Ariadna Castellarnau, la escritora catalana que triunfó en Buenos Aires

La joven autora, ganadora del VI Premio Las Américas de Narrativa Latinoamericana, habló con Infobae sobre su infancia, su premedia novela debut y la experiencia de vivir en Argentina.

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Ariadna Castellarnau es una de las revelaciones literarias del 2016. Toda una promesa en el mundo de las letras. Con su primera novela, "Quema" (Gog & Magog), ganó el VI Premio Las Américas de Narrativa Latinoamericana.

Debut y consagración para esta catalana que, apenas, trepa los 36 años y vive hace más de ocho en Capital Federal. "Lo recibí con sorpresa. Y también un poco de presión: es mi primera obra y esto hace que el listón haya quedado bastante alto para la segunda", confesó.

Para empezar, Ariadna recordó cómo apareció la literatura en su vida: "Yo soy de un pueblo rural pequeño de Cataluña. Y, la verdad, no había mucho para hacer. Por suerte, mi padre tenía una biblioteca muy grande. Entonces, las tardes me las pasaba leyendo; sumergida entre páginas y páginas. Esa fue mi primera aproximación".

Sobre su método de trabajo, esta joven española afirmó: "Soy bastante neurótica, obsesiva y ordenada con la escritura. Trato de escribir todos los días. Esto lo completo con creatividad, que es algo que también se ejercita. Siempre se me ocurre un protagonista en una determinada situación. A partir de ahí, empiezo a tirar del hilo y tejer la historia".

Desde 2008, Ariadna vive en Buenos Aires. ¿Qué la trajo hasta esta esquina del sur? "Macedonio Fernández –respondió-. Vine a hacer mi tesis doctoral sobre él. En mi Universidad era como el escritor lumpen. Era el "gran olvidado" del departamento de Hispanoamérica. Después, llegué acá y me di cuenta que estaba "hiper" trabajado. Igual, siempre me interesó su vida: un tipo que vivía en pensiones, escribía en bares de mala muerte del Once. Había algo muy romántico en esa figura que siempre me atrajo".

Acerca de la experiencia de vivir en Buenos Aires, sostuvo: "Me volví más ansiosa. Es una ciudad muy efervescente. Acá parece que todos los días se va a desatar un gran cataclismo, y al final nunca pasa. Pero también me aportó lindas cosas. Como por ejemplo: todo se puede. Algo que en Cataluña había perdido. Allá tenía el techo muy pegado a la cabeza; acá, en cambio, todavía pervive el 'hacer la América'. Está latente esa esperanza".

Su primer trabajo de largo aliento, "Quema", es un relato distópico. En él conviven historias de supervivencia, miseria y situaciones límites. "La pregunta que me guió fue '¿cómo se rearman las relaciones humanas, en un mundo que se perdió todo lo material que nos contiene, nos da contexto y, a veces, nos ayuda con nuestra identidada?'. A raíz de eso, nacieron todas las historias".

Pero el reconocimiento no la detiene a esta catalana. Un mes y monedas después de haber sido premiada, ya trabaja en su segunda novela. "Estoy metida en otro libro, que trata sobre un western patagónico. Como se dice en España, me estoy metiendo en camisa de once varas. Recién voy por el primer borrador. Así que todavía está en 'veremos'".

Como epílogo, Ariadna le dejó un consejo a todos aquellos jóvenes que se quieren dedicar a la escritura. "Primero, lean. Lean mucho. A veces, hay una sobreestimación de la voz propia; de encontrar la voz. Y eso, vale aclararlo, se hace mediante lecturas, recorridos y referentes. No llega solo. Y lo otro: no se apuren en publicar. Uno quiere siempre tener el libro impreso en la mano. Cuanto antes, mejor. Bueno, no: paciencia. Escriban con calma. No se apuren".