La confesión de “Cindi”, el sicario que baleó en la cabeza al mecánico de Temperley

Se trata de Gonzalo R.E.P., un joven de 21 años que fue arrestado esta semana, imputado por el ataque que dejó gravemente herido a Leonardo Abel Micheli

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Así fue el ataque del mecánico en Lomas de Zamora

Gonzalo R.E.P., el joven de 21 años detenido por balear al mecánico Leonardo Abel Micheli en Temperley, confesó el crimen. Básicamente lo que dijo ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº5 de Lomas de Zamora, es que ejecutó el salvaje ataque porque su cómplice, Federico G.B (29), lo “amenazó de muerte si no lo hacía”.

Así se desprende de la declaración indagatoria del imputado -conocido con el alias de “Cindi”- a la accedió Infobae. Según el documento, el plan para matar al mecánico fue ideado por Federico G.B. con el objetivo de cobrarse venganza porque supuestamente Leonardo abusó sexualmente de una familiar suya. El sicario no dio demasiadas precisiones. Lo único que dijo es que la víctima de la violación había sido una hermana o una sobrina del acusado de Federico G.B.

En la indagatoria, Gonzalo indicó que un día antes del ataque, el hombre de 29 años lo fue buscar a su casa para ordenarle que iban a matar a Micheli y que si no lo hacía, “mataría a toda su familia y parientes”. Para ello, le dijo también que le pagaría un dinero por el asesinato y lo encerró en la casa para que no huyera. Además de justificar el crimen con la excusa del supuesto abuso sexual, Federico además le dijo a Gonzalo que el mecánico era pariente suyo.

Cuando la fiscalía, a cargo de Marcelo Domínguez, le preguntó al joven de 21 años si conocía a Micheli, dijo que no, aunque sí admitió que fue al menos siete veces a su casa a buscar chatarra, mercadería y algunos objetos descartables. Sin embargo, reveló que el hermano de la víctima sí conocía a su mejor amigo y que incluso vivieron juntos en alguna oportunidad. Es decir, después de todo, Micheli no era alguien completamente ajeno a la vida del sicario acusado.

Después, Gonzalo declaró -al conocer a Federico- que “hizo cagadas” y que fue él quien le entregó el arma calibre .22 con la que le disparó a la víctima. En ese sentido, confesó que su cómplice tenía un revólver calibre 38. largo y una caja con municiones.

Federico G.B, uno de los detenidos y el arma y proyectil secuestrado
Federico G.B, uno de los detenidos y el arma y proyectil secuestrado

El día del asesinato

A continuación vino el relato del día del ataque. Gonzalo reveló que antes del intento de asesinato, el ideólogo del plan fue hasta su casa en Rafael Calzada y le dijo: “Vamos a laburar, vamos a matar al chabón”. En el medio, Federico “le puso un fierro en la cabeza” al joven para intimidarlo y obligar a que lo acompañara para cometer el crimen.

El imputado dijo que estaba nervioso y que no tuvo más remedio que ir con él hasta la casa del mecánico. Le entregó un casco y partieron para concretar el plan. Cuando llegaron, fue el propio Federico quien llamó a la puerta a Micheli para que saliera. En ese momento, la víctima salió -tal como se ve en el video- se acercó al par de asesinos que estaban arriba de la moto y se desató el horror.

Disparale, disparale, si no te voy a matar a tu mamá”, le ordenó el hombre de 29 años al joven de 21. Gonzalo -según la confesión- ejecutó el tiro a quemarropa en la cabeza de la víctima. Después escaparon en la moto hasta la casa de Federico y allí el autor intelectual comenzó a “despintar” el vehículo. Es que de acuerdo con lo que declaró, la moto originalmente era verde pero para despistar a las cámaras, el hombre la pintó de negro.

Luego, Federico quemó la ropa que usó al momento del ataque. Otro de los datos que Gonzalo confirmó es que su cómplice “trabajaba cerca de lo de Micheli poniendo cámaras en la casa de al lado”. En ese sentido, aseguró que sabía que el ideólogo del plan se robó el DVR que guarda las filmaciones a la señora de al lado de lo de Micheli para que no quede nada grabado”.

Finalmente, Gonzalo dijo que decidió confesar el hecho porque de lo contrario temía que el cómplice tratara de endilgarle el hecho a él y así aliviar su situación judicial. Además pidió no estar detenido en el mismo lugar que Federico.

Las detenciones y el crimen

Los arrestos de Federico G.B y Gonzalo R.E.P., los dos con domicilio en Temperley, se concretaron este domingo. El ataque contra Micheli, amante de los cuatriciclos y areneros, ocurrió en la puerta de su local de la Iriarte al 1600, en el barrio de Villa Galicia el martes pasado por la tarde. Y las imágenes de lo sucedido, y que encabezan esta nota, fueron una de las clave del caso.

Micheli se encontraba en el taller junto a un amigo reparando un escape, cuando salió para atender a las dos personas que habían llegado en moto. Ambos llevaban casco y se detuvieron en la puerta del local, justo detrás de un tráiler que estaba estacionado.

Cuando Micheli se acercó para hablarles y se acomodó sobre el tráiler, el acompañante, que ya había descendido y estaba parado detrás del vehículo, sacó un arma y le disparó en la cabeza. La secuencia dura menos de 10 segundos. Luego, ambos huyeron a toda velocidad.

El video del crimen fue clave para la identificación de los asesinos
El video del crimen fue clave para la identificación de los asesinos

Micheli, herido, cayó sobre un tráiler estacionado en la calle y fue auxiliado por su amigo, quien salió a asistirlo tras escuchar el estruendo. Posteriormente, la víctima fue trasladada de urgencia al Hospital del Bicentenario de Monte Grande, donde fue sometida a una craneotomía y a una toilette quirúrgica ni bien llegó al lugar.

Dada la naturaleza del ataque, los investigadores consideraron en un primer momento que podría tratarse de un ajuste de cuentas y, en este marco, los peritos analizaron el teléfono celular y una computadora de la víctima en busca de alguna pista que los lleve a los posibles sospechosos.

Justamente, fue la hermana de Micheli las que les dio las contraseñas a los policías no bien se enteró de lo sucedido y fue hasta el taller. Sin embargo, en las primeras 48 horas del hecho, los investigadores decían: “Nadie los reconoce. Le revisaron el celular, pero no salió nada raro”. Ambos están acusados de homicidio agravado en grado de tentativa.

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