El fallecimiento de Brigitte Bardot a los 91 años representa el cierre de una era para la moda y la cultura de los siglos XX y XXI. “BB”, la icónica actriz y cantante francesa fue una figura esencial en el cine y la música, además de redefinir la silueta y actitud femeninas y el uso de la indumentaria.
Bardot cuestionó las ideas tradicionales sobre sensualidad, naturalidad y feminidad, y su legado permanece en cada temporada, en pasarelas, editoriales y en el imaginario colectivo de estilo.
El escote Bardot: sensualidad y sofisticación atemporal
Uno de los aportes más duraderos de Brigitte Bardot a la moda es el escote que lleva su nombre. Este modelo, que deja al descubierto los hombros con una línea recta y elegante, fue adoptado en los años 50, cuando la actriz comenzó a lucirlo en películas, sesiones fotográficas y eventos públicos.
Aunque la prenda existía desde el siglo XIX, Bardot la posicionó en la cultura popular, convirtiéndola en símbolo de sensualidad y sofisticación relajada.
El escote Bardot se integró rápidamente en vestidos de noche, remeras, tops de verano y jerséis. Su éxito radica en cómo destaca el cuello y los hombros, proyectando una feminidad elegante y desinhibida. La actriz logró que esta prenda, en sus diferentes versiones, pasara de ser un detalle reservado a la alta sociedad a convertirse en un básico del armario contemporáneo.
En las décadas siguientes, el escote Bardot fue reinterpretado por diseñadores y adoptado por figuras públicas de distintas generaciones. Estuvo presente en alfombras rojas y bodas reales, y sigue siendo referencia habitual en colecciones de marcas de lujo como Chanel.
Celebridades actuales y miembros de la realeza, como Kate Middleton y la reina Letizia de España, lo han lucido en eventos destacados, demostrando la atemporalidad de la tendencia.
Prendas icónicas asociadas a Brigitte Bardot
La influencia de Bardot se extendió mucho más allá del escote. Su visión de la moda combinó sencillez, comodidad y un aire de rebeldía que rompió con los convencionalismos de su época. Entre las tendencias y prendas icónicas que impulsó destacan:
El estampado vichy
Bardot revolucionó el uso del estampado vichy, un patrón de cuadros pequeños tradicionalmente ligado al ámbito rural o a la moda infantil. En 1959, eligió para su boda con Jacques Charrier un vestido rosa de cuadros vichy creado por Jacques Esterel, decisión que sorprendió al mundo de la moda.
El vestido, sencillo y alejado de los excesos típicos de las bodas de la época, popularizó un diseño hasta entonces subestimado y lo convirtió en símbolo de elegancia natural y frescura. Desde entonces, el vichy se integró en faldas midi, blusas y vestidos de verano, y se asoció con el estilo Riviera y el chic francés.
Décadas más tarde, la fuerza de esta tendencia se mantiene: firmas de lujo como Lancel han lanzado bolsos “BB” forrados en vichy rosa, y el estampado sigue siendo un recurso habitual tanto en ropa de playa como en prendas urbanas.
El bikini como emblema de libertad
El bikini representa otra de las revoluciones estilísticas de BB. Aunque la prenda se inventó en los años 40, durante mucho tiempo fue considerada provocadora y poco aceptada en la sociedad europea.
En 1953, Bardot posó en bikini durante el Festival de Cannes, generando imágenes que se difundieron internacionalmente y contribuyeron a normalizar su uso. Tres años después, la película “Y Dios creó a la mujer” consolidó esta prenda como símbolo de emancipación femenina y sensualidad moderna. Bardot convirtió el bikini en una declaración sobre la libertad y la autonomía corporal.
Las bailarinas Repetto: comodidad femenina
La búsqueda de confort y feminidad llevó a Brigitte Bardot a encargar a Rose Repetto unas zapatillas especiales para la película “Y Dios creó a la mujer”. Así nació el modelo ‘Cendrillon’, de color rojo carmín, ligero y flexible. Estas bailarinas, inspiradas en el calzado de ballet clásico, se incorporaron a su vestuario habitual y se popularizaron a nivel global.
Bardot demostró que la comodidad podía asociarse con la sofisticación, instaurando las bailarinas planas como un calzado imprescindible para las mujeres modernas.
Accesorios y detalles distintivos
El estilo Bardot se completaba con accesorios como canastos de mimbre, diademas anchas, pañuelos en el cabello y anteojos de sol grandes. Estos elementos, sumados a su preferencia por prendas de líneas sencillas y colores neutros, reforzaron la imagen de una feminidad sofisticada.
Peinados emblemáticos: el sello Bardot
Además de su huella en la moda, Bardot dejó una marca indeleble en el mundo de la belleza gracias a sus peinados icónicos. Su cabello rubio despeinado y de volumen generoso se convirtió en símbolo de rebeldía y sensualidad natural.
El peinado más representativo es el “half up, half down”, recogido parcial con mechones sueltos, que aporta un aire desenfadado y elegante a la vez. El flequillo abierto, ligeramente desordenado, enmarcaba su rostro y reforzaba la frescura de su estilo.
Otras variantes que definieron su imagen incluyeron el moño y peinados recogidos altos, que aportaba altura y dramatismo, y las ondas suaves, que daban movimiento a la melena. A menudo, complementaba sus peinados con diademas anchas, lazos o pañuelos.