El pentecostés y otras fiestas litúrgicas de mayo

Se trata de los eventos importantes en la vida de Jesucristo, la Virgen María, los apóstoles y demás santos, así como momentos significativos en la historia de esta religión

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Las fiestas litúrgicas son de los días más importantes para el catolicismo (Infobae/México)
Las fiestas litúrgicas son de los días más importantes para el catolicismo (Infobae/México)

En el calendario de la Iglesia Católica están marcadas diferentes fechas importantes para la cristiandad, en las que se conmemora algún suceso de relevancia para esta religión que tienen como nombre fiestas litúrgicas.

Estos días registran los eventos importantes en la vida de Jesucristo, la Virgen María, los apóstoles y demás santos, así como momentos significativos en la historia de esta religión.

La celebración de las fiestas litúrgicas suelen estar acompañadas de rituales y ceremonias religiosas específicas que son importantes para la vida espiritual de esta comunidad.

Cada fiesta litúrgica tiene su propia historia y significado, entre las más conocidas está la Navidad, la Pascua, la Ascensión, la Epifanía y demás pasajes en la historia del catolicismo.

Todos los meses el Vaticano publica las fiestas litúrgicas de cada mes, aquí están las de mayo.

Las fiestas litúrgicas de mayo

El Papa Francisco en la celebración del día de Pentecostés (Vatican Media/Reuters)
El Papa Francisco en la celebración del día de Pentecostés (Vatican Media/Reuters)

18 de mayo: La Ascensión de Jesús al Padre

La Ascensión es una solemnidad litúrgica común a todas las Iglesias cristianas. Se celebra el cuadragésimo día después de la Resurrección Pascual.

San Juan Crisóstomo y San Agustín ya hablaban de esta solemnidad en sus escritos, pero una influencia decisiva para su difusión se debe probablemente a San Gregorio de Nisa.

Como este día cae en jueves, en muchos países la solemnidad se ha trasladado al domingo siguiente. Con la Ascensión de Jesús al cielo se concluye la presencia del “Cristo histórico” y se inaugura el tiempo de la Iglesia.

28 de mayo: Pentecostés

La solemnidad de Pentecostés se celebra 50 días después de la Pascua: una fiesta en la que se conmemora el don del Espíritu Santo, en Jesús, muerto, resucitado y ascendido al cielo.

En la primera mitad del siglo III, Tertuliano y Orígenes ya hablaban de Pentecostés como una fiesta que seguía a la de la Ascensión. En el siglo IV, Pentecostés se celebraba comúnmente en Jerusalén, como recuerda la peregrina Egeria, y proponía el tema de la renovación que la venida del Espíritu había provocado en los corazones de los hombres.

Pentecostés tiene sus raíces en el pueblo judío, con la Fiesta de las Semanas, una fiesta de origen agrícola en la que se celebraba la cosecha del año. Más tarde, los judíos recordaron la revelación de Dios a Moisés en el Monte Sinaí con el regalo de las Tablas de la Ley, los diez mandamientos.

Por eso, para los cristianos se convierte en el momento en que Cristo, vuelto a la gloria del Padre, se hace presente en el corazón humano a través del Espíritu, una ley dada por Dios y escrita en los corazones: “La Alianza nueva y definitiva ya no se funda en una ley escrita en tablas de piedra, sino en la acción del Espíritu de Dios que hace nuevas todas las cosas y se graba en los corazones de carne”. A partir de Pentecostés, la Iglesia comienza y se lanza en su misión evangelizadora.

La plaza de San Pedro, en la ciudad del Vaticano (Vatican Media/Reuters)
La plaza de San Pedro, en la ciudad del Vaticano (Vatican Media/Reuters)

29 de mayo: María, madre de la iglesia

La Memoria de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, nos recuerda que la maternidad divina de María se extiende, por voluntad del mismo Jesús, a todos los hombres, así como a la Iglesia.

El Papa Francisco, en 2018, fijó esta memoria en el lunes siguiente a la solemnidad de Pentecostés, el día en que nace la Iglesia. Pero este título no es nuevo. Ya San Juan Pablo II, en 1980, invitó a venerar a María como Madre de la Iglesia; e incluso antes, San Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964, al concluir la Tercera Sesión del Concilio Vaticano II, declaró a la Virgen “Madre de la Iglesia”.

En 1975, la Santa Sede propuso una Misa votiva en honor de la Madre de la Iglesia, pero esta celebración no entró en el calendario litúrgico.

Junto a estas fechas recientes, no podemos olvidar lo mucho que el título de María, Madre de la Iglesia, está presente en la sensibilidad de San Agustín y San León Magno; de Benedicto XV y León XIII.

Como hemos dicho, el Papa Francisco, el 11 de febrero de 2018, en el 160° aniversario de la primera aparición de la Virgen en Lourdes, decidió hacer obligatoria esta Memoria.

31 de mayo: Visitación de la Virgen María

Esta fiesta fue instituida por el Papa Urbano VI en 1389, con el objetivo de poner fin al Gran Cisma mediante la intercesión de la Virgen María.

Tiene sus inicios en Bizancio, en la fiesta de la “Deposición en la basílica de Santa María de las Blanquernas de la santa Túnica de la Theotokos”, el 2 de julio, cuando se leía el Evangelio de la visita de María a Isabel.

Los franciscanos adoptaron esta fiesta mariana, pero la convirtieron en la Visitación de María, en 1263. Tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, la fiesta se fijó el 31 de mayo, al final del mes dedicado a María.