Un fuerte olor a humo afectó a distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires

Por el momento se desconoce el origen pero este jueves hubo incendios en la zona del detal del Paraná y en distintas localidades de Santa Fe. El efecto del viento provocó que en ciudades como Rosario se reportaran quejas de vecinos

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Un fuerte olor a quemado invadió en las últimas horas la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires y se sintió con gran intensidad, principalmente en los barrios porteños de Núñez, Palermo y Belgrano, aunque por el momento se desconoce el origen del mismo.

Varios usuarios en las redes sociales se quejaron por el fuerte aroma, algunos incluso reportaron que se siente también en ciertos partidos bonaerenses, como en Los Polvorines y Malvinas Argentinas, entre otros.

Ante la consulta de Infobae, fuentes policiales y de los Bomberos Voluntarios precisaron que no hubo grandes incendios en la región metropolitana, por lo que el origen del olor podría estar vinculado a alguna otra causa.

Este jueves, en las provincias de San Luis, Santa Fe, Catamarca y el delta del Paraná se registraron incendios forestales activos en sus territorios, según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Aunque gran parte de ellos habían sido controlados, otros se mantenían activos.

En tanto, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), durante la noche del jueves en la Ciudad de Buenos Aires se registraban vientos provenientes del noroeste con velocidades de 16 kilómetros por hora.

El efecto del viento, por ejemplo, en Santa fe provocó que inconvenientes a la hora de transitar por la autopista Rosario-Santa Fe a la altura del kilómetro 3, en Granadero Baigorria y vecinos de esa zona y en Rosario también reportaron fuerte olor a humo. Ante esta situación, la Agencia de Seguridad Vial de Santa Fe recomendó transitar con cautela.

El Delta del Paraná suele registrar incendios

En casos como estos, en donde la humo afecta la calidad del aire, las autoridades porteñas recomiendan permanecer en lugares cerrados; cerrar puertas y ventanas; apagar los aparatos de aire acondicionado y, ante cualquier emergencia médica, llamar de inmediato al 107.

En agosto del año pasado un fuerte olor a quemado también generó reacciones de vecinos de distintos barrios porteños que empezaron a alertar sobre el fenómeno en redes sociales. En aquella oportunidad, el hecho estuvo acompañado de una densa columna de humo que cubrió el cielo de la Ciudad y que provenía de los incendios en el Delta de Paraná.

Existen varios factores que hoy se conjugan al mismo tiempo y que, sumados a la intervención humana, favorecen la propagación de las llamas y, con ella, la del humo, sobre todo en las islas del Delta:

- Las sequías.

- La presencia de viento norte.

- Las altas temperaturas en pleno invierno.

- La bajante del río Paraná.

- La ausencia de lluvia en la ciudad: este julio fue uno de los menos lluviosos de los últimos años. Mientras el promedio de lluvia de este mes ronda los 60 mm, este año solo llovieron 6 mm.

Consecuencias para la salud

La Ciudad de Buenos Aires, cubierta de humo (Thomas Khazki)

El humo tiene un impacto muy nocivo en nuestra salud. Más allá de la irritación ocular y la congestión nasal, también puede traer consecuencias en los pulmones (broncoespasmo) y dolor de cabeza intenso. Empeora el estado de las personas alérgicas y asmáticas y también puede afectar el sentido del olfato. Los grupos más vulnerables son los niños pequeños y los adultos mayores.

Hoy en día, debido a la pandemia por el nuevo coronavirus, los barbijos son de uso obligatorio en nuestro país. Esto también se convierte en una ayuda para evitar la inhalación de humo, aunque debemos prestar especial atención al efecto que este puede tener en nuestros ojos.

El impacto de la contaminación del aire en la salud humana es un problema mundial. No solo el humo proveniente de la quema causa daño: las emisiones de monóxido por combustión intradomiciliaria y de dióxido de carbono por emanaciones de los motores también repercuten en nuestro organismo.

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