Una cadena de restaurantes fue condenada a pagar una indemnización de 5.733 pesos a un comensal que sufrió graves problemas de salud luego de ingerir un bocado de carne que tenía oculto un pedazo de metal.
El fallo fue dictado en favor de Martín Leonel Naccas, quien había iniciado una demanda por daños y perjuicios contra la cadena "Siga la Vaca", tras un incidente que protagonizó hace cinco años.
El 10 de diciembre de 1999, Naccas fue a cenar con unos amigos a un restaurante, propiedad de la firma Dique Sur. Luego de comer un trozo de carne, comenzó a sentir que algo le raspaba en la garganta.
Antes de que sus amigos terminaran la cena, Naccas se retiró del lugar y al día siguiente comenzó a padecer fuertes dolores, por lo que concurrió al Sanatorio de la Trinidad, donde lo internaron de urgencia.
Los médicos detectaron que el hombre tenía un elemento metálico en el esófago y trataron de sacárselo, pero como no pudieron realizar la intervención, lo dejaron seis días internado con suero y finalmente le dieron el alta sin extraer el metal.
Estudios posteriores llevaron a los profesionales a desaconsejarle a Naccas una intervención quirúrgica en la pared esofágica y le recomendaron que sólo se realizara controles periódicamente.
Ante esta situación, el hombre inició una demanda civil contra el restaurante, pero en primera instancia fue rechazada porque no contaba con la factura correspondiente a la cena debido a que se había retirado antes de que terminara.
Cuando el fallo fue apelado, la sala H de la Cámara Civil entendió que los testigos que el demandante presentó eran "suficientes" para acreditar su presencia en el restaurante y que, de la forma en que se dieron los hechos, era "imposible" que contara con la factura.
Además, los camaristas sostuvieron que en el caso eran aplicables los principios de la "responsabilidad contractual" que vinculan al propietario o explotador de un restaurante con el cliente y que tienen como cláusula implícita "la seguridad personal de los asistentes, por la que está obligada a velar el empresario".
En ese sentido, fijaron la indemnización en 5733 pesos y rechazaron el argumento del local respecto de que era imposible que el metal se hubiera encontrado dentro de la carne, dada la "limpieza" de caracteriza a sus parrillas y el modo en que están construidas.