¿Otra vez el gran acuerdo nacional?
El hecho de haber acordado, antes de sentarse a acordar, que el gasto se bajará gradualmente y que el bache se cubrirá con endeudamiento será sumamente cómodo y tranquilizante para los convocados a cualquier diálogo, pero es mucho más intranquilizante para quienes hemos oído, también varias veces, este mismo alegre discurso