Cayó una banda que secuestraba caballos, cobraba rescate y usaba a niños para la entrega

La Justicia de Córdoba desmanteló a una banda de delincuentes especializada en el robo de equinos y la devolución de los mismos después de un pago por extorsión. Los detalles sobre la sofisticada y polémica delincuencia rural

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Se llegó a pedir hasta 40.000 pesos como pago de rescate

Delincuencia rural. Sucedió en diferentes puntos de la provincia de Córdoba y la historia podría pertenecer a una suerte de ficción policial. Secuestros de animales, cobro de rescate y utilización de niños para perpetrar los delitos.

Hace unos pocos días fue desmantelado un grupo de delincuentes llamado "La banda del Choro", que se había especializado en los últimos meses nada menos que en el secuestro de caballos de diferentes zonas rurales de la provincia. Sus integrantes robaban a los animales, luego extorsionaban a los dueños de los mismos con la exigencia de un pago de un rescate y, como si fuera poco, a la hora de entregar nuevamente a los animales (con el cobro de dinero previo) utilizaban a niños.

La banda de ladrones actuaba de manera asidua en zonas como Río Segundo, Río Primero, Punilla y hasta zonas periféricas de Córdoba Capital.

El caso salió a la luz cuando en julio una de las víctimas, agotada de tener que pagar dinero para poder recuperar a los animales hizo la denuncia a la Justicia y abrió las puertas a una nueva investigación.

El modus operandi de la banda respetaba en la mayoría de los casos patrones similares. Durante dos días estudiaban y determinaban el blanco donde se iba a actuar. Una vez elegido el campo a atacar, se tomaban casi un día entero para llevar a cabo el golpe. Por la mañana y la tarde un subgrupo observaba el movimiento de las personas en el sitio, chequeaba que no haya un control policial rutinario y estudiaba los sistemas de seguridad del lugar.

Por la noche, se sumaba más gente para llevar a cabo el asalto. Equipados con sogas, tenazas y bozales, se cortaban los alambres y candados de las tranqueras correspondientes y, con el mayor silencio posible, se robaban los equinos. Los investigadores determinaron que en el último gran golpe de la banda se secuestraron a seis caballos de un mismo campo.

Hubo víctimas que tuvieron que pagar hasta cinco veces a los secuestradores para recuperar a sus animales

Así se daba lugar a la segunda parte del plan: la extorsión. Los delincuentes llamaban por teléfono a la víctima del robo y le advertían que para poder volver a ver a sus animales, debían pagar una suma de dinero. Se estima que se llegaron a cobrar hasta 40.000 pesos por el rescate de algunos animales.

La persona encargada de la negociación se llamaba Ricardo Mansilla, de 52 años, y era apodado el "Rey".

La tercera fase del golpe era la más polémica. A medida de que las víctimas pagaban el rescate, los delincuentes utilizaban a niños (aún no se determinó si eran familiares de los delincuentes) para devolver, de a uno, los caballos a su dueño.

Hubo damnificados que sufrieron hasta cinco veces el robo de sus caballos y siempre tuvieron que pagar una suma de dinero para recuperarlos. En los casos donde la negociación no llegó a buen puerto o en los que las víctimas llamaban a la Policía, los delincuentes vendían los caballos a terceros o hasta llegaban a carnearlos y comerciar su carne de manera clandestina.

El caso fue asumido por la fiscal de Río Segundo, Patricia Baulies, quien detuvo e imputó a los criminales por el delito de asociación ilícita. Se los acusa de abigeato, robo en despoblado y en banda, daño calificado, extorsión y encubrimiento con fines de lucro. Además, impuso la prisión preventiva de los acusados en la cárcel de Bouwer, según indicó el diario La Voz del Interior.

Los acusados, que se encuentran en prisión preventiva, son Miguel "Choro" Tobares, el supuesto jefe de la banda, Edgardo "El Flaco" Brila, Claudio "Boli" Vargas, Emilio Cisneros, Ricardo "el Rey" Mansilla y Cristian "Pipi" Arrach.

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