Los padrinos de los diálogos de paz entre el régimen sirio y los rebeldes, Rusia, Turquía e Irán, acordaron este martes la creación de un mecanismo de aplicación y vigilancia del cese de hostilidades en Siria, tras dos días de negociaciones en Kazajistán entre los grupos opositores y los emisarios de Bashar al Assad, y allanaron el camino para una negociación liderada por la ONU.
"Se ha tomado la decisión de establecer un mecanismo para vigilar y garantizar la completa aplicación del alto el fuego y para evitar toda provocación", declaró el ministro kazajo de Relaciones Exteriores, Kairat Abdrajmanov, al leer la declaración de los tres socios del encuentro de Astaná.
En su comunicado conjunto, las tres potencias apoyaron la nueva ronda de conversaciones del 8 de febrero en Ginebra entre ambos bandos en conflicto en el país árabe, auspiciada por la ONU.
Los países mediadores se comprometieron a combatir conjuntamente al Estado Islámico y al Frente al Nusra y a proseguir sus esfuerzos para separar a la oposición armada siria de los grupos terroristas. "Estamos convencidos de que este asunto no tiene solución militar y que sólo puede ser resuelto a través de un proceso político sobre la base de las resoluciones" de las Naciones Unidas, señalaron.
Además, los países supervisores del diálogo solicitaron a las facciones rebeldes sirias que rompan sus vínculos con la filial local de Al Qaeda.
Las delegaciones mantuvieron negociaciones indirectas en un momento en el que Turquía, que respalda a los rebeldes, y Rusia, que apoya al presidente sirio, Bashar al Assad, quieren distanciarse de los combates.
Desde el inicio del conflicto en 2011, más de 310.000 personas han muerto en Siria y más de la mitad de la población ha sido desplazada.
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