Un controvertido procedimiento de criogenización podría hacer posible la inmortalidad

Navega entre desafíos operativos y científicos y espera el avance futuro de la medicina para revelar su verdadero potencial

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La criopreservación se presenta como una ventana a la inmortalidad REUTERS/Carlo Allegri.
La criopreservación se presenta como una ventana a la inmortalidad REUTERS/Carlo Allegri.

En el avance hacia la conquista de la muerte, la criopreservación se presenta como una ventana a la inmortalidad. Le ofrece a quienes enfrentan enfermedades terminales o simplemente desean extender su existencia más allá de los límites naturales, una promesa de vida futura gracias a la tecnología aún por descubrir. La Fundación Alcor Life Extension, líder mundial en criónica, investigación criónica y tecnología criónica ubicada en Scottsdale, Arizona, EE.UU. se encuentra en la vanguardia de estas prácticas, almacenando cerebros con la esperanza de que el futuro traiga soluciones a la muerte misma.

Stephen Coles, un reconocido profesor de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), quien dedicó su carrera al estudio del envejecimiento, optó por entrar en este mundo de ciencia ficción hecha realidad al decidir la preservación criónica de su cerebro tras su fallecimiento a causa de cáncer de páncreas en diciembre de 2014. Coles se convirtió en el paciente número 131 de Alcor, pero destacó por ser uno de los primeros en elegir únicamente la conservación de su cerebro, una práctica conocida como neuropreservación.

El proceso de criopreservación de Coles, detalló Popular Mechanics, se caracterizó por varios desafíos, especialmente debido a la naturaleza desconocida de los procedimientos inusuales acordados. “La muerte clínica inesperadamente temprana y la naturaleza desconocida de los procedimientos en este caso crearon varios desafíos importantes,” señalan los informes, lo que llevó a revisiones continuas de los procedimientos, incluso durante la cirugía y la perfusión.

Las operaciones comenzaron con una estabilización y enfriamiento en el sitio, seguido por la perfusión. Posteriormente, se extrajeron muestras de biopsia de tres lugares específicos del cerebro, lo que inició un proceso de enfriamiento que prepararía a Coles para estudios más detallados, incluyendo una tomografía computarizada y el examen de las muestras de biopsia mediante calorimetría diferencial de barrido (DSC) y cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC).

La crionica es una promesa de vida futura gracias a la tecnología aún por descubrir (Getty Images)
La crionica es una promesa de vida futura gracias a la tecnología aún por descubrir (Getty Images)

“La alternativa es la muerte”, asegura Emil Kendziorra, director ejecutivo de Tomorrow Bio, una empresa de biotecnología especializada en criopreservación humana, lo que reflejó la cruda realidad detrás del optimismo que alimenta el campo de la criónica. Aunque aún no se ha revivido a ningún ser humano después de la criopreservación, la esperanza persiste. Kendziorra, quien antes se enfocaba en la investigación contra el cáncer, ve en la criónica una oportunidad para desafiar los límites de la vida humana.

El proceso de criopreservación es tecnológicamente complejo y dista mucho de la simple congelación. Implica la vitrificación, donde el cuerpo o cerebro se enfría gradualmente reemplazando la sangre con una solución anticongelante, para evitar así la formación de cristales de hielo que dañarían el tejido. Esta técnica se vislumbra como el primer paso hacia la posibilidad de restaurar la vida, con el cerebro, ese órgano irremplazable y centro de nuestra conciencia, recibiendo una atención especial.

Sin embargo, la viabilidad económica es un factor crítico. La criopreservación de todo el cuerpo puede alcanzar los 200.000 dólares, mientras que solo la del cerebro reduce el costo a 75.000 dólares, presentándose como una alternativa más accesible para aquellos interesados en “prolongar su tiempo en la Tierra”, según palabras de Kendziorra. Además, el financiamiento juega un papel clave en el progreso de la investigación en criónica, donde un mayor número de preservaciones podría traducirse en una inversión más robusta en el campo.

La cuestión de cómo se integrarán los cerebros criopreservados a cuerpos en el futuro permanece abierta, con teorías que van desde la impresión 3D de órganos hasta la posibilidad de trasplantes a cuerpos de donantes o incluso cuerpos artificiales. Algunos expertos, como Dr. Sergio Canavero, consideran factible trasplantar un cerebro a un nuevo cuerpo, aunque admiten que aún queda mucho por desarrollar en términos tecnológicos y éticos.

Alternativas futuristas también contemplan la posibilidad de conectar el cerebro a sistemas informáticos, para ofrecer una existencia virtual, un concepto que, aunque suene a ciencia ficción, es tomado en serio por figuras como Elon Musk. Plantea no solo desafíos tecnológicos, sino filosóficos, sobre la comprensión de la vida, la conciencia y la identidad.

Algunos expertos consideran factible trasplantar un cerebro a un nuevo cuerpo(Imagen Ilustrativa Infobae)
Algunos expertos consideran factible trasplantar un cerebro a un nuevo cuerpo(Imagen Ilustrativa Infobae)

Procedimiento de Criopreservación de Alcor: Cronograma Detallado

1-7 días antes:

  • Preparación: Equipos especializados de criónica se posicionan cerca del paciente en estado terminal para iniciar la criopreservación inmediatamente tras el cese cardíaco.

0 horas:

  • Muerte Legal: Inicio del procedimiento justo después del paro cardíaco y la declaración legal de muerte, con órganos aún viables.

0-2 horas:

  • Estabilización: Restauración artificial de la circulación y la respiración para proteger el cerebro e introducción de medicamentos protectores vía intravenosa. Enfriamiento del paciente en agua helada y sustitución de la sangre por una solución conservante.

0,5-24 horas:

  • Transporte: Traslado del paciente refrigerado a la instalación de Alcor en Arizona, optimizando tiempos para mejorar los resultados.

1-24 horas:

  • Perfusión: Inyección de crioprotectores en el torrente sanguíneo para minimizar daños por congelación y preparar para la criopreservación.

5-7 días:

  • Enfriamiento Profundo: Reducción de la temperatura a -196° C para alcanzar el estado sólido del paciente, suspendiendo teóricamente el proceso de deterioro por miles de años.

Décadas:

  • Cuidado a Largo Plazo: Almacenamiento en contenedores de metal aislados al vacío a temperaturas criogénicas, manteniendo al paciente en estado criopreservado indefinidamente.

Futuro:

  • Renacimiento: Aunque actualmente no es posible revivir a pacientes criopreservados, se espera que futuros avances en nanotecnología y otras áreas médicas permitan su recuperación.
La capacidad de recuperar a una persona en el futuro depende del desarrollo de avanzadas tecnologías médicas aún no disponibles (Getty Images)
La capacidad de recuperar a una persona en el futuro depende del desarrollo de avanzadas tecnologías médicas aún no disponibles (Getty Images)

Desafíos que tiene la criónica

La criónica enfrenta varios desafíos que limitan su aplicación y evaluación inmediata. La imprevisibilidad de los paros cardíacos y la potencial intervención de investigaciones forenses pueden retrasar el comienzo de los procedimientos criónicos, lo que afectaría su eficacia. Aunque se han realizado estudios sobre la estructura cerebral que sugieren la preservación de células cerebrales después de la muerte clínica, la capacidad de recuperar a una persona en el futuro depende del desarrollo de avanzadas tecnologías médicas aún no disponibles.

La criónica también sufre de un ciclo de retroalimentación limitado, ya que no proporciona resultados inmediatos, lo que deja el éxito de sus procedimientos en la incertidumbre hasta un futuro indeterminado. Además, la falta de reconocimiento formal por parte de entidades médicas o legales complica aún más su práctica y requiere la colaboración no solo de profesionales médicos, sino también de los servicios funerarios, dada la condición legal de “muerte” de los pacientes criónicos.

La discusión sobre la criopreservación trasciende, por tanto, lo técnico y lo financiero, para abordar preguntas profundas sobre qué significa vivir y morir. Mientras algunos, como Becca Ziegler, optan por la preservación de todo el cuerpo ante la incertidumbre de lo que constituye la esencia de una persona, otros, motivados por la esperanza o el miedo, abrazan la oportunidad de una segunda vida que la criónica promete, aunque sea en un futuro distante e incierto.

Lo claro es que, más allá de los desafíos existentes, la criopreservación representa un punto de encuentro entre la ciencia, la tecnología y las profundas inquietudes humanas sobre la mortalidad, para mantener la mirada fija en un futuro donde, tal vez, la muerte no sea el final absoluto.