La fiebre colectiva por el famoso vaso con forma de oso lanzado por Starbucks en México sigue generando historias inesperadas. Tras su debut el pasado 2 de diciembre, la pieza original se esfumó de las tiendas en cuestión de horas, dando paso a una ola de reventa que elevó su precio hasta superar los 5 mil pesos en plataformas como eBay, Marketplace o Mercado Libre. Con semejante fenómeno, era solo cuestión de tiempo para que aparecieran alternativas ingeniosas… y muy al estilo mexicano.
En días recientes, un video comenzó a recorrer las redes con velocidad de rayo. En él se observa a un joven mostrando un recipiente en forma de osito, aunque lejos está de ser un producto de vidrio o un lanzamiento oficial de la cadena estadounidense. En su lugar, se trata de un colorido oso de plástico brillante que proviene de un pequeño puesto de antojos en Oaxaca, donde el contenido no tiene nada que ver con café, sino con un clásico local que conquista paladares.
Dentro del peculiar envase se sirve una mezcla irresistible: esquites con tuétano y chapulines. Esta combinación, que encapsula tradición culinaria, creatividad y un toque de humor, se convirtió rápidamente en la contrapropuesta más ingeniosa frente al furor causado por el vaso original. Además del encanto visual, el precio también llamó la atención: el osito oaxaqueño cuesta alrededor de 80 pesos, una cifra que muchos internautas celebraron por su accesibilidad y por su identidad más auténtica.
Como suele ocurrir, el video no tardó en encender opiniones diversas. Algunos expresaron dudas sobre el material del recipiente: “Pero es plástico y más lo caliente, no se me hace buena combinación.” Otros destacaron su sabor y el servicio del puesto: “Están súper deliciosos y buena atención.” También hubo quienes lamentaron no tenerlo cerca: “Qué joya, lástima que queda lejos.”
Más allá del debate, el surgimiento de este osito de esquites evidencia algo muy propio de la creatividad mexicana: la capacidad de tomar una tendencia global y transformarla en una propuesta local con identidad, sabor y humor. Sin querer competir directamente con Starbucks, el osito oaxaqueño terminó ganándose un espacio propio en el apetito y el corazón de miles de internautas.