Una oportunidad

El gerente de Estudios Económicos de ComexPerú opinó sobre la necesidad de aprovechar las crisis para que nazca la inventiva y la creatividad en el desarrollo del comercio exterior

Albert Einstein.

Albert Einstein (1879-1955), físico alemán reconocido como una de las mentes más brillantes de la historia de la humanidad, consideraba que la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países. Sostenía que trae progresos, en tanto la creatividad nace de la angustia y es en ella donde nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Enfatizaba en que la verdadera crisis es la de la incompetencia, y que el inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones.

Con lo anterior en mente, resultaría contradictorio que, frente a una serie de eventos que distorsionan el libre flujo de mercancías en determinados puntos del orbe, los países opten por implementar acciones que empeoren todavía más el desarrollo del comercio exterior. Acciones como limitar el envío de determinados productos o establecer sobrerregulaciones son probadamente fallidas y contraproducentes para el bienestar del consumidor local y extranjero, más aún para los millones de familias que viven del intercambio de bienes a nivel global.

En el marco de la Decimotercera Conferencia Ministerial (MC13) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), llevada a cabo en Abu Dabi entre el 26 de febrero y 02 de marzo, la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, alertó sobre riesgos a la baja para el comercio internacional en 2024. Esto se asocia con factores externos como el conflicto geopolítico en el mar Rojo, que impide el paso de buques entre Asia y Europa, por donde transita un 12% del comercio mundial, o el período de sequías que viene afectando el paso de buques por el canal de Panamá, por donde transita un 5% del comercio global.

Tales declaraciones habrían inquietado a la comunidad internacional, principales actores del sector, e incluso a los medios de prensa, quienes supondrían que los países priorizarían sus mercados por encima del resto. Sin embargo, recordemos que en toda situación adversa existe una oportunidad, un espacio para aplicar medidas contrarias a las que naturalmente aplicarían o vienen aplicando, por ejemplo, los países desarrollados o emergentes para resguardar sus intereses.

Así, en lugar de entrampar el comercio, sería el tiempo perfecto para fortalecer lazos, trabajar para acceder a más mercados e incluso promover inversiones en aquellos sectores en los que tenemos ventajas competitivas frente al resto del mundo. Los escenarios geopolítico y climático serían temporales, pero “el show debe continuar” y el sistema multilateral de comercio saldría a flote, puesto que el mercado por excelencia es el mundo.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sería desacertado que las economías en desarrollo le dieran la espalda a la economía mundial y se distanciaran de la idea de impulsar las exportaciones y la adquisición de tecnologías. Todavía tienen mucho que ganar del resto del mundo y mucho que perder si regresan a políticas de puertas cerradas del pasado, es decir, a políticas industriales de subsidios y restricciones, lo que conocemos como proteccionismo.

Hace bien el Perú en acelerar las negociaciones con la India, Hong Kong, Tailandia e Indonesia, y así continuar diversificando mercados y brindando más oportunidades para nuestra oferta exportable; sin embargo, también debería impulsar sectores clave como la minería, donde la inversión cayó un 9.9% en 2023, así como el agrícola, donde a partir de la derogación de la Ley de Promoción Agraria (diciembre de 2020), por ejemplo, no se habrían registrado nuevas inversiones en el departamento de Piura. Además, debemos enfocarnos en la competitividad logística y en continuar la simplificación regulatoria de los procesos de comercio exterior.

Rafael Zacnich