"La tarde en la que le hice cuatro pares de anteojos a Julio Iglesias, se los llevé al estudio y terminamos escuchando juntos la primera versión de Mano a Mano –el tango que cantó de Carlos Gardel y que no había salido a la venta–, entendí que había llegado a un lugar muy importante".
Corría el año 1995 y Daniel Oberti (59) celebraba sus primeros siete años con su negocio en Miami. Y aunque a lo largo de este tiempo ya había captado la atención de varios famosos de Hollywood, Estados Unidos, México, América y Europa; aquella anécdota junto al Gran Julio, lo deslumbró.
Su nostalgia por Rosario –su ciudad natal–, y el cariño por Carlos Gardel y el tango; lo emocionaron hasta las lágrimas. Dueño de una historia bien particular, Daniel nació en la calle Uriburu al 700 y a los 18 años, cuando se salvó del servicio militar, se mudó a París para probar suerte como modelo publicitario. "Me fue muy bien pero el negocio era complicado… Hice una campaña para Yves Saint Laurent, pero como algunas cosas no me gustaron, a los 21 años decidí mudarme a Miami, Estados Unidos", rememora Daniel.
Primero probó suerte como vendedor de electrónica y luego se puso una disquería junto a una novia argentina. Pero cuando se separó, decidió armar su propio negocio de lentes. "Todo empezó como un juego. Estaba buscando que hacer hasta que fui a un local que vendía anteojos de sol. El dueño me tomó y lo primero que me dijo fue que le tome un pedido de anteojos a un mexicano: ¡quería 200 pares de Ray Ban!
Hace 28 años armó su primera tienda, Daniel Oberti Luxury Eyewear
Ahí recibí un mensaje muy fuerte espiritual, por ahí de mi abuela Emilia, mi ángel de la guarda, que decía: 'Aprendé bien este oficio que a esto te vas a dedicar el resto de tu vida'. Me fui a la oficina y empecé a mirar todo lo que había. A los pocos años armé mi negocio", dijo el rosarino que hoy es uno de los empresarios más respetados de Miami.
Es que hace 28 años armó su primera tienda, Daniel Oberti Luxury Eyewear, y se adueñó del mercado americano. Personajes de la talla de Whitney Houston, Chayanne, Ricardo Montaner, Luis Fonsi, Lorenzo Lamas, Lou Ferrigno, Sophia Milos, María Conchita Alonso, Marco Antonio Solís, y Tito el Bambino; son algunos de los clientes que pasaron por su local y se convirtieron en clientes de lujo.
–¿Quién fue el famoso qué más te impactó?
–Whitney Houston, una mujer extraordinaria con quien llegué a tener una gran amistad. Un día vino al local, compró un par de anteojos y le gustó tanto la atención personalizada que le dimos, que fue una gran clienta durante muchos años. Todavía me duele su muerte…
–¿Te llamaba cuando iba a ir?
–Sí, me llamaba y si yo no la podía atender, me esperaba. ¡Llegó a estar una hora y media sentada! Después se probó los anteojos y en lugar de estar molesta por la demora, se puso a cantar en medio del local. ¡La gente aplaudía por el show en vivo e improvisado que nos regaló!
–¿Cuál es el anteojo más caro que vendiste?
–Se llama Karat y cuesta 20 mil dólares. Está hecho de oro y tiene 224 piedras de diamantes en los costados de las dos patas y en el puente que une el marco.
–¿A los 18 años te fuiste a vivir al exterior y triunfaste: te gustaría probar suerte en Argentina? ¿Abrirías un local o no es el momento?
–Siempre tuve ganas de volver… De hecho, estoy armando algunas cosas en el país y en tres o cuatro meses quiero inaugurar un local parecido al que tengo en Miami, pero en Buenos Aires.
–¿Qué estas haciendo en Argentina?
–Con Lagarde, una bodega mendocina de Lujan de Cuyo, estoy armando un vino boutique. Hicimos unas 300 botellas de Malbec y otras 300 de un Blend exquisito. Tienen dos años en barrica de roble francés y vienen en un estuche de madera.
–Hiciste anteojos para muchos famosos de Estados Unidos y el mundo. ¿A qué argentino te gustaría regalarle un par de lentes?
–¡Qué pregunta! Hay muchos… Como Rosarino que soy, Messi y Fito Páez serían ideales. Pero también Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Adrián Suar, Mirtha Legrand: la lista es muy amplia.
–¿El negocio de Argentina sería solo de lentes?
–En un principio sí, quiero desembarcar con mi marca y mi colección que es súper exclusiva y original. Pero también estamos armando un Branding bastante amplio que incluye joyería, carteras, bolsos, cinturones, brazaletes; todos productos de lujo con materiales italianos de primerísima calidad.
–Cuando llegaste a Estados Unidos, tenías pocos dólares en los bolsillos. ¿Cómo hiciste para convertirte en uno de los empresarios más importantes de Miami?
–El secreto es la fe en Dios, clave en todo lo que hagas en tu vida; y en el sacrificio. Yo soy una persona que todos los días se despierta a las seis de la mañana, voy a entrenar, y a las ocho ya estoy en mi negocio. Hay que ser feliz con lo que uno hace, ahí está la clave del éxito.