La periodista Paola Ugaz, coautora del libro 'Mitad monjes, mitad soldados', señaló este miércoles que el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, visitó la sede del Opus Dei en la capital peruana, tras la difusión de la denuncia de abuso sexual contra el cardenal Juan Luis Cipriani.
Ugaz reaccionó con rechazo a la defensa realizada por el burgomaestre al exarzobispo de Lima, para quien ha pedido “debido proceso” al tiempo que tildó de difamatorio el testimonio del denunciante.
“López Aliaga ahora se pone muy mantón, pero ha ido esta semana a la oficina del Opus Dei en San Isidro. Ha ido, me imagino, a recabar información. Entonces, no puede decir que no sabe nada, que esto salió del cielo”, expresó en una entrevista con Exitosa.
Destacó que la condecoración otorgada por el alcalde a Cipriani el pasado 7 de enero, cuando le entregó la Medalla Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz “por su incansable labor pastoral, académica y eclesiástica”, fue el hecho que desató la revelación de la víctima en el diario El País.
La periodista señaló que, de haber sido una visita “para atender a su familiar enfermo”, como había solicitado Cipriani al Vaticano, “no hubiera pasado nada”. Sin embargo, “recibir esta condecoración, la foto con Juan Luis Cipriani, que tiene un precepto penal por pederastia, creo que eso le mortifica más en este momento a López Aliaga, que forma parte del Opus Dei”, continuó.
Subrayó que la autoridad limeña no puede desconocer la gravedad de los hechos, ya que “el Opus Dei ha confirmado que conocía la noticia y ha pedido disculpas a la víctima”. Y añadió que la organización está bajo la lupa del Vaticano debido a otros casos, por lo que “ha cumplido” con reconocer la acusación públicamente.
Ugaz también explicó que el denunciante, ahora de 58 años, decidió enviar su caso al Papa Francisco porque Cipriani, en su momento, podría haber sido considerado para el papado. “Hay mucho dolor en el medio, muchas vidas rotas. Por eso no se puede frivolizar. Lo que dice la Conferencia Episcopal es importante, lo demás es todo lo demás”, dijo.
Anteriormente, la periodista había revelado que el cardenal fue denunciado por al menos tres jóvenes en Lima y Ayacucho. Aunque las acusaciones llegaron a “alguna instancia del Vaticano”, subrayó que no hay claridad sobre el proceso que se ha seguido.
Posturas
La Conferencia Episcopal Peruana emitió un comunicado en el que lamentaba “el dolor sufrido por la víctima” y pedía respeto para que su identidad se mantenga en el anonimato. Los obispos peruanos, además, reconocieron “la sabia decisión del Santo Padre de imponer algunas limitaciones ministeriales” a Cipriani, quien alega inocencia.
Por su parte, el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima y primado del Perú, indicó que aún “existen personas e instituciones que se niegan a reconocer la verdad de los hechos y las decisiones tomadas por la Santa Sede”, por lo que instó a “entrar en razón mediante un camino de conversión que implique abandonar las vanas justificaciones, el empecinamiento y el rechazo a la verdad, la cual, cuando es aceptada humildemente, nos hace libres a todos”.
Cipriani, sin embargo, ha expresado su “sorpresa y dolor” ante estos comunicados que, bajo su defensa, dan por ciertos hechos que considera “no probados” y que afectan su dignidad. “Mi amor fiel a la Iglesia permanece inalterable. Además, como consuelo y aliento, me queda el cariño de la mayoría de mis hermanos en la fe (...) y de miles de compatriotas que, ni los unos ni los otros, se han dejado confundir en esta campaña de intento de acoso y destrucción de mi dignidad y mi honor”, concluyó.