Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.
Todos los días, marcados en el calendario, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.
Este es el santoral del jueves 22 de mayo.
Festejo del día: Santa Rita de Casia
Santa Rita (Rita La Abogada de Imposibles), religiosa, que, casada con un hombre violento, toleró pacientemente sus crueldades reconciliándolo con Dios y al morir su marido y sus hijos ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín en Casia, de la Umbría, en Italia, dando a todos un ejemplo sublime de paciencia y compunción (c. 1457).
Santa Rita, nacida en 1381 en Umbría, Italia, se destacó por su profunda espiritualidad y por haber vivido en varios estados de vida: casada, viuda y religiosa. Considerada la Abogada de los imposibles, dedicó su vida a la meditación de la Pasión de Jesucristo y se convirtió en un ejemplo de virtud a través del sufrimiento, el perdón y la devoción.
Desde niña, mostró una inclinación hacia la vida religiosa, pero por disposición familiar fue forzada a casarse con Pablo Fernando, un hombre violento cuyo carácter logró transformar con paciencia y bondad. Tuvieron dos hijos, pero la tragedia marcó su vida al ser asesinado su esposo. Rita inculcó en sus hijos el perdón, y al no poder disuadirlos de buscar venganza, pidió su muerte para evitar un acto de crimen. Ambos fallecieron, lo que sumió a Rita en años de soledad y oración.
Intentó entrar en el monasterio de las Agustinas en Casia en tres ocasiones y fue rechazada hasta que, según la tradición, fue milagrosamente guiada por San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino hacia el monasterio. Allí fue admitida en 1417, profesó como religiosa y pasó los siguientes 40 años dedicada exclusivamente a Dios.
Practicó una espiritualidad profunda caracterizada por la humildad, el ayuno y actos extremos de mortificación. Fue marcada con un estigma en forma de espina en su frente, vinculado a la Pasión de Cristo, y enfrentó constante sufrimiento físico y espiritual. Como símbolo de su fe y obediencia, se destacan relatos milagrosos como el reverdecimiento de un sarmiento seco que regó durante meses, y la aparición de una rosa y dos higos en pleno invierno antes de su muerte.
Falleció en 1457, rodeada de fenómenos sobrenaturales como el tañido espontáneo de campanas y la conservación incorrupta de su cuerpo. Fue canonizada en 1900 por el papa León XIII . Su ejemplo sigue inspirando devoción mundial.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este jueves 22 de mayo como los siguientes:
Santa Quiteria
Beato Juan Bautista Machado (s. XVII)
Beato Pedro de la Asunción (s. XVII)
San Miguel Ho Dihn Hy (s. XIX)
Beato Matías de Arima (s. XVII)
Beata María Dominica Brun Barbantini (s. XIX)
San Lupo de Limoges (s. VII)
Beato Juan Forest (s. XVI)
Beata Humildad de Faenza (s. XIV)
Santo Domingo Ngon (s. XIX)
San Basilisco de Comana (s. IV)
San Ausonio de Angulema (s. V)
San Atón de Pistoya (s. XII)
San Juan de Parma (s. X)
Qué se necesita para ser nombrado un santo
La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.