Para bajar la pobreza a la mitad el PBI debería crecer más de 50% en dólares

El nivel de vida de la sociedad guarda relación directa con la generación de riqueza del país. El sostenido aumento de las necesidades básicas insatisfechas se corresponde con la sustantiva baja del peso de la Argentina en el mundo

Guardar
Una una proporción superior a
Una una proporción superior a uno de cada cuatro habitantes no reúne ingresos, por todo concepto, para comprar una canasta básica de bienes y servicios (Reuters)

Los últimos datos de fuentes privadas coinciden en estimar que desde el comienzo de la presente década una proporción superior a uno de cada cuatro habitantes no reúne ingresos, por todo concepto (salario, jubilación, pensión o subsidio) suficientes para poder comprar una canasta básica de alimentos y servicios.

Al mismo tiempo, series oficiales, como el Centro de Economía Internacional, que pertenece a la Cancillería, dan cuenta de que en esos años la contribución del país al PBI mundial virtualmente se estancó en torno al 0,7% y 0,8%, ayudada por el efecto del atraso cambiario que hizo inflar el valor de la generación de riqueza en valores corrientes.

Y si bien mostró un sostenido repunte respecto del mínimo histórico en 100 años que se anotó en la crisis de 2002, cuando fue de apenas 0,36%, no pudo alcanzar los máximos en 25 años, con una proporción de poco más de uno por ciento del total del planeta.

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, se fijó como meta al cierre de los cuatro años de mandato alcanzar la meta de "pobreza cero", para lo cual ha puesto el acento en intentar "normalizar la economía", con medidas iniciales de paliativos para atenuar la delicada situación social, de los efectos de la liberación del mercado de cambios, las tarifas, redistribución de impuestos y endeudamiento para superar el largo período con default parcial.

POBREZA
Sin duda, se trata de un objetivo singularmente exigente, habida cuenta de que de acuerdo con la lectura retrospectiva de las series estadísticas para volver a un nivel similar al que país mostraba en 1994, justo antes de la crisis del Tequila, el PBI debería crecer en términos reales frente al PBI mundial, en un 50%, esto es pasar de 0,74% actual a 1,12% de entonces; para repetir una proporción de pobreza de 13,1% de la población, unos 16 puntos porcentuales menos que en la actualidad.

Más allá de la conocida falta de credibilidad de las estadísticas oficiales, y de algunas dudas metodológicas en los datos privados, parecen irrefutables las relaciones inversas que se obtienen entre esos dos indicadores relevantes: en los años en que el PBI avanzó en su participación en el total mundial, el país mostró los niveles más bajos de pobreza. Aunque, en una larga serie nunca se pudo acreditar una situación de pobreza cero o mínima, y en más de 30 años, por no decir 60, se registró un índice de pobreza inferior a uno de cada diez residentes, esto es del 10% de la población.

Entre los peores de la tabla mundial

La delicada situación actual no sólo se percibe a diario, sino que adquirió aún más relevancia, cuando se contrasta con los progresos que registraron economías que históricamente estaban más rezagadas que la Argentina. Al menos eso es lo que describió un un artículo publicado a comienzos de la semana por el periodista Steve Johnson, del prestigioso diario Financial Times, que reproduce el trabajo elaborado por el grupo de expertos: Actualmente son más pobres que los chinos, los búlgaros, azerbaiyanos, bielorrusos, turcos, mexicanos, malayos y gabonenses, sin mencionar a sus queridos vecinos de Brasil", encabeza su nota.

Para llegar a esa conclusión se valió de la serie de ARKLEMS+LANDS, que reveló que el PBI per cápita de la Argentina fue marcadamente inferior al que informó oficialmente el gobierno de Cristina Kirchner. Basándose en el tipo de cambio real, "el equipo de Coremberg calculó que el producto bruto interno por habitante del país en 2014 fue de sólo u$s7.399, muy por debajo de los u$s12.510 que había informado el Banco Mundial, basado en cifras oficiales argentinas".

Alfonso Prat Gay, junto al
Alfonso Prat Gay, junto al secretario general de la OCDE, Ángel Gurria, en España (Mecon)

De todas formas, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, destacó en su gira por España, en una disertación en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ante un auditorio de más 200 empresarios, que el nuevo marco político, jurídico y económico que el Gobierno Nacional ha establecido para asegurar las inversiones privadas, nacionales y extranjeras, debe invitar a invertir en sectores clave: "ya es hora de apostar por Argentina, porque los principales ejes de la gestión de Mauricio Macri se centran en ordenar el desorden, empezar a reconstruir el capital social y la credibilidad y destinar una mayor cantidad de recursos fiscales a aquellos sectores de la población que más lo necesitan". Y agregó, "No entendemos otra forma de generar empleo para combatir el flagelo de la pobreza si no es a través de un proceso transparente de inversión y cooperación con el resto del mundo".

El objetivo es claro, ahora es tiempo que se aclaren las estadísticas, en particular las cuestionadas desde que en 2007, sobre el fin del mandato del presidente Néstor Kirchner, se decidió intervenir el Indec para disimular el efecto de la aceleración de la tasa de inflación y, consecuentemente el deterioro de la calidad de vida de los residentes, en particular de los sectores más vulnerables, porque vieron vedadas sus posibilidad de acceder a un empleo de calidad.