Ministro de Defensa aseguró que las rondas campesinas son el “baluarte de la seguridad” en Pataz

La presencia del Estado en zonas alejadas como Huarichaca, en la provincia liberteña de Pataz, suele ser intermitente. Sin embargo, la inseguridad, el crimen organizado y la minería ilegal no dan tregua. En ese contexto, las rondas campesinas han asumido históricamente tareas de vigilancia y protección comunitaria. Y ahora, también reciben reconocimiento del Estado.

“Quiero agradecer a mis hermanos de las rondas campesinas, que son el verdadero baluarte de la seguridad en lugares como este, en los centros poblados. A nombre de todos los peruanos, mi respeto y gratitud”, dijo el ministro de Defensa, Walter Astudillo Chávez, durante su reciente visita a Huarichaca.

El titular del Mindef encabezó una ceremonia en la Institución Educativa N.º 80466 Ricardo Palma, donde fue recibido por alumnos, docentes y autoridades locales. A la actividad también asistió el gobernador regional de La Libertad, César Acuña.

El ministro subrayó el papel de las rondas como primera línea de respuesta en zonas de difícil acceso. La referencia no es casual: Pataz ha sido escenario de operativos policiales y militares en los últimos meses, ante el incremento de la violencia ligada a actividades ilegales.

El pasado 10 de junio, las autoridades realizaron uno de los operativos más significativos del año en Pataz. Se incautaron más de 100 cartuchos de dinamita, cuatro fusiles de guerra, una miniuzi y una gran cantidad de municiones. Este arsenal fue hallado tras una serie de intervenciones coordinadas entre las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú (PNP) y las rondas campesinas.

Dicho operativo se articuló tras una reunión en el estadio de Pueblo Nuevo, donde el Comando Unificado Pataz se reunió con líderes comunales. La cita ocurrió luego de una marcha pacífica convocada por la población local, que reclamaba mayor presencia estatal ante el avance del crimen organizado y la minería ilegal.

Las rondas campesinas han cumplido un rol clave no solo como actores de vigilancia territorial, sino también como mediadores frente a disputas, custodios del orden y colaboradores en tareas de patrullaje nocturno. Para muchas comunidades, son la única autoridad inmediata frente a situaciones de emergencia.

Durante su discurso en Huarichaca, el ministro Astudillo también se refirió al papel de la educación y al esfuerzo personal como motores del desarrollo. “El Estado brinda las condiciones, pero el destino de cada uno depende de su propio esfuerzo”, afirmó, en un mensaje dirigido a los estudiantes presentes.

Astudillo, quien ha sido docente universitario, compartió algunas anécdotas personales, aunque evitó detallar compromisos específicos en torno a infraestructura o inversión pública en la zona.

“Lo importante no es lo que el Estado dice, sino lo que la población siente”, afirmó. “Y eso se construye con presencia efectiva, no solo con discursos”, añadió, sin aludir directamente a los problemas de violencia o minería ilegal que afectan a la zona.

Si bien la visita del ministro fue recibida con entusiasmo por la comunidad educativa local, no todos los temas críticos fueron abordados públicamente. Organizaciones sociales de la zona han advertido en múltiples ocasiones sobre la limitada presencia del Estado en sectores clave como salud, justicia y transporte.

La participación del gobernador regional César Acuña no estuvo acompañada de anuncios concretos para reforzar la seguridad o mitigar los impactos del crimen organizado en la región.