícola, la lechería.

¿Y el consumo?

– MB: El consumo interno cayó, pero no fue menor el gasto que se  hizo en el exterior en productos electrónicos e indumentaria. En Chile se estimó que en el canal minorista el 10% de las operaciones se hicieron con argentinos que cruzaron la cordillera, si se hubiese hecho en el país, el consumo global hubiese caído?.

– CC: El gradualismo implica darle tiempo a la gente a que reconvierta y se reinvente, y en la transición hay que acompañarla. Pero además, la política también tiene que reconvertirse y volverse competitiva.

– ¿Es una buena señal para los inversores en proyectos productivos de envergadura que el Gobierno anuncie con mucha anticipación que presentará al Congreso un plan de reformas tributarias  y laboral para elevar la competitividad?

– MB. No, pero el tema está instalado, e influye en las expectativas de que baje la presión tributaria.

– CC: También pesa que hoy es el momento de empezar a invertir, pese a que los sindicatos aún no se han preparado para pensar en la inflación futura.

– MA: Hace bien el ministro Nicolás Dujovne en plantear una reforma  tributaria, sobre todo porque el mercado está pensando en invertir en la Argentina, y mira el costo de oportunidad.

– BD: El sector está hablando todo el tiempo en cómo mejorar la competitividad.

– Se dice que Cambiemos es el Gobierno de los CEOs, ¿lo ven así en las medidas que ha tomado?

– MA: Este no es un Gobierno de CEO, sino de empresarios comprometidos con las políticas públicas. Se habla de CEO de modo peyorativo, como si fueran personas que no se involucraron en sus empresas, que fueron a las plantas y que metieron los pies en el barro, junto con sus empleados.

¿Qué medidas esperan o les gustaría que tome el Gobierno?

– MB: Seguir con los acuerdos con sectores, para poder bajar los índices de conflictividad sindical.

– MA: Creo que hay que empezar a analizar cada uno de los sectores para elevar la competitividad, como se hizo con Vaca Muerta.

– MD: Tiene que fomentar la articulación entre lo público y lo privado.

– CC: La Argentina debería avanzar con la reforma de la Ley de Mercado de Capitales, para poder ser capaces de captar entre un piso del 20% a 30% de los activos blanqueados que pasarán a pagar impuestos, cuando podrían estar exentos si se vuelcan al financiamiento privado. Otro desafío es cortar el flujo de la informalidad que se logró con el blanqueo.

– ¿Les preocupa el atraso cambiario?

– CC: Llueven los dólares financieros, era previsible, luego de la salida del default y el comienzo de la normalización de la economía. El problema no es de precio, se está financiando al agro a tasas desde el 3% a 5% anual en dólares. Hoy el problema es de falta de demanda para la producción y las restricciones para comprar tecnología en el exterior.

– MA: Hay que entrenar transpirando, no hay que esperar otra cosa. Las expectativas que ha despertado el Plan Belgrano están ayudando a seguir adelante.

– BD: Antes de corregir el dólar hay que ser más competitivos y productivos.