Todo por decidir en Cataluña: la campaña electoral afronta su semana decisiva con casi un cuarto de los votantes aún indeciso

Este lunes acaba el plazo para publicar encuestas, que dibujan un escenario incierto en el que ningún candidato tiene un camino claro para llegar a la presidencia

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Pedro Sánchez y Salvador Illa. (EFE)
Pedro Sánchez y Salvador Illa. (EFE)

Cataluña ya se centra en Cataluña, y no mira a la Moncloa. El adelanto electoral de los comicios catalanes sacudió la política nacional, ya que Pedro Sánchez decidió de manera inmediata mantener prorrogados los Presupuestos de 2023 para evitar ser rehén de una nueva disputa entre ERC y Junts por capitalizar el voto independentista. Pero después, el amago de dimisión del presidente del Gobierno, resuelto hace una semana, empañó los primeros días de la campaña electoral, que no pisó el acelerador hasta este último fin de semana.

El líder del PSOE mantuvo al país en vilo durante cinco días. Justo 24 horas antes del inicio de la campaña, el pasado 25 de abril, Sánchez anunció en una carta su decisión de parar para reflexionar si merecía la pena seguir al frente de la presidencia del Gobierno tras la “campaña de acoso y derribo” contra él y su familia. La incertidumbre dejó incluso el periodo electoral en una suerte de stand by, a la espera de que el líder del Ejecutivo deshojara la margarita.

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Más allá de que decidiera quedarse, su promesa de “trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración democrática” centró la segunda fase de la campaña, aunque la ausencia de un plan B motivó la crítica de sus socios en el Congreso, llegando a poner incluso en duda la razón por la que necesitó cinco días para reflexionar. Carles Puigdemont también estuvo en el dique seco durante dos días, pues se vio obligado a cancelar todos sus actos por el fallecimiento de su madre.

Ahora, a menos de una semana para las elecciones, con la presencia de Sánchez en la campaña ya normalizada tras su visita sorpresa a la Feria de Abril de Barcelona y su asistencia a dos mítines, los principales candidatos buscan enfocarse en el territorio. Los partidos políticos se volcarán de lleno en esta semana crucial, antes de que 5.754.840 ciudadanos decidan el futuro de Cataluña en las elecciones del próximo 12 de mayo. A la espera de la decisión de las urnas, este lunes será el último día en el que se puedan publicar encuestas. Eso sí, la demoscopia sigue sin pintar un escenario despejado de incógnitas.

Más allá de las posibilidades individuales de PSC, ERC, Junts+Puigdemont por Cataluña, PP, Vox, Cataluña en Común, CUP, Aliança Catalana y Ciudadanos, la principal incógnita de las elecciones del 12 de mayo es si el bloque independentista, cada vez más agrietado, alcanzará los 68 escaños necesarios para mantener la mayoría absoluta. En caso de que las candidaturas de Carles Puigdemont, Pere Aragonès y Laia Estrada no sumen mayoría, los vetos cruzados anunciados de antemano complicarán previsiblemente la gobernabilidad.

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont. (Glòria Sánchez/Europa Press)
El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont. (Glòria Sánchez/Europa Press)

Desde que la cuestión territorial comenzó a marcar la política catalana, a partir de 2012, las formaciones alineadas con el independentismo, representadas bajo diferentes siglas a lo largo de estos años, han sumado mayoría. Este bloque ha permitido la formación de diferentes gobiernos autonómicos con un claro mandato: poder plantear un referéndum de autodeterminación.

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La oportunidad para Illa

Sin embargo, coincidiendo con el momento en el que el independentismo ha tenido su mayor éxito en la negociación con el Estado, después de que Sánchez pactara con Junts y ERC la ley de amnistía –la norma recibirá el aval definitivo de las Cortes a finales de mayo–, su hegemonía en el Parlament catalán está en peligro, en un contexto de desmovilización.

La mayoría de las encuestas ponen en duda la suma de Junts, ERC y la CUP. En ese hipotético escenario, el candidato del PSC, Salvador Illa, además del previsible vencedor, aspira a ser protagonista. El primer secretario de los socialistas catalanes ha sido el principal beneficiario del episodio protagonizado por Sánchez, aunque el ascenso que han pronosticado los sondeos (hasta 42 escaños) le sigue dejando lejos de alcanzar el Palau de la Generalitat.

Illa, que no descarta hablar con ninguna fuerza, salvo con los dos partidos de extrema derecha, Vox y Aliança Catalana, tratará de tantear un posible acuerdo para acabar con una anomalía en Cataluña desde 2017, esto es, que el candidato más votado se someta a un debate de investidura. En todo caso, la apuesta de PSC pasa por explorar pactos a su izquierda, es decir, con ERC y Cataluña en Común.

El primer secretario del PSC y candidato a las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo, Salvador Illa, ha expresado este sábado su compromiso de abrir "una nueva etapa en Catalunya para la normalización política". Lo ha dicho en un discurso tras ser ratificado en su cargo y elegido candidato en el 15 Congreso del PSC en Barcelona, donde ha agradecido la confianza en él y ha pedido que "siga siendo un partido abierto a toda la sociedad catalana". Ha manifestado su voluntad de "mejorar la vida de todos los ciudadanos de Catalunya", sean de donde sean, piensen lo que piensen, sean federalistas, autonomistas o independentistas, o hablen la lengua que hablen, en sus palabras. (Fuente: PSC)

Y es que el líder del PSC descartó la posibilidad de llegar a un acuerdo con Puigdemont. “Con Junts no habrá pacto. Es obvio. Ellos mismos se autoexcluyen. Están en la lógica perdida de esta década y la mía es la de un Gobierno fuerte. Son dos lógicas incompatibles”, expresó recientemente en un acto organizado por Barcelona Tribuna. “Ellos apuestan por el bloqueo. Y Puigdemont es bloqueo y década perdida”, sentenció.

A partir de este lunes, Cataluña pone en marcha la cuenta atrás para decidir si mantiene la presión sobre la cuestión territorial o supera la etapa del procés independentista. Ante el impacto que suelen tener las campañas en el sentido del voto, cabe tener en cuenta que un 22% de los catalanes decidirán el color de su papeleta durante la última semana de la campaña, según el CIS preelectoral de Cataluña. Por lo tanto, el desarrollo de estos días amenaza con marcar de manera decisiva el 12-M.