"¡Vamos, Bill! ¡Tenemos que irnos a casa!". Las palabras podrían haber sido pronunciadas por cualquiera que conozca a alguien de nombre William y que estuviera entretenido con algo. Sin embargo, los protagonistas de la historia fueron nada menos que Barack Obama y Bill Clinton.
Fue luego de que decenas de líderes del mundo asistieran al funeral de Estado que Israel ofreció para el ex presidente y Premio Nobel de la Paz Shimon Peres, muerto a los 93 años el pasado miércoles.
La escena se vivió en la escalinata del Air Force One, mientras Obama -con las mangas de su camisa levantadas, con el nudo de la corbata flojo y muy informal- esperaba al ex presidente demócrata Clinton, quien se había quedado dialogando debajo del avión.
Impaciente, Obama salió del avión, se arrimó a la escalinata y volvió a gritarle: "¡Tenemos que irnos a casa!". En ese momento, Clinton interrumpió su diligencia y arribó estrechando la mano del presidente de los Estados Unidos.
Tanto Obama como Clinton fueron oradores durante el funeral de Peres. El ex mandatario fue un personaje clave durante el Tratado de Oslo, en el cual se firmó un acuerdo entre el líder israelí y el presidente de la OLP, Yasser Arafat.
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