México: crece el control policial de las mochilas ante la psicosis por ataques armados en las escuelas

Hace dos semanas, un joven de 15 años, alumno del Colegio Americano del Noroeste, Monterrey (Norte), en México, disparó un arma que hirió a su maestra y a tres de sus compañeros y después se disparó el mismo. Un mensaje de WhatsApp enviado a un amigo unas horas antes alertaba que pronto estaría muerto: así fue.

"F" como se refieren a él los medios de comunicación locales por la vigencia de una ley de protección a menores, usó un arma que era propiedad de su padre. Su muerte desató una polémica que involucraba a grupos cerrados de niños y adolescentes en redes sociales, principalmente a la Legión Holk, dedicada al trolear a famosos y políticos.

Los hechos de Monterrey despertaron una psicosis en distintas ciudades del país: en la Ciudad de México las autoridades reforzaron el "Operativo Mochila Segura", que consiste en una revisión a los estudiantes para que no introduzcan ningún tipo de arma u objetos peligrosos a las escuelas.

Un joven fue detenido por intentar ingresar en una preparatoria una pistola de balas de goma, otro adolescente fue aprendido por querer ingresar una pistola en una preparatoria de Apodaca, Nuevo León (norte) después de presuntamente anunciar en Facebook que habría un tiroteo en el descanso. Otro menor fue expulsado de una escuela Modelo, en Mérida, en el estado de Yucatán (sur) por amenazar con repetir los hechos de Monterrey y en Saltillo, Coahuila (norte), usuarios de redes sociales anunciaron ataques con armas de fuego en el Instituto Tecnológico (ITS) y en la Universidad Autónoma del Noreste (UANE). Las entradas de ambos planteles fueron blindadas por fuerzas policíacas.

Un grupo privado del ITS en Facebook publicó una fotografía de un rifle AK-47 con el mensaje "Lo de Monterrey sólo fue un juego, mañana su bienvenida a los del Tec Saltillo". El autor se identificó como "Kevin Eduardo Martines", la cuenta se desactivó minutos después.

En Tamaulipas, un menor resultó herido por un disparo que otro de sus compañeros hizo al aire.

Pero analistas en redes sociales y en comportamiento no culpan del todo a Facebook, a Twitter o a grupos cerrados, simplemente afirman que éste fue el detonante para destapar una realidad en la que los adolescentes mexicanos se han convertido en el segmento de la población más vulnerable a suicidio y a conductas delictivas. Tan sólo en la capital de país, dos de cada 10 menores de edad padecen depresión.

Más que una red social

"Lo que pasó en Monterrey sólo detonó una problemática que los jóvenes en el país ya venían arrastrando y esa fue la gota que derrama el vaso", dijo a Infobae Martha Catalina Pérez, directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica de la Universidad de Guadalajara.

Las cifras muestran la depresión en la que desde hace años viven niños y adolescentes del país. Una solicitud de transparencia hecha por un particular reveló que entre 2000 y 2015 existe el registro de 919 menores de 12 años que se suicidaron por lesiones autoinfligidas.

El análisis de defunciones registradas por el Ministerio de Salud del 2000 a 2015 en menores de 12 años con trastorno mental reveló que en este segmento el aumento de suicidios fue de 93%.

"Vemos que lamentablemente el adolescente es una población vulnerable por los cambios normales por los que se traviesa a esta edad, pero en los últimos años sí hemos visto que aumentan los cuadros de depresión por temas como el bullying, porque se sienten solos, la situación económica en sus hogares, no encuentran un ambiente que los ayude a fortalecer su autoestima, y por eso caen fácilmente en modelos de imitación de este tipo de cuestiones como lo de Monterrey, es como si fuera una situación contagiosa, porque detona en muchos adolescentes que tienen una personalidad débil, un sentimiento de imitación", señaló la experta en salud mental.

En agosto de 2014, el Instituto Nacional de Psiquiatría alertó que si no se combaten formas de agresión como el bullying, para 2020 el suicidio va a ser la primera causa de muerte entre niños y jóvenes mexicanos, lo que muestra la gravedad de la situación.

María Elena Meneses, experta en redes sociales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, considera que culpar a las redes es reducir el problema a su mínima expresión.

Lo que hacen los grupos cerrados en las redes, reconoció, es fomentar las conductas antisociales, pero también, "lo de Monterrey es un caso para decir que ya llegó el momento en el que debe haber investigación más seria de los padres. Hay que hacer una revisión muy importante, como por ejemplo, no es posible que un chico de 15 años tenga acceso a armas".

"Es muy fácil decir 'muera Facebook', 'los videojuegos son los culpables'. A estos grupos la autoridad tiene que perseguirlos en el mundo real. Si Facebook accediera a quitar, que debería hacerlo, este tipo de grupos, van a surgir otros", señala Meneses a Infobae.

Desde su punto de vista, la psicosis que despertó el caso Monterrey sólo potenció en las redes sociales una descomposición social que ya existe por temas como la desintegración familiar, la constante exposición a la violencia urbana y un futuro poco alentador.

Los controles escolares

En México, al ingresar al sistema de educación media y media superior uno de los requisitos que deben cumplir los estudiantes es aprobar exámenes psicométricos en los que las autoridades escolares hacen una evaluación de su perfil psicológico y así detectar si tienen algún problema. La controversia, afirma la experta de a Universidad de Guadalajara, es que algunos centros educativos aplican estos test como un mero trámite.

La razón es que el acceso a la educación es un derecho humano y también está contemplado en la Constitución Mexicana.

"Entonces no se le puede negar a un alumno el acceso a la educación por no aprobar los exámenes psicométricos y aquí es donde entramos en conflicto", afirma.

El gozar de salud mental ya no es un requisito para ingresar a la universidad, mientras que en niveles educativos básicos "las escuelas públicas han pasado esto por alto", agrega.

Meneses, por su parte, concluye que en lugar de incurrir en pánico y en acciones espectaculares como "Mochila Segura", se debe reflexionar por qué menores de edad cometen actos tan violentos y dramáticos como los de la semana pasada.

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